Jefe, tendré un hijo suyo

Capítulo XXIV

“Nunca se alcanza la verdad total, ni nunca se está totalmente alejado de ella”

Aristóteles

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—A ese paso me preocupa que tu vientre acapare todo espacio que te queda para acercarte a la mesa —le hago un gesto de poca broma a Vladimir.

— ¿Por qué mejor no eres un buen caballero y me permites salir primero? —Le digo mientras ambos quedamos en medio de la puerta de la sala de reuniones.

—Sí, es probable que al rato ponen un letrero de embarazada a bordo —bromea Matej al salir de la oficina.

— ¿Qué fue lo que dijiste? —Vladimir se molestó por el comentario.

— ¿Quieres otro chiste? —Expreso él. —Que tu amiga la panzona pronto tendrán que moverla con una grúa cuando ya no pueda ni caminar con esa barriga. —Me señalo.

Le puse la mano en pecho a Vladimir en el momento en que observé como estuvo a punto de acercarse al gerente de finanzas para decirle unas palabras por no decir que un golpe por su estúpido comentario; buscar en este momento problemas no es lo adecuado y más cuando Demian acaba de tener una reunión con todos los gerentes para sincronizar todas las obligaciones que tenemos que seguir en función.

—No vale la pena discutir, Vladimir. —Le doy la vuelta y lo empujo para que salgamos de la sala de reuniones.

—Oye Blažević, me entere lo que hizo tu marido, ¡uh! Que problemón. ¿Sigue huyendo de la justicia o ya lo encarcelaron? —Tome suficiente aire para no darme la vuelta.

Piensa en cosas bonitas, Danika, piensa en cosas bonitas… No te atrevas a darte la vuelta y encararlo porque es probable que no solo te lleves un mal día, sino que también tengas un buen reclamo de parte de Demian si se llega a enterar que te peleaste con un compañero de trabajo quien te está ofendiendo por cosas insignificantes por las que no debería meter su nariz.

—O espera, no me digas, ¿estuviste involucrada en el suceso? ¿Por eso te están investigando? —Me doy la vuelta.

Pero cómo sabe sobre lo de Rade y por supuesto, que me siguen investigando para averiguar si no estuve involucrada en la estafa que mi ex marido le hizo a su antigua empresa. Lo único que sí sé, es que la actitud de Matej no me está gustando para nada y si sigue abriendo la boca para decir cualquier estupidez que me involucre no dudaré en seguirme quedando callada.

—Vámonos Danika, solo ignóralo. —Vladimir me toma del brazo para que sigamos caminando.

Intento olvidar todo lo que ha dicho solo con el fin de no ser la primicia de la semana entre toda la empresa, ya es demasiado que entre los últimos cinco meses he empezado a ser la comidilla de todo trabajador solo para seguir sonsacando mi vida privada sin saber de ella en su total verdad.

—Mala suerte que el engendro que llevas es de un criminal. —Abro la boca y me detengo.

Eso si no se la perdono. Ni siquiera sé cuántos minutos me tarde en llegar hasta él, levantar mi mano y darle una buena bofetada que no hizo más que girarle el rostro como también provocar que mi mano ardiera luego de haber tenido que usar el método menos conveniente en este instante. Apenas cometí esa acción cuando él quiso ser el siguiente en actuar, pero el gerente administrativo lo detuvo mientras que Vladimir me sostenía para no seguir discutiendo con Matej, pero fue imposible que nuestras palabras y ofensas no se escucharan por toda la sala como en los pasillos, luego que formaron grandes ecos que no tengo duda que todo el que estuviera en ese piso, terminaría por escuchar.

No sé en qué momento le pude sacar a él toda su mala reputación no sólo por conocerlo sino que también por lo que he escuchado de los demás dejando a un lado a Vladimir en ello, no obstante, Matej seguía sacándome cosas de Rade, del pasado de él y de mi bebé que sólo logro que mi sangre empezara a hervir más a punto de que hubiera deseado darle otra bofetada, sino hubiera sido porque Vladimir uso toda su fuerza conmigo para que no me escapara de sus brazos y volviera a darle su merecido a ese cretino e hipócrita que ofende a toda persona que desea con tal de hacerla sentir inferior.

— ¡¿Qué sucede aquí?!

Mierda. Solo con esa voz y su molestia al ver que dos de sus empleados están armando una guerra en su empresa logro que el espectáculo se detuviera, sin decir que preferí no darle la cara ni tampoco considerar en dar una explicación pronta cuando he empezado a conocerlo y sé que cualquier tipo de justificación o excusa no lo convencerán ahora. Lo peor de ello, es que parece tener tanto poder sobre sus trabajadores que ni siquiera Matej fue lo suficientemente valiente para abrir esta vez la boca y dar una explicación, aunque sirvió de algo al convencerme de que no tratará de decir la verdad.

—Los dos a mi oficina. —Nos sentenció Demian.

Vladimir me soltó para darme una cara de decepción, pero también de miedo al saber que estoy en problemas con el jefe, así que, sin otro remedio, termino por seguir a Demian mientras que Matej camina detrás de mí luego que Goran dejará de tomarlo de los brazos para que no se acercará a mí.

Lo peor de todo esto es que el espectáculo que montamos pareció al de unos niños pelear por un juguete o de una pelea de adolescentes en la escuela… Hasta la mismísima frase de Demian convino para hacernos llevar a su oficina en donde tengo previsto que nos dará un ultimátum para no volver a cometer la misma desfachatez si no queremos quedarnos en la calle y aunque cualquiera en mi lugar diría que tengo la ventaja por estar embarazada, llevar su hijo en mi vientre y vivir en su finca, pues, yo lo veo como una amenaza que me dará si quiero seguirme quedando los cuatro meses y medio que me quedan del embarazo con empleo y con alojamiento gratuito.




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