Jefe, tendré un hijo suyo

Capítulo XLV

“Hacer mal por voluntad es peor que hacerlo por la fuerza”

Aristóteles

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Esto es una mierda, nunca me había sentido tan atemorizada en toda mi vida, esto supera toda la perspectiva que pude haber tenido en el transcurso de mi vida cuando hacía referencia que nada ni nadie me llegaría a asustar como nunca luego de que Tomislav estuviera a punto de violarme, pero está vez, las cosas suelen ser diferentes, al menos esa ocasión pude levantarme de ese golpe y seguir caminando para normalizar nuevamente mi vida, pero en está vez,  no comprendo qué me ha sucedido, es decir, no me reconozco, ni siquiera soy capaz de poder tener un minuto de paz cuando mi mente divaga varias veces sobre lo que pueda ocurrirme cuando me encuentre sola o cuando Hades no se encuentre conmigo… Esto es más que una pesadilla, y no veo que termine nunca.

Me acaricio mis ojos y empiezo a recordar cuando fue la última vez que pude conciliar el sueño, pero pronto me doy cuenta que hace dos semanas y media es que no he podido dormir bien cuando los mensajes o llamadas de Rade se han vuelto más constantes que no lo he podido detener y lo peor de ello, es que aunque ya haya ido a pedir una investigación por mi supuesto ex marido muerto, los oficiales de por sí casi se ríen en mi cara al enterarse que estaba intentando decirles que buscaran a un hombre que lleva un año de fallecido y que por obvias razones fue cremado en donde no hay nada que investigar a profundidad.

Realmente no sé porque tengo la mala suerte de que ningún oficial me llegue a creer cuando me encuentro en problemas; sin embargo, ese no ha sido mi molestia, más bien, lo que agravo mi enojo es que todas las llamadas que Rade me ha hecho han sido de teléfonos públicos de los que se han encontrado en distintas zonas del país que no pueden localizar o determinar un punto exacto en donde pueda estar mi acosador, añadiendo que las notas que me ha enviado por mensajería no pueden predecir tampoco quien es la persona que las envía cuando las huellas que han llegado a presentarse en el sobre no son más que las del cartero y de los empleados que trabajan en la empresa de correos del país.

De por sí, nunca me había llegado a ver tan estancada en lo que corresponde a una búsqueda por mi cuenta, más con eso de que Rade últimamente sabe cada uno de mis pasos; con ese detalle que cada día me deja en claro con sus llamadas o mensajes, hizo volverme como una estérica al buscar cámaras por toda la casa desde adentro hasta afuera, en donde no sé si él tiene a alguien que se encuentra vigilándome o es que en serio, ha considerado poner pequeñas cámaras en lugares poco visibles para mis ojos pero me suena patético por una parte cuando no tengo idea de cómo se llegaría a meter a la casa de Demian cuando hay vigilancia por cada punto de terreno y del viñedo.

Lo que aumenta la gravedad del asunto es que apenas el día de ayer me entere por Alen que ya todos saben que Demian y yo tenemos una peculiar relación que todos desconocían y pensaban, que sería la última persona pulcra que no dejaría que su jefe metiera las manos debajo de su falda; realmente si Vladimir no hubiera sido capaz de meterse entre las conversaciones del departamento de contabilidad nadie de mis amigos se hubiera enterado que ya está el rumor de que seduje a mi jefe y que de ello tuvimos un hijo, como a su vez, a través de ello, surgió mi ascenso al ser gerente.

Ya no sé qué es lo que más puede preocuparme entre todos los asuntos que me están pasando, porque ahora además de tener que vivir bajo el miedo por Rade, me señalaran como la zorra de la compañía que no espero a que su luto terminara para meterme con el jefe multimillonario para que le diera una buena vida.

Ni siquiera puedo hacer nada al respecto cuando Demian no ha aparecido en la casa desde que tuvimos nuestra última discusión, lo único que sé es que cuando quiere saber sobre Hades, se comunica con Cyrene para que pueda enfocarlo en su celular por medio de una videollamada o sino, termina de buscar a nuestro hijo por las noches cuando sabe que ya no me encuentro en su habitación; aunque eso es raro que suceda desde la última vez que Rade me describió a detalle dónde y cómo estaba dormido mi hijo. Además, tengo el presentimiento de que Demian no me llegará a creer hasta que le dé una evidencia de que Rade esté vivo, y como conozco muy bien a mi ex marido, sé que no llamará cuando Demian se encuentre en casa, como también, no enviará mensajes; por tanto, el padre de mi hijo solo pensará que todo es obra de un acosador o enemigo que tenga

—Señorita Danika… —doy un enorme salto —, lo siento no era mi intención asustarla…

Negué ante las palabras de Cyrene, sinceramente hasta el menor ruido posible termina por asustarme hoy en estos días que quisiera decir que mi estado de alerta aún no ha colapsado, pero en sí, me estaría engañando cuando ni siquiera puedo mantenerme atenta con unos simples pasos que no logren ocasionarme miedo.

— ¿Sucede algo Cyrene? —Le pregunto mientras observo como Hades se encuentra en su corral jugando con unos cubos de algodón los cuales lanza y vuelve a tomar hasta intentar metérselos en la boca.

—Tiene visita —me levanto alterada por si es Rade el que ha decidido presentarse en esta casa… Aunque no debería creer eso cuando no sería capaz, o ¿sí?

A estas alturas debería pensar cualquier tipo de posibilidad, pero no me quiero seguir enredando entre el miedo y la paranoia que empiezo a crear con estos eventos.




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