Zijo
Mi espalda choca contra aquella protección que contiene el cuerpo disecado que tanto le intriga a Roxy y me levanto del suelo. Intento mantenerme en pie mientras Máster está en su forma bestial. El museo se encuentra por completo vacío, no hay ni un alma, así que bufo y decido transformarme. Mi color fluorescente destaca, pero ya empiezo a acostumbrarme. Mis pensamientos han cambiado mucho por culpa de esa humana estúpida. Nunca había visto mi habilidad como un beneficio ni una virtud, menos me dediqué a entenderla, pero si quiero encontrar a Roxellane lo más pronto posible, ya es tiempo de empezar.
Comienzo a brillar y Máster se ríe, pero se detiene de hacerlo cuando la luz es tan fuerte que le genera una ceguera. Me sorprende, pero me centro más en el cuerpo disecado que en mi evolución como demonio. Aquella reliquia, parece que sufre y se mueve, se está quejando. En el agujero de su cabeza, vislumbro una visión de Roxy, perdida en el bosque. Tomo mi ropa rota, abandono al adolorido Máster y voy directo a buscarla. Aunque este comienza a seguirme cuando se da cuenta de la situación, yo sigo siendo más rápido en este aspecto.
Espérame, Roxy.
Roxellane
Una bruma intensa me rodea, avanzo sin saber a dónde. En lo profundo del bosque, me veo, pero no me alcanzo. Oigo murmullos sin cesar y las sombras avanzan a mi alrededor, aunque no puedo tocarlas.
—¡¡No puedes detenerme!! —le aclaro a mi visión—. ¡¡Yo no quería esto!!
—Ya aceptaste. —Oigo en mi mente.
—¡¡Pues lo revoco!!
—Podrías morir si dejas todo esto ahora.
—¡¡Tomaré el riesgo!! —insisto.
—Bien, nos separaremos, ni siquiera necesitas restaurar ese cuerpo disecado.
—¿Qué? —Quedo aturdida ante la revelación.
Un peso llega a mi cuerpo y caigo al piso con mucho dolor. Es como si la gravedad me aplastara y no pudiera sostenerme. Todo ha pasado tan rápido.
—Aún estás a tiempo de cambiar de parecer.
Cierro los ojos con fuerza y no le respondo, solo tengo que soportar. Mi lado demoniaco no puede detenerme. Es mi decisión, no perderé.
Troyen
Persigo a Zijo por todo el trayecto del bosque. Ambos volvimos a nuestras formas humanas. Él torpemente se ha vestido mientras avanzaba, en cambio yo, como tengo mi capa, no tengo de qué preocuparme. Aunque quería hacer sufrir a Roxellane, dejo mi orgullo de lado y termino uniendo fuerzas con él para avanzar por los obstáculos. Una vez esquivamos el ataque de las sombras, llegamos hasta ella, la cual se encuentra tirada en el suelo. Doy un paso hacia atrás, quedándome detrás de un árbol, cuando ZirRejon es el que se le aproxima.
Ni siquiera sé qué hago aquí, esto es incómodo.
—¡¡Roxy!! —grita el demonio de rango bajo y se agacha a agarrarla—. No debiste irte sin mí —le recrimina.
La mujer moribunda, tose y procede a confesar.
—Qué bueno verte. —Respira con dificultad—. Me das la oportunidad de decírtelo… —Suspira—. Yo también te quiero, Zijo.
—¡¡No te despidas ahora!! —Lloriquea el rubio—. Es la conmoción del momento, no te rindas.
—No lo hago, pero, por si algo llega a pasar, necesitaba decírtelo. No deliro, tengo sentimientos por ti. Perdóname por no declararlo antes.
Bajo la vista, oyendo esto, desde mi lugar oculto y bufo. No puedo seguir escuchándolos. Decido hacerme a un lado y marchar. Será mejor que ese Atrell Scarman se encargue de mis problemas, porque yo no lo puedo hacer con mis propias manos. Me apresuro antes de escuchar más, así que me largo de allí, lo más pronto posible.
Roxellane
La maldición continúa navegando por mi alrededor. Vuela como sombras largas y oscuras. Rechacé su poder, así que ahora mi cuerpo se siente muy débil. Se está vengando y no hay nada que pueda hacer al respecto.
A menos que…
—Debo llevarte a un hospital —expresa Zijo, preocupado, interrumpiendo mis pensamientos.
—No… —murmuro, volviendo a lo importante—. Llévame al museo.
—¿Al museo? —Se confunde.
—Hay que seguir el plan.
Bufa.
—Tú y tus planes.
—Hay que arreglar el hechizo, es la única forma, tengo que restaurar ese cuerpo disecado.
No lo duda más, me levanta, entonces parte directo al camino al que debí ir desde un principio, pero, por las circunstancias, me era imposible. No obstante, gracias a la velocidad de Zijo, jamás seremos desviados del sendero. Ahora solo hay que procurar que el plan funcione, es la única esperanza.