Jefe, tendré un hijo suyo

Capítulo XI

“Olvidemos lo que ya sucedió, pues puede lamentarse, pero no rehacerse”

Tito Livio

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La oficina se quedó en silencio por varios minutos, mi jefe fue incapaz de decir una palabra, se quedó ahí, detrás de su escritorio con las manos puestas en su contorno de madera, con la mirada asustada y petrificado, ni siquiera se podía saber si seguía respirando porque tampoco parpadeaba, solo faltaba que se desmayará igual que yo, pero eso no sucedió.

De pronto se movió y abrió su boca donde es probable que estuviera respirando, seguía desconcertado por la noticia, no lo culparía cuando también estuve igual que él cuando me mencionaron que la IAC que debía haberme hecho termino por una IAD, como también, que el donante del esperma fue Demian Thalassinos… Me hubiera esperado de cualquier otra persona, pero nunca de mi jefe, a estas alturas ya ni sé cómo reaccionar porque al final, él termino por descubrir la verdad cuando menos lo deseaba.

—Por todos los dioses… —Murmuró.

Se acarició su cabello lacio hasta que termino por alborotarlo sin quitar aquel rebelde mechón corto que siempre se escapa de los demás para caer en su ceja; se pasó la mano por su mejilla hasta su mandíbula para terminar por verme nuevamente a los ojos, se ve asustado, tanto, que parece como si le acaban de dar la peor noticia de su vida.

—No puedo discutir esto aquí. —Se sienta en su silla de cuero. —Nos vemos en el Monocycle Speciality Coffee a las cinco y punto. —Sigue sin poder hablar del asunto.

—Bien. —Suspiré y empecé a darme la vuelta para irme de aquí.

—Y Danika —me detuve al saber que diría otra cosa —, ni una palabra de esto a nadie. —Tomo aire y asiento mientras me deja marcharme.

La verdad es que no tengo la intención de querer mencionarle a alguien sobre este problema, porque quien señalaran por manchar su reputación será a mí antes que él, porque nadie va a creer la idea de que el bebé ha sido producto de una inseminación artificial antes que haber mantenido relaciones sexuales con mi jefe.

Esto será difícil, lo peor es que no tengo la fuerza suficiente para poder confrontar este tema con Demian cuando aún sigo impactada por su reacción, sé que no me esperaba que él se alegrará con la noticia, me abriera sus brazos y gritara a los cuatro vientos que tendrá un hijo; pero tampoco me esperaba ese comportamiento tan hostil y frío de su parte como si le hubieran abofeteado el rostro dos veces por cometer un error imperdonable para luego tratar de defenderse de forma brusca ante el hecho.

Tengo mucho miedo sobre los temas que se puedan llegar a tocar, sin decir que no esperaba que se enterara muy pronto, por lo menos si lo hubiera sospechado, intentaría haber hecho un discurso para poder mantener la cordura pero con todos los problemas que he tenido y la carga emocional que he recolectado, no sé qué tan firme podré verme o tan siquiera que tipo de palabras y explicaciones le diré porque si para mí fue absurdo creer la forma en como termine por hacerme una IAD y no una IAC, no tengo idea cómo él se lo llegará a tomar.

Por lo menos debo de tener en cuenta que mis palabras deben ser convincentes y reales, de todas formas, no tengo nada que ocultar, ya que no me servirá de nada y lo único que deseo es que esto acabe ya.

(…)

Ninguno de los dos decía ninguna palabra, solo nos veíamos mutuamente esperando que uno abriera la boca y dijera las primeras oraciones para dejar a un lado ese aire tenso que provoca que no se suelte la verdad; imaginarme que un día podría estar en esta posición inusual con mi jefe hubiera sido imposible, más cuando ahora estoy a tan solo un metro de distancia de él, viendo cada detalle de su rostro y experimentando cada uno de esos rasgos o actitudes que demuestra sin tener la valentía de preguntar.

Las yemas de mis dedos acarician la taza del expresso que he pedido, el tintineo de varias cucharas o de las tazas cayendo en el platillo de porcelana a juego es lo que me distrae, pocas personas se encuentran a nuestro alrededor hablando sobre todo tipo de asuntos, que hasta pienso que nadie se encuentra como nosotros, simplemente, los demás sonríen y mantienen esa conversación simpática. Todo ello me hace preguntar sobre cómo terminare, pero a estas alturas, todo me preocupa, desde por dónde comenzaremos hasta dónde terminaremos.

— ¿Cómo se enteró? —Fui la primera en preguntar.

— ¿Eso importa? Tenemos que hablar al respecto de ese bebé —dijo crudo.

—Si tanto le importa, ¿por qué no ha dicho alguna palabra desde los veinte minutos que llevamos sentados en este lugar? —Resalte.

— ¿Cree que estoy preparado? Apenas he tenido cuatro horas para comprender está situación. —Suspire con su respuesta.

Bueno, ni cuatro horas ni nueve meses serían suficientes para entender este suceso, porque si no he podido comprenderlo yo quien lo ha tenido que esconder durante un mes con dos semanas, quien me garantiza que podré captarlo en los próximos meses cuando aún me resulta una maravilla pensar que la inseminación artificial de un donador exactamente termino por ser el del esperma de mi jefe.

— ¿Qué paso para que esto sucediera? —Musitó.

—Una equivocación, yo deseaba una inseminación artificial conyugal pero no entiendo como termino por ser una de un donador. —Hable con firmeza.




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