Día de las madres, un día dedicado especialmente a aquellas mujeres que poseen a un hijo o hija bajo su cuidado, un día donde algunos hijos actúan lindo con sus madres.
-¡Felíz día mami, te quiero mucho!
Brad le extendió a su madre adoptiva un dibujo que hizo en el kinder, estando el dibujó de dos raras siluetas del mismo tamaño.
-¿Te gustó?
Somos nosotros dos.- dijo el pequeño con una sonrisa, llena de orgullo por hacer algo tan increíble para su madre.
La androide miró fijamente el dibujó por unos segundos y luego miró a su hijo adoptivo.
-Es horrible, no tienes talento artístico.
Parecen dos salchichas mal hechas con caras, y brazos y piernas de espaguetis.- respondió la androide con su usual rostro inexpresivo.
Mentir era algo malo y a pesar de que su programación le permitía mentir en casos de emergencia, no lo haría delante de el niño humano ya que era algo sumamente malo.
La rubia ladeo la cabeza al ver a su hijo adoptivo con sus ojos llorosos y rostro de enojó.
-¿Por qué lloras, pequeño Brad?
No me digas que te enojaste por que fui honesta y señalé lo horrible que es tu intentó de dibujo.- dijo la de ojos rojos, intentando comprender que le pasaba a su niño humano.
-¡Eres una tonta, mami!
Y tras gritar éso el niño se fue corriendo a su habitación mientras la androide buscaba el significado de ésa palabra.
-Bradford Kelvin One, insultar a los demás es malo, no lo vuelvas a hacer.- ordenó la androide.
¿Qué le pasará a ése niño humano?
Tenía 5 años así que no podía ser la pubertad, todavía era muy pronto.
Mirando al dibujo que le fue dado lo volvió a analizar y sus sistemas nuevamente le señalaron que era un mal trabajo de alguien sin talento.
Su primer regalo para el día de las madres era algo atroz y sin sentido.
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Brad iba rumbo a la heladera para sacar algo de agua fresca para beber, pero se detuvo al ver un feo dibujo pegado en la puerta de la heladera.
-Jenn, ¿por qué todavía tienes esté feo dibujo pegado en la puerta de la heladera?
Te lo di cuando iba a kinder y verlo ahora a mis 14 años me da vergüenza.- dijo el chico, sacando ése feo dibujo de la heladera.
No podía crear que ésa era su forma de dibujar en el pasado.
El dibujo le fue arrebatado de sus manos y volteo para ver como su tutora lo veía con el ceño fruncido.
-No vuevlas a tocar mi tesoro.- exclamó la androide de manera algo amenazante.
-¿Tesoro?
Pero sí es un dibujo horrible y creo que tu mismo me lo dijiste.
Te puedo hacer otro mejor sí quieres.- dijo el chico, avergonzado por que ése dibujo siempre era visto por sus amigos las veces que iban a su casa.
La androide fruncio el ceño y apoyo ése dibujo feo sobre su pecho.
-Mi tesoro, no importa que sea feo o lindo, sí lo tocas, me voy a enojar mucho contigo y hasta posiblemente lloré.- exclamó la rubia, sabiendo que no podía llorar ya que es un androide.
Ése feo dibujo fue hecho por su lindo e inocente humano y un no tan feo dibujo hecho por su lindo y algo rebelde chico humano, no lo reemplazaria.