Jaula 23

Capítulo 2

–¿Buenas noches, ¿quién habla?  –Contestó el padre muy nervioso.

          –Tenemos a tus hijos Lucía y David, danos 500.000 $ y te los devolvemos sanos y salvos, tienes 18 horas para darnos el dinero, si te niegas, o intentas hacer algo, serán tus hijos los que encuentres mañana asesinados por los leones en el zoológico.

          Esta llamada ocasionó un gran asombro a los padres y dejando muchas incógnitas al respecto, pero aclarando la duda de que estaban secuestrados, rápidamente contactaron al detective para que rastreara la llamada, pero no lograron encontrar la localización de los secuestradores.

          Pasaron toda la noche buscando y pidiendo dinero prestado para hacer el trato, –creemos que es la mejor idea –Dijo José angustiado–, el detective les aseguró a los padres que podrían hacer una trampa al momento de la entrega, así que les pidió a los padres, que, para la próxima llamada de los delincuentes, le comenten el lugar del encuentro.

          A la mañana siguiente, reciben la llamada de los criminales.

           –¿Tienen el dinero? –Dijo el delincuente.

           –Sí, está completo –Confirmó José–, ¿Dónde nos vemos?

           –El lugar de encuentro será en el parque de la Av. Villa Real, a las dos de la tarde, allí dejarás la bolsa con el dinero completo, luego, diríjanse al zoológico para encontrar a sus hijos.

         Paso la mañana y todos estaban listos, esperando la tarde, en ese momento la madre se sentó para tranquilizarse un poco, no había dormido en toda la noche, y ella pensó que cómo era posible que en la llamada sabían sus nombres y sus números de teléfono, eso la dejo en dudas, pero tenía el presentimiento de que el zoológico tiene que ver con este secuestro.

          A las dos de la tarde, el padre se dirigió al parque con la bolsa de dinero, la dejó en el lugar que identificaron los criminales, los oficiales se disfrazaron de personas normales y se dispusieron a esperar en todas las esquinas de la avenida, para hacer una emboscada. Una camioneta negra, algo sospechosa, se estacionó en la parte trasera del parque, bajo un hombre con gafas oscuras y camino normalmente dirigiéndose a la bolsa, en ese instante el detective camuflado se acerca sin llamar la atención y se asegura que es el delincuente.

          El delincuente mira a todas partes nervioso, y observa cómo un señor alto, se le acerca disimuladamente, no lo pensó dos veces, tomó la bolsa y corrió lo más rápido que pudo, el detective saca su arma y grita –¡FBI, al suelo! rodeado por los policías, no tiene opción y se pone de rodillas en el suelo.

          La madre muy preocupada en su casa, recibe una llamada en su teléfono.

        –¡Qué quieres! –Grito la madre asustada y nerviosa.

        –Te lo advertí, ve al zoológico –respondió el criminal.

        –¡No, espera!...  –Dijo la madre asombrada–, pero el delincuente colgó la llamada.

          Mientras el detective interroga al criminal atrapado, lo amenaza encarcelándolo de por vida para que diga la verdad, él le responde.

          –Todo fue un plan del zoológico –Asintió la cabeza el delincuente–, hace mucho tiempo, el zoológico sufrió el ataque de un virus que mató a muchos animales, después de haber perdido fama y caer en una mísera bancarrota, cometió el delito de secuestrar niños a cambio de dinero, y lograron recaudar mucho dinero, y hacer un mejor zoológico.

          El detective no podía creer todo lo que dijo el criminal, vio en la mirada del criminal una mirada sincera y lastimada, y agradeció por su testimonio. Cuando el detective aclaró varias de sus dudas, intentó contactarse con uno de los oficiales que quedaron en el zoológico, pero al darse cuenta que ninguno de los policías respondía, se dirigió directamente al zoológico para ver que sucedía. Cuando llegó al zoológico hablo con el guardia de la entrada, pero le respondió que se fueron sin avisar.

          –¡Arriba las manos, está arrestado! - Exclamó el detective.

          Los oficiales y el detective se fueron armados y preparados para el departamento central del zoológico, al llegar, arrestaron a todos los presentes allí, y el detective interrogó al jefe del zoológico, reclamándole que dijera la ubicación de los secuestrados. Después de tanto esperar, comienza el detective con las amenazas, y el jefe le responde, que en la puerta que está en su oficina encontrará lo que busca. Un grupo de oficiales y el detective se acercan a la puerta, y se dan cuenta que lleva a un sótano oscuro, mientras bajaban las escaleras con sus linternas, sentían el olor a humedad y carne podrida en el pasillo.

          –¿Qué buscamos aquí? –Pregunto un oficial–. La verdad amigo, una respuesta… –Respondió el detective.

          Ese camino los llevó a un pasillo con aspecto al de un hospital, cuando abrieron la primera puerta, se encontraron con unos científicos haciendo estudios a un león.

          –¡FBI, levanten sus manos y dejen lo que está haciendo! –Grito el detective.

            Había varios laboratorios con animales sedados, muchos de ellos desmembrados, a todos los científicos, biólogos y veterinarios los arrestaron, pero el detective aún no había terminado su trabajo, aún tenía que encontrar a los niños desaparecidos y averiguar qué es todo esto.




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