January

Hasta el final

 Los años corrieron muy rápido, demasiado rápido. O creo que para mí solamente sucedió eso. Han pasado un montón de cosas con January, pero contaré las más importantes, según yo.

 Primero, desde que vivió por un tiempo en mi casa, mi pequeña hija la invadía de preguntas. Si podía dormir, qué comía, cómo se llamaba, cuál era su edad actual, si era mala o buena, entre otras.

 Segundo, January terminó la secundaria como treinta veces, ya que como nunca crece, tuvo que repetir el mismo ciclo un millón de veces. Hubo años en los que no iba a la escuela y otros que sí.

 Tercero, iniciamos de nuevo ese tipo de charlas psicológicas que teníamos antes de que se esfumara. Y así seguimos hasta hace unos meses.

 Mi familia empezó a crecer. Tuve otra hija que sería la menor, luego crecieron, se casaron y ya tengo mis nietos adolescentes. January es más bien parte de la familia, se ha vuelto como un secreto familiar que debemos proteger hasta encontrarle una cura. Aun así, yo no estaré para cuando llegué ese momento.

 Ahora mismo me encuentro en el hospital, en coma. Por lo visto tuve un ACV grave y no hay vuelta. Intento despertarme, pero no puedo, igual ya tengo ochenta y tres años, era un poco de esperar que tuviera inconvenientes en la salud.

 Mi esposa falleció hace tres años atrás por cáncer pulmonar, mis hijas se encontraban viviendo fuera del país, lo único que me quedaba era January. Ella venía y me contaba cómo había sido su día en la escuela y el cómo odiaba a sus maestros. En otros momentos leía cuentos ya que según ella no sabía qué hacer, pero cuando estaba triste, me suplicaba que despertará.

 Hoy es un día diferente, no me siento bien, algo no anda bien. Escuchaba como mis hijos discutían de que deberían hacer ahora, y tomaron la cruel decisión de desconectarme de todos los aparatos que me mantenían vivo. Al hacerlo escuché la dulce voz de January qué se negaba, capaz que había otra manera menos horrorosa que esa. De ahí mismo, emergió la idea de que January tomase mi alma, y así fue.

 Escuché como todos salían de la habitación y se cerraba la puerta. 

–Hola–dijo January–perdón por lo que voy a hacer, no quiero hacerlo, pero no puedo seguir viéndote así, no puedo, me duele y mucho– posó su cálida mano en mi pecho y agregó –igual no te queda mucho para irte, tu corazón se está volviendo gris y desaparece.

 De golpe sentí como algo se desprendía de mi lentamente, suponiendo ya lo que significaba esto.

–De enserio no me odies–se oía cómo lloraba–¿Aún seguiremos siendo amigos? ¿Aún seguirás oyéndome? –preguntaba preocupada.

 Si, aún seguiremos siendo amigos, aún te estaré escuchando, aún estaré para ti. Fuiste algo muy lindo en mi vida, le diste un repentino giró. Agradezco que hayas estado conmigo en mis peores momentos, agradezco tus palabras, agradezco tu compañía y agradezco haberte conocido.

 –Perdóname, perdóname, de enserio lo siento–lloraba más fuerte–lo siento demasiados– comento calmada y añadió, por último–gracias por haber sido mi primer amigo, gracias por haberme dado un hogar cuando volví, gracias por todo…a dios, te quiero mucho, adi…

 Adiós January, mi pequeña devora almas.



#1022 en Fantasía
#1664 en Otros
#385 en Relatos cortos

En el texto hay: fantasia, autoestima

Editado: 28.08.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.