Jimena

VII

El tiempo pasa lentamente, parece que juega conmigo, 6 meses es una eternidad en estos momentos. Aún queda mucho por avanzar, estoy al borde de un precipicio a punto de saltar…

Veo por mi ventana la calle, luces brillantes invitan a salir esta noche. Estoy sudando otra vez… Mis manos tiemblan, saco un cigarrillo de mi bolso, subo el volumen del iphone para luego tenderme en el suelo del balcón y fumar. Tardes como estas he vivido presa del desenfreno, sin culpas, tardes sin recuerdos, esos mismos que ahora consumen mis pensamientos.

Pienso en mis amigos, esos cómplices de la mala vida, a esta hora están bebiendo o drogándose sin culpas, no hay futuro, sólo un presente de satisfacción inmediata; extraño todo, incluso lo que nunca he tenido.

No puedo recordar cuando cerré los ojos… El tacto de unos dedos sobre mi mejilla transmitía una corriente eléctrica que recorre en fracción de segundos todo mi cuerpo. Inicialmente pensé estaba soñando o la brisa de la noche veraniega permitía imaginar cosas… Desear una caricia de Jimena ¡Vaya estupidez| Seguía percibiendo esa mano deslizarse , se sentía más real, un fresco olor a perfume inunda mis fosas nasales, unos labios húmedos abordaron mi boca con fuerza y voracidad… Abrí los ojos, seguía en el balcón, el mismo que recibía mis penas, desaciertos, anhelos; al único que me atrevía hablar bajito, contarle aquello que a nadie más lo haría, el nunca respondía, no reclamaba, escuchaba. Decepcionada por la realidad, gruesas lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas, no sé qué esperaba, no merezco que esos ojos marrones u otros, estén al lado de esta mujer inmadura. Volví a mi habitación, recostándome en la cama casi de madrugada.

El trinar de los pájaros cerca de mi ventana, perturbó el descanso, intenté envolverme en las cobijas ignorando la luz que alumbraba todo mi espacio, cuando creo es posible dormir, suena el teléfono. Levanto la mano sin abrir mis ojos para responder.

-Hola…

-Holis Juno, por fin respondes, creíamos te habías cambiado de casa.

-¿Quién es?

-Malena… Parece no esperabas que llamara.

- ¡Malena! Tanto tiempo ¿Cómo están todos?

-Bacán, nos preguntábamos por tu ausencia. Escuchamos por ahí una mierda de recuperación a la adicción ¡Chucha quedamos lelos con la noticia! Don Quijote nos invita a su cumpleaños, sabes bien que para comer y chupar sobra en su casa. No quiero ir sola, se me ocurrió llamar a mi cumpa Fortachón, faltas tú.

-¿Eso es hoy? No puedo ir Malena, también es el cumpleaños de mi madre, hay una fiesta sorpresa para ella.

-¿Desde cuándo esa mierda te importa? Hemos pasado semanas enteras chupando y drogándonos, mientras ella estuvo enferma ¿Ahora te importa esa guea? Mejor dices que no quieres y listo ¡A la chucha contigo! Terminó la llamada.

Pienso en lo inútil de responder a Malena, no quiere escuchar, yo no quiero escucharme, mis manos tiemblan, un fuerte deseo de embriagarme controla mis pensamientos. Bajo a la cocina para buscar alcohol en los gabinetes, nada. Rápidamente busco ropa para salir a comprar al supermercado más cercano, hago una coleta en mi cabello, tomo las llaves y salgo.

Primavera, flores por donde mires ¡Un asco de día! Aligero mis pasos, compro una botella de ron, salgo corriendo para volver a casa. El sonido de una bocina, un auto que se atraviesa por mi camino, hizo que me detuviera. Molesta grito al conductor.

-¡Serás tan imbécil! Casi chocas conmigo ¿Acaso te faltan lentes para ver? ¿Quién te dio licencia para conducir maldito bruto? Tú… Desciende del auto Jimena.

-Juno, perdón, no fue mi intención, cruzaste en luz roja… ¿Estás bien? ¿Puedo ayudarte?

-¿Tú, la diosa de la perfección? ¡Ni lo sueñes!

-Vamos Juno no seas rencorosa, sube al auto, te llevaré a tu casa. Las bocinas de los autos que estaban detrás de Jimena no paraban de sonar, eso alteraba aún más mi mal genio.

- ¡Tremenda mierda de concierto que tienes! ¡Vete a tu paraíso! Este ruido, rompe mi cabeza en dos.

- Si quieres que pare, sube al auto ¡Ahora! Dudé unos segundos, pero subí a regañadientes, continuando el viaje en silencio hasta donde vivía. Al llegar salgo sin decir palabra, entro golpeando la puerta. Pasaron unos minutos y el timbre suena. Abro, observando en el umbral a Jimena con la botella de ron en la mano, sonriendo.

- Vengo en son de paz. Tú madre necesita unos archivos que están en su despacho, llamó durante la mañana, nadie respondió, entonces pidió viniera por él, se los llevaré en la tarde al cambio de turno. Respiré hondo. Esa chica no amerita las palabras que suelo decirle.

-Hubieses dicho eso desde el principio.

-¡No dejas que hable nadie! Una chica bonita de lengua venenosa. Me sonrojé.

- Disculpa, esto de ser bipolar mata. Sonreímos. – Llamaré a mamá para saber que archivos son.

- No te preocupes. Tengo la llave del escritorio, sé bien cuales ella quiere.

-Bueno entonces… ¿Quieres un café?



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En el texto hay: chicaxchica, primer amor

Editado: 21.07.2019

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