Jennifer One, la mejor androide jamás creada, era madre adoptiva de un niño huérfano hace ya 6 años.
Ése día le tocaba viajar en colectivo y su niño humano iba sentada en su regazo, aburrido.
-Mami, ¿por qué la abuela y otras personas te llaman Jennifer en lugar de mami?- preguntó el pequeño.
La androide al oír ésa pregunta analizó fácilmente una respuesta.
-Por que Jennifer es mi verdadero nombre.
Ella era el proyecto Jennifer, nombre dado por su creadora principal y los demás científicos a cargo, así que respondía a ése nombre.
-¿Entonces te tengo qué llamar Jennif...
-No, lo tienes absolutamente prohibido.
Sólo contigo respondo al llamado de madre, mamá, mami o má.- respondió la androide, no queriendo oír cómo ése niño humano la llama por su nombre asignado.
Su programación tenía completamente denegado el que Brad la llamé así.
-Está bien, sí mami lo quiere así, así lo haré por que yo quiero muuuucho a mami y me gusta hacer todo lo que ella me diga.- dijo el pequeño niño mientras que las personas en el colectivo que lo oyeron, sonrieron al ver a ése adorable pequeño y su inexpresiva madre.
La androide asintió ante las palabras de su niño humano.
Brad lo dijo en ése día y en su sistema quedaría guardado, ella siempre sería llamada madre y similares por él.
Tenía un buen niño así que cumpliría su palabra y lo sabía.
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La bella androide se encontraba en el patio de su casa, cortando el césped con una cortadora de césped.
Era molestó tener que usar una máquina inferior y tener que ocultar sus funciones, pero era la orden que su creador le asignó; fingir ser una persona normal.
La androide detectó una fuente de calor conocida y volteo para ver como ése humano que cuidaba como a un hijo, llegaba de la escuela.
Brad era un chico tranquilo, aveces algo temperamental pero seguro sólo era cosas de la adolescencia, tenía ya 13 años y era de baja estatura, pero según la información que adquirió, ya iba a crecer y dar su estirón, como dicen los humanos.
La verdad él sabía que ella no era su madre verdadera pero aún así, la llamaba "mami", como sí lo fuese y a pesar de tantos años ya, ella seguía analizando una y otra vez ésa frase, como sí fuese la primera vez.
-Hola, Brad, ¿qué tal la escuela?- preguntó la androide sin mostrar expresión alguna en su rostro.
El chico miró a su madre adoptiva y pronto desvió la mirada, con fastidio.
-Aburrida y ruidosa como siempre... Jenn.- respondió el chico.
Estaba tan molestó por que sus amigos ése día se burlaron de él por que le seguía llamando "mami" a su madre adoptiva, así que la empezaría a llamar así, después de todo, seguro a ella no le molesta, nunca nada parecía molestarla realmente.
La rubia dejó caer la máquina de cortar césped, cayó de rodillas, agachó la mirada y llevo una mano a su pecho, haciendo que el chico se altere.
-¡Mamá! ¡¿Qué te pasa?!- preguntó Brad, acercándose muy preocupado a su tutora.
Desde que tenía memoria, no recordaba verla enferma o algo similar, así que estaba muy preocupado.
La mujer ignoró a su hijo y permaneció con la mirada gacha, intentando descifrar lo que le sucedía.
¿Será un virus?
Imposible, además todos sus sistemas habían sido revisados hace menos de una semana por su creador.
No tenía información de lo que le sucedía pero era algo... desagradable.
-Jenn, ¿me oyes?
La androide volvió en sí al oír nuevamente su nombre y miró al chico que estaba agachado a su lado.
El ojiazul al recibir la mirada de su tutora, se asustó y cayó sentado mientras ella se ponía de pie.
-Todos mis sistemas funcionan a la perfección, no debés preocuparte.
Ahora termina de cortar el césped, estás castigado.- dijo la mujer antes de darse media vuelta y regresar al interior de la casa.
Brad que aún seguía sentado, llevó una mano a su pecho, asustado.
Muy pocas veces en su vida su madre adoptiva le daba miradas con algún tipo de expresión y hace un rato le dio una terrible mirada llena de enojó.
¿Le pasó algo malo por lo que le dio ésa mirada?
¿Por qué lo castigo de la nada?
Ahora no importaba, mejor obedecía la orden que le dio de cortar el césped y luego llamaba a su abuela para que la vea.