Capítulo 1 La Sucesión
Esta noche esta despejada, las estrellas brillan como nunca las había visto, la luna completa nos ayuda a ver por el bosque. Es una noche especial hoy mi bisabuela me dará todo su conocimiento, su don y su sabiduría para que yo pase a ser la nueva Chamana. Ya mi abuela esta muy anciana tiene mas de cuatrocientos años humanos y ya desea retirarse a vivir tranquila. Los arboles están adornados con enredaderas naturales de flores de Pitirin que saben a las Fruta Dragón de los humanos, pero la nuestra su semilla crece y da fruto en dos días, también cura el mal de estomago y da fuerza después de un día de trabajo.
Hoy esta todo preparado, los biscochos de luna, el hidromiel que hace nuestro amigo Jesee y hasta la música. Esto es todo un acontecimiento y yo me muero de miedo, he visto hacer esto a mi bisa toda mi vida, pero hacerlo yo es muy distinto. ¿Y sino logro ser como ella? Bueno nunca seré como ella. Me han dicho que cada Chaman tiene su propio estilo, asi que tendré que descubrir el mío pronto. Eso espero.
Dev:
Me vestí para la ceremonia de Sucesión del pueblo Nahiluna, hoy la bisnieta de Flor la chamana tomara la rienda de el ultimo jardín de almas y eso es muy importante, ese jardín además de contener toda la sabiduría, memorias y ritos de los luneros también posee la cura y tratamiento de todas las enfermedades ya sea humanas como luneras. Pero además de que busco la cura para una enfermedad que se come, literalmente, a mi pueblo, también busco la respuesta a mis sueños con ella. Cada noche al dormir salgo de mi y veo lo que creo que fui, tengo memorias de nuestra boda, nuestros hijos, pero de ahí en adelante nada, y deseo con mi corazón buscarla y hacerla entender que soy yo a quien ella busca. ¿Pero y si ella no me recuerda? ¿Si ella jamás ha soñado conmigo?
No es tiempo de pensar en eso, hoy será una noche importante, no solo para ellos sino para mí también como representante del mundo ante los Nahiluna. Me preparo como siempre para traspasar el velo con mucho amor, con mucha lealtad y con mucha fe, paso a su mundo como si también fuera el mío.
Anirak:
Estoy nerviosa, muy nerviosa, me tiemblan las manos, el corazón se me quiere salir del pecho y sudo como si hiciera calor. La noche esta llena de magia, la puedo sentir, es hermosa la sensación de saber que la magia se pasea por el lugar, en donde me van a nombrar Chamana de los Nahiluna. Comienzo a ver caras familiares mis amigas del pueblo, el chico que me gustaba en la escuela, el pueblo de los Ojos de Luna, los grandes del Pueblo del Cielo, Los Señores de la Noche, estaban los Indios Criollos de Caguax y varias tribus más. Esto em pone aún más nerviosa porque yo seré la Chamana de todos.
Me llama mi madre Airam y me dice que este preparada que van a comenzar con la ceremonia. Y esta va asi: Mi bisa preparo su discurso de despedida, le hacen un brindis con una poción que ella misma elaboro cuando comenzó su trabajo, la poción de las mil curas, porque la elaboro para que la gente tuviera buena salud, es una muy buena pócima que lleva plantas autóctonas de Nahiluna y de la Tierra también entre ellas perejil que es buena para los riñones, manzanilla para calmar el estrés, orégano para el sistema inmune y mano para darle un rico sabor. Luego ella me llama, siento que me pulsa la cabeza, las manos me sudan, la vista se me nuble aun poco es la ansiedad del momento, y piden al Gran Espíritu por mi y por mi futura vida, luego de eso ella se quita su capucha y la cambia de color en este caso la de ella era amarilla, la mía será purpura, el color de la sabiduría. Miro al cielo estrellado que hoy lo veo distinto con más astros, más elegante y me llegan olores de flores silvestres y de Pipardinas que toman no solo el sabor como dije antes sino también el olor a lo que más te gusta, esta vez olían a los buñuelos de mamá. Luego de que ella me cambia la capucha yo invoco a Gran Espíritu con una canción y pido por los pueblos a los que serviré. En breve mi propia poción será servida en copas hechas con hojas de árbol de sauco, la cual hice con rosa, lavanda, polvo de diamantes rosados y agua de flor de girasol, que te da la sensación de que estas enamorado y que garantiza que esa cita primera sea con la persona indicada. Ya la he usado, pero aun no me toca que mi ser amado llegue, asi que cuando la uso me da mucho amor propio.
Para el final de la noche ya con toda la ceremonia hecha me mezclo con los nativos y la pasamos super bien. Ha comenzado a lloviznar y todos están afuera aquí la lluvia purifica y es augurio de que mi trabajo de Chaman será todo éxitos. Me senté a las raíces del árbol de la Sabiduría y lo sentí. Su alma buscando saber mas y mi alma buscándolo a él. Sentía su deseo de saber, de sanar, de ser feliz. Y me conmovió, el corazón me alto de amor. Aun no lo había visto hay muchas personas aquí.
Dev:
Cada vez que cruzamos el velo entre mi mundo y el de los Nahiluna lo hacemos con el mayor de los respetos. Primero hacemos una pequeña oración:
“Bendito el velo que hoy se abre para mostrarnos el camino a este hermoso y mágico mundo. Que el velo que cruzamos sea bendito siempre. Que el cielo, las estrellas, la luna, el sol nos bendigan con sabiduría mientras estemos en Nahiluna. Que el Gran Espíritu nos guie y nos proteja y nos deje pasar cada vez que lo necesitemos”.
Y con esta oración pasamos el velo. Esta hermoso, huele a madera húmeda y flores silvestres. Sobre el valle dormido, la luna se alzaba redonda y pálida, como si el cielo contuviera el aliento.
Los habitantes del pueblo iban llegando en silencio al Jardín de las Almas. Sus pasos sobre la hierba crujían como pequeñas brasas. Cada quien llevaba en las manos una vela delgada y, sobre los hombros, la capa de su linaje. Desde lejos, parecían un río de luces que descendía hacia el gran Árbol de la Sabiduría.
Anirak, con la capucha de un purpura profundo, caminaba detrás de los ancianos. Yo podía sentir el pulso en su garganta, como si el bosque pudiera oír su miedo, siempre he tenido esta conexión antigua con ella. Al llegar al claro, alzó los ojos: las ramas del Árbol se mecían con un viento que nadie más parecía sentir. Las hojas murmuraban algo que sólo ella y yo podíamos escuchar. Los ancianos formaron un círculo.