Jennifer One, una androide que se hace pasar por una humana, se encontraba revisando la habitación recién decorada de su casa, llena de juguetes, peluches, una cuna, mucha ropa, bolsas de pañales, botellas de leche y muchas otras cosas para bebés, mientras tenía a ése bebé humano en una cangurera.
-Según mi fuente de datos, tengo todo lo que necesitas pero no podré moverme en una habitación con tan poco espacio.
Bebé humano, eras mucho más trabajo de lo que esperaba.- dijo la rubia, mirando hacía abajo, donde tenía a ése bebé humano, mirando los juguetes de su habitación con curiosidad.
En ése momento ésa habitación estaba tan llena de cosas para bebés, que ni el mismo bebé, siendo tan pequeño, podría ingresar.
Los ojos de la androide brillaron por un segundo, buscando nueva información.
-Vaya, fue un error mío, no tenía que tener exactamente todo y mucho de lo mismo; sólo tenía que poseer lo básico por el momento y no dejar tu habitación llena, fue un gran error para un androide tan avanzado como yo, pero no volverá a pasar.- dijo la mujer, manteniendo su mirada inexpresiva.
Su creador iba a enloquecer sí descubría que cometió un error como ése, así que era mejor mantenerlo en secreto.
La androide sintió como algo golpeó su cara y agachó la mirada para ver a ése bebé humano, sacudiendo un sonajero que pudo agarrar de tan lleno que estaba ése dormitorio.
Su sistema de autodefensa tenía que estar desactivado con ése niño ya que según la información, los bebés eran sumamente delicados, más que la información de su disco duro.
-Bebé, ¿cómo se supone te dé de comer?
La información que encontré es que debés ser amamantado por tu madre, pero yo no lo soy.
Según la información, con leche tibia te debo alimentar, pero ¿cómo se supone que sé cuando estás lleno?- preguntó la androide, sabiendo que no recibiría respuesta.
¿Será qué su creador también fue así de tonto e inocente hace mucho, mucho, mucho tiempo?
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Un plato con galletas estaba sobre la mesa, un niño de 5 años se acercaba sigilosamente luego de asegurarse de que su madre no esté cerca.
Se supone que tenía prohibido comer alguna ya que luego no iba a comer nada su almuerzo, cosa que faltaba un par de horas, pero no podía obedecer a su madre, las galletas lo llamaban.
Subiéndose sobre una silla, apoyo su mano derecha sobre la mesa y estiró la izquierda para agarrar una de ésas galletas.
-Bradford Kelvin One, ¿qué crees que haces?
Y el niño se asustó, volteando a ver como su madre estaba de brazos cruzados y con una chancla en su mano derecha.
Como siempre, su madre no mostraba expresión alguna en su rostro pero éso no impedía que le tenga miedo y más sí sostiene ésa cosa tan peligrosa.
-Es que... mami hace galletas muuuuy lindas y no me puedo resistir a e... ¡adiós!
Y el pequeño Brad saltó de la silla y se fue corriendo, huyendo de su castigo.
La androide miró las galletas y sus ojos brillaron por un segundo.
En sus datos estaría guardado que a su niño humano le gustan las galletas que ella hace.
Es un ser artificial, no tiene papilas gustativas así que lograr algo que tanto le guste al niño humano que ahora es su hijo, era una gran hazaña.