Roxellane
Siento la suavidad de unos dedos acariciar mi mejilla, entonces abro con brusquedad mis ojos y me siento rápido. No hay nadie en la habitación. Debo estar volviéndome loca, Troyen está muerto, Macdrell se deshizo del cuerpo. Me sobresalto cuando tocan a la puerta y doy el permiso de pasar. El susodicho hace presencia. Me quedo observando a Sergius bastante tiempo, hasta que le permito hablar.
—Averigüé lo que me dijo sobre la estatuilla, y es correcto, tiene que ver con el cuerpo disecado en el museo. Quizás pueda restaurarlo, pero recuerde que es algo sobrenatural, necesitará a alguien de la misma especie para solucionarlo.
—¿Cómo la carne? —cuestiono.
—Cruel, pero cierto.
—Con el esqueleto puedo restaurarlo, y la porcelana también da una idea del rostro, pero tú sugieres rellenarlo con la carne de un demonio.
—Sí, puede ser la de Máster, total está muerto.
—Difiero —expreso, cortante—. Vamos a usar a los bichos.
—¿Los bichos? Pero…
—No necesito algo podrido, requiero del motor de todo demonio y esos son los Flushis. —Mi uña se abre y veo a uno salir, camina por mi mano—. Yo misma me usaré. Sin contar que mi cuerpo es el afectado, así que es lo más correcto.
—Ya veo, es muy inteligente. —Me reverencia—. Se hará como usted diga.
Se retira mientras observo al bicho azul moverse entre mis dedos. Pude percibir sus pensamientos, pero todavía son confusos para mí. Lo único que le entendí es que le arruiné una trampa.
Me quito la manta y salgo de la cama. Corro fuera de la habitación, entonces voy en dirección a la zona de Kireya. No veo a Zijo en la puerta, así que ingreso a la habitación y solo la encuentro a ella en su cama.
—¡¿Dónde está Zijo?! —cuestiono.
Deja de mirar su celular y alza la vista.
—Lo mandé a buscarme comida. ¿Por?
—¡Cuando lo veas, dile que voy al museo! —Salgo corriendo.
—¡Oye, no soy tu mensajera! —se queja.
La ignoro y sigo mi camino. Cruzo la puerta, entonces voy en dirección al museo. No obstante, no llego, me pierdo en la bruma del bosque, el cual me aleja del sendero, logrando que me pierda.
¡Mierda! ¿A esto se refería Royal con que los buques están zarpando e iba a perderme? Es probable que mi lado demoniaco no quiera que me deshaga de él o, si lo hago, pasará algo peor. Aun así, entiendo que es la única forma, por lo tanto, no voy a detenerme.
Zijo
Ingreso al clan, así que ya puedo arrastrar el cuerpo muerto hacia la habitación de Kireya, ya que aquí no es un problema llevar un cadáver. Una vez en el cuarto, lanzo su comida delante de la cama, entonces ella hace un gesto desagradable.
—Ese no me gusta, está feo —opina.
Ruedo los ojos.
—Entonces cázalos tú.
—Tu comida podrida se veía alterada —acota de repente.
—¿Qué? ¿Qué sucedió con Roxy? ¿Le hiciste algo? Y no es mi comida podrida. De hecho, corté toda relación romántica con ella, así que no lo vuelvas a repetir.
—El tonito que tengo más rango —se queja—. Y no le hice nada. ¿Cómo podría alterarla? Mi habilidad está bien muerta desde que soy una demonia muy triste, así que cállate.
Su habilidad es controlar las emociones, pero es cierto, nadie ha visto a Kireya utilizarla, por esa razón que acaba de mencionar.
—¿Y a qué vino en todo caso? —Me centro en lo importante.
—Dijo que te cuente que iría al museo.
¿Me estaba pidiendo ayuda?
—Debo buscarla —aclaro.
—Sí, pero llévate esa comida horrible —habla del cadáver.
—¡No puedo, estoy apurado! —Salgo corriendo.
—¡Ambos son igual de imbéciles, dejándome hablando sola!
No sé a qué se refiere, pero debo llegar al museo. Tardo un poco, pero una vez allí, no visualizo a nadie. Está muy silencioso por aquí.
—¿Roxy? —Visualizo una sombra.
Oigo unos pasos avanzar hasta mí, entonces me agarra un escalofrío en cuanto cruza la oscuridad, llegando a la tenue iluminación del edificio.
—ZirRejon, no te esperaba. —Sonríe con malicia—. Aunque supongo que tenemos cosas pendientes que resolver entre nosotros. Mejor, acabemos con esto de una vez.
Mis párpados se abren en grande por la sorpresa.
—¿Máster?
Está vivo, pero, si él se encuentra aquí, ¿en dónde se ha perdido Roxy?