Jefe, tendré un hijo suyo

Capítulo X

Y llegó el capítulo que todos/as estabamos esperando... ¡Que lo disfruten mucho!

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“Si me engañas una vez, tuya es la culpa; si me engañas dos, es mía”

Anaxágoras

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Camine en dirección a mi casa mientras que en el transcurso del camino pensaba en quién pudo haber sido la persona que me metió en este problema, sinceramente la única persona que puedo confrontar ahora es a Rade, ya que Cassandra hará lo que tenga en sus manos para encontrar a la doctora Katić para averiguar porque no siguió las indicaciones de mi expediente, como también, buscará a la empleada o aquella mujer quien me llamo para darme la felicitación de mi embarazo porque al parecer ella también sabe algo sobre la inseminación artificial de un donante.

Me acaricio la cabeza pensando sobre cómo voy a ignorar la idea de que llevo un bebé de mi jefe, el único agradecimiento que tengo es que nadie podrá decirle a él sobre esto si no, no tengo idea de cuál sería la reacción que tomaría con la noticia, es decir, no creo que se moleste cuando el propio Demian es quien ha donado su esperma para que cualquier mujer pueda tener un bebé de su sangre, pero es probable que si se enoje porque revelaron la identidad del donador.

Ya ni siquiera sé, si saber quién era el donador haya sido una buena idea, quedarme con la duda hubiera sido un caso muy aparte porque pudieron darme las características sin mencionarme su nombre pero a estas alturas, no puedo descartar la curiosidad que tenía durante aquella llamada para saber la verdad y la identidad del donador cuando fui yo quien le insistí duramente a la empleada que no me siguiera escondiendo más datos de los que había empezado a descubrir.

Oh Dios mío, un hijo de Demian… De su sangre y mi sangre, sigo preguntándome cuál ha sido mi condena para que fuera la elegida para este caso cuando había más de veinte mujeres en esa clínica haciéndose una inseminación artificial, una fecundación in vitro o para hacerse de una gestación subrogada.

Lo peor de esto es que tampoco sé porque Cassandra se veía tan interesada en mi embarazo si la familia de un donador no debe de entrometerse en estos asuntos y más de la madre quien espera el bebé; su reacción al creer que puedo poner en riesgo el feto me hace dudar en todo sentido y más al haberlo llamado «su sobrino» cuando aquí no puede haber alguna conexión.

Es complicado, pero esté día ha sido suficiente largo como el de ayer para poder seguir peleando, queriendo tener respuesta y recibir más sorpresas; por el momento solo quiero estar en casa y poder acostarme; pero para que eso suceda, primero debo de hablar con Rade, no quiero seguir posponiendo está conversación cuando necesito qué él sepa la verdad sobre que el bebé que llevo de mi vientre no fue concebido de su esperma, sino que, hubo cierto problemita que convoco que al final todo fuera diferente.

Al tener la cabeza agachada termino por chocar con una persona haciendo que mi cartera termine en el suelo, la persona con cortesía la agarra para luego devolvérmela haciendo que le agradezca con unas palabras y una media sonrisa para verla a los ojos.

—Marko, ¿cómo estás? —Le pregunto feliz al ver al ex compañero de trabajo de Rade.

— ¡Danika! ¡Que gusto poder verte! —Nos damos un abrazo.

Marko ha sido como el amigo más cercano que Rade pudo tener en su trabajo, realmente a él puedo considerarlo como un buen amigo y una buena persona, quien nunca nos ha fallado y siempre ha estado para ambos en todo tipo de ocasión sea buena o mala; pero desde que mi marido fue despedido, ya no han mantenido algún contacto.

— ¿Cómo está Rade? —Pregunta un tanto apenado.

—Bien, no se tomó bien el despido, pero ya encontró un nuevo trabajo —le comento.

—Que bien por él, pensé que no encontraría uno luego de que… —cortó el final de la oración. —En fin, estoy feliz por él.

Le doy una mirada muy cautelosa dándome cuenta que hay algo que está intentando ocultarme, por lo que no quiere ni siquiera mencionarlo, sospecho que puede ser algo sobre el despido de Rade y quizás esta sea una buena ocasión para preguntarle a él sobre lo que sucedió ese día porque hasta el momento, mi marido no me ha querido revelar nada ni siquiera le gusta que se lo mencione.

—Marko, puedo preguntarte sobre ¿por qué despidieron a Rade sin darle una justificación? —Él hace una mueca.

Se da una media vuelta como si alguien lo hubiera tocado en la espalda, pero simplemente, paso su mano por todo su rostro para luego darme una mirada llena de compasión.

— ¿No te dijo la razón? —Niego. —No creo que deba ser yo quien te lo diga. —Ruedo los ojos.

—Vamos Marko, somos amigos… Y Rade no me ha querido decir la verdad, ¿por qué no me lo puedes decir tú? —Suspira.

—Porque… Ay Danika, no es algo fácil y me avergüenza ser yo quien te lo mencione cuando Rade debió de tener los pantalones para decírtelo ya que eres su esposa. —Dice nervioso.

Tiene razón, le daría hasta una estrellita de papel de premio como los profesores se lo dan a sus alumnos cuando contestan bien una pregunta. Rade es quien debió de decirme esto y no él, pero conociéndolo se llevará ese secreto a su tumba porque si ha sido una justificación muy razonable por la que lo despidieron, esto quiere decir que me terminaré por enfadar más de lo que no lo hice cuando me enteré que para olvidar su mal día, se fue a gastar casi su indemnización en el casino.




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