Jerarquías y demonios

19: Derritiendo dos corazones

Troyen

¿Otro plan para engañarme? Visualizo a Roxellane, sentada en el suelo, con la espalda apoyada al borde de la cama y tiene su provocativo camisón otra vez. Bueno, no es que lo sea, solo que no lo muestra mucho, ya que cuando llego, normalmente, se encuentra tapada por las mantas. Me aproximo a la mujer que suspira, entonces enarco una ceja.

—¿Y ahora qué pasa contigo? —cuestiono, luego aclaro—. No creo en tus engaños y no te voy a dejar ir del clan, así que desiste. No tengo tiempo para tus berrinches, estupideces o lo que sea que trames, no me compadeceré.

Alza la vista.

—¿Quieres hablar?

—¿Te burlas de mí? —Levanto una ceja de nuevo.

—Si no quieres hablar, vete a dormir y listo.

—Buen punto.

Me dirijo a la cama, luego me recuesto en esta, continúo con mi momento de relajación.

Los días siguientes Roxellane hace lo mismo, lo que empieza a irritarme, por lo tanto, al tercer día me harto y la enfrento.

—Ya no eres aburrida, eres patética.

—Analizo mi vida, no me molestes. —Frunce el ceño.

—¿Sufres porque no vas a huir? Supéralo. —Hago una pausa, pensativo—. Te veía más luchadora, ¿qué te ocurrió?

—No me interesa irme, ya asumí que si me voy estaré en problemas, sobre todo para comer.

—¿Entonces?

—Entonces, estoy enojada. —Mantiene la vista un momento al frente, luego la alza hacia mi altura—. No voy a hablar de sentimientos contigo, ¿recuerdas?

—¿Me estás diciendo que estás interesada en alguien?

Sus mejillas se ruborizan, permanece con su mirada en mí, luego baja la vista y suspira.

—¿Cómo podría? Me comí a mi novio —confiesa.

Me parece muy curioso que me lo diga.

—Estás siendo bastante sincera, ¿no crees?

Entrecierro los ojos y los de ella se humedecen.

No está actuando, ¿o sí?

—Tú no quieres hablar de sentimientos, yo tampoco. —Roxellane es la que me corta la conversación—. Deberías irte a dormir.

Bufo mientras mi mandíbula se tensa.

—Se llamaba Anette —aclaro y hago una pausa—. Murió, como todos los humanos, solo fallecen porque son muy frágiles. De hecho, Anette era muy débil, parecía que se rompería en nada y un día solo ocurrió.

—¿Ella se…?

—Estábamos hablando de ti —la interrumpo.

Se sobresalta.

—Sí, yo… —Traga saliva—. Siento que sería un problema sentir algo por alguien, luego de lo ocurrido con Derian, pero tengo tanta rabia cuando lo veo con otras. —Su ceño se frunce y se agarra con fuerza de la tela de su camisón—. Duele mucho, ¿has sentido algo así? La impotencia de saber que no lo tendrás, incluso por las propias barreras de tu mente.

—Profundo —comento.

Sonríe de una forma leve.

—Sí.

—Ya deberías dormir —sugiero—. Sacaste lo que querías, ¿no?

—Quizás.

Nos recostamos en la cama y se me queda mirando fijo, luego le doy la espalda, quedándome pensativo. Dudo de si debí haber mencionado a Anette, pero ya es demasiado tarde para arrepentirse. Lo que sea, solo fue una conversación, no tiene relevancia.

Roxellane

Creo que logré acercarme, no obstante, me ha costado tres largos días. Mi plan funcionó, la sinceridad derritió un poco el hielo de ese estructurado corazón. Este es solo el primer paso para destruir a Troyen, me quedan muchos más, pero al fin siento que avanzo.

A la mañana siguiente, me encuentro con Zijo, lo acompaña otra chica distinta. Me da rabia que todo lo que dije sea real, nada actuado. Voy a explotar de la ira, no puedo creer que deba admitirlo.

¡¡Estoy celosa!!

—¿Cómo te fue? —me consulta el rubio mientras me alejo, así que deja a la chica sola mientras me sigue detrás—. ¡Hey, te estoy hablando!

Me detengo y me mantengo de espaldas.

—Bien. —Suspiro y me giro, determinada. Permanezco con el ceño fruncido, observándolo muy fijo—. Te odio.

Frena y me mira, confundido, pero él también frunce el ceño.

—Qué desesperante te has vuelto —opina.

Lo agarro de su camisa blanca, entonces lo empujo hacia la pared.

—Eres insufrible.

—Y tú estúpida.

—¡No lo soporto más!

Lo agarro de las mejillas y lo beso. Él no lo comprende, pero como es un mujeriego, rápido, me corresponde. Es más, me gira, entonces ahora mi espalda está en la pared. Nuestras bocas se mueven como fieras y siento que me quemaré en el infierno por esto.

Zijo aleja sus labios de los míos y respira aire caliente.



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En el texto hay: demonios, romance, sobrenatural

Editado: 01.02.2025

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