Jaula 23

Capítulo 3

Una mesa que estaba al rincón del pasillo llena de pantallas con grabaciones dejó asombrado al detective. Vio cómo hacían vacunas contra enfermedades de los animales. Y eso no fue todo, también vio en una pantalla la grabación del momento exacto del secuestro de todas las personas desaparecidas recientemente.

          Sin palabras, pasa su mano sobre su frente sudada y pálida, un oficial le llama desde el final del pasillo, asegurándole que es la última habitación de aquel lugar. Cuando entraron los oficiales y el detective, había dos científicos agachados y asustados, también había uno de los oficiales del FBI anestesiado en una camilla, quien había desaparecido con dos más y estaba siendo estudiado por unas pruebas, uno de los científicos, dijo que lo podía explicar todo. –¡Habla rápido! –Dijo el detective furioso–, ¡y tú llama a una ambulancia! –Exigió a un oficial.

          –Eh, si, si claro, pues verá… todo esto fue solo para la investigación de una cura contra una enfermedad que estaba matando a muchos animales del zoológico, y pues, temíamos a que las personas se contagien de ese virus, por suerte lo logramos, pudimos detener el brote de la enfermedad, gracias a nuestro equipo científico, salvamos a la humanidad de una terrible enfermedad, tan peligrosa como la peste negra. –El detective le preguntó enojado.

           –¿Por qué el secuestro a las personas?

           –Eh, Es cierto que secuestramos personas, pero son tomados como voluntarios para pruebas científicas, eh… Fue idea del jefe, no nuestra, y algunos de ellos los secuestrábamos a cambio de dinero porque necesitamos fondos, esto ha llevado muchos gastos.

           El detective estaba asombrado por todo lo que dijo, y tenía sentido, ahora comprendía todo, y de nuevo le preguntó, –¿Dónde están? –. El científico le dijo que en la jaula 23 estaban los secuestrados.

          –De acuerdo, ahora debes llevar tus palabras ante la justicia. –Admitió el detective. Una puerta en ese laboratorio llevaba a una jaula oscura y con mucha suciedad, el detective al abrir la puerta de la jaula no podía creer que los niños desaparecidos y los dos oficiales restantes estaban amarrados y atrapados allí.  Los padres de los niños estaban arriba en el departamento, el zoológico 

ya estaba cerrado, al ver la madre y el padre a Lucía y a David venir con el detective en sus brazos, y el niño perdido de la señora Carmen que estaba con ellos, no tuvieron más palabras y quedaron sin aliento, no podían soltar a sus hijos, juntos, todos abrazados, lloraban de felicidad y con lamento por haberlos dejado perder de ese modo. Todos agradecieron al detective por su trabajo.

          Pasado unos días, el zoológico cerro, y los animales fueron transferidos a otro, el dinero fue devuelto a la familia, el oficial que estaba en la camilla, inconsciente y herido en el hospital despertó, y admitió haber peleado con los guardias del zoológico, con la ayuda de los otros dos, intentaron escapar, pero un dardo sedante los durmió, eso le explicó al detective el desorden en aquel lugar terrorífico, y que todos van a estar presos de por vida. Estaba orgulloso por resolver el misterio en aquel lugar lleno de corrupción. A la mañana siguiente, su declaración en el periódico. –Es una locura creer que las víctimas estarían en el sótano de un zoológico, en la última jaula del laboratorio científico, en la jaula 23.

FIN




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