Jaula de Aves

Judeca

01 de Septiembre de 1939.

Wieluń, Cracovia.

El día transcurria con total normalidad. Aquella ciudad pequeña siempre pasaba desapersivida por los turistas con destino a Lodz o Katowice. La casa de la familia Kehens nunca estaba vacía, la madre de Sonja era una mujer liciada que se mantenía las veinticuatro horas de todos los dias recostada, a cuestas de su esposo y sus dos hijas.

—Aveces... no quiere comer.—decia su calido esposo dandole de comer a su esposa, que no le despegaba la vista a Aaron de encima.—P-pero no me rindó, debe comer y me encargaré de que eso pase.

—La ahogaras, papá.—alegó Sonja entrando a la recamara y se acomodó atras de su pareja.—Dejala, yo le daré más tarde.

—¡Pero si ya son 4:30, hija! ¡Es la hora de comer!.

—Precisamente, papá, tambien es hora de que tu comas. Ya te serví... en la mesa. Ve.

—¿Y que hay de ella? Mirala, todo se le cayó a la ropa.—el viejo le quito la servilleta del cuello y le limpio la cara y la ropa a su esposa.—Ay, tendre que azearla o se llenara de moscas.

—Papá.—insistió.—Se te va a enfriar, yo me encargó.

—Esta bien, esta bien, Sonja. Pondre agua a entibiar para que la azees.

Protestó saliendo de la recamara.

Sonja quito la bandeja de la cama.—Aarón, ayudame a llevarla a su silla.—pidió.

Aarón accedio, la cargaron con delicadeza y la subieron a la silla. Sonja la empujo hasta el balcón y le abrio la sombrilla. Sacudio sus manos y volvió adentro.

—Tengo que irme ya, Sonja.—dijo agachando la cabeza.

—¿Que te pasa? Luces triste.

—No, no nada de eso. Me... consterna que... no quieras venir conmigo.

—Mi papá no comería sin darle a ella.—respondío.—Y si él enferma... no sé cómo manejare la situación.

—Entiendo. Cuando estes lista. Mientras tanto... vendre a verlos más seguido.

Sonja le tomo el rostro.—No quiero que seas una "visita al mes" para nuestro hijo. Quiero que seas su padre, no un huésped.

Aarón asintió y le beso en los labios. Luego se despidio de todos en la casa y se fue. Ya en la calle, miró hacía arriba, en el balcón junto a su suegra estaba Sonja, se despidió con su mano y él sonrió, pero antes de alzar él el brazo, escucho disturbio. Aviones comenzarón a sobrevolar los techos, y en un pestañeo, todo ss sacudió y hubo oscuridad.

Aarón desperto, habia humo y mucha ceniza y virutas apoderanse del aire. Le sangraba la cabeza y el labio, sentía un hueso roto en el brazo y no podía moverlo. Se levanto, y la casa que estaba frente a él, ya no estaba, solo los cimientos y nada más.

—Sonja... ¡Sonja!.

09 de Agosto de 1942.

Amelie arreglaba  la cama de Aarón, sus sabanas eran delgadas y de colores amapagos, la silueta del joven aun se veía dibujada en el colchón, y su olor seguia impregnado en las telas, Amelie tomo la sabana y la aserco a su nariz, olfateandolas mientras un golpe de emociones extasiaba su mente y sus poros.Ni cuenta se daba que Aarón la observaba con sigilo en el marco de la puerta. Precabido y sin hacer ruido alguno, camino hasta ella, la tocadiscos estaba encendida en una bella melodía, Aarón la tomo de la cintura y Helene con escalofríos apreto la sabana, mientras Aarón llevaba sus manos por su silueta hasta sus manos, hasta que se hicieron uno.

—Eres preciosa, eres pan, un pan fresco.—susurró Aarón y Amelie jadeo.

Tumbandos en la cama de Aarón, beso, tras beso, un intermible beso. Aarón bajo el enaguas de Amelie, su piel estaba empapada de sudor, y sus alientos se mezclaban en el aire.

Aunque el movimiento había acabado, aun se mantenian frescos, a excepción de Aarón que estaba por qudarse dormido. Amelie recosto su cabeza en el pecho de Lenz y su calida respiración por la boca le escalofriaba la piel.

—Amy.—le llamo por aquel diminutivo que la sonrojaba.—Siento haber...

Ella sonrío al ver que el seguía apenandose y se curveo para verlo a la cara.—No tienes de que apenarte. Es-es mi primera vez con alguien.

—¿Y fue un fracaso?.

Negó y puso su labios contra los suyos. Se separo.—Ya te dije que no. Debo irme a terminar mis tareas, la dueña de la casa me matara si me encuentra con su hijo.

Aarón se rió mientras veía a Amelie a la luz de la ventana ponerse su ropa de la manera más rapida que pudo. Se acercó a Aaron y le beso la mejilla.

—¿Volveras a arreglar esta cama?.

—Si esta vez si me dejan hacerlo.

Se habían tomado de las manos y comenzarón a separarse. Amelie seguía con la radiante sonrisa y se fue con ese mismo animo de la habitacion de Aarón para terminar sus tareas.

30 de Noviembre de 1942. 

Amelie iba a pasar su segunda Jánuca en la casa Lenz, sabía que a pesar del noble corazón de Brunilda, no estaba segura con los demás integrantes. Tenía dentro de un cajón bajo su cama, un candelabro, velas, y un retazo púrpura de tela que ella tejió con la estrella de David bordada, debía de mover todas esas cosas al ático de la casa, donde celebraba su Jánuca. 

Aquella mañana, el matrimonio Lenz había salido al mercado, Aaron se fue a su trabajo a hacer guardia en  Sachsenhausen, Margaret y Greta se quedaron en casa con Amelie.

Margaret pasaba por el pasillo, ella siempre fue una mujer quisquillosa y fisgona, abrió un poco la puerta a manera de ver que hacía Amelie a la que ella llamaba "huésped", noto como tomaba el candelabro con ambas manos, y al ver el retazo de tela abrió por completo la puerta, ambas se quedaron frías y sin palabras, Amelie tiró rápidamente las cosas al cajón.

—¿Qué tienes ahí?.— preguntó perpleja Margaret.

—Na… nada.— tartamudeo con miedo.

—Déjame ver.

—¡No tengo nada!.

—¡Y si no es nada, ¿por que no me dejas ver?!.— le gritó irritada.

Margaret se avalanzo contra Amelie, ella tapaba con su espalda el cajón y empujaba con su cuerpo a Margaret, ella la tomó del hombro y la arrojó hacia atrás; tomó los objetos y las ideas golpearon su mente.




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