Mónica se encuentra en el porche de casa de Rachel cuando está llega:
-Llevo esperándote aquí una hora.
-Es que tenía unas reuniones importantes. -Mónica observa las bolsas de su amiga, y Rachel confiesa.-¡He ido de compras! ¿Vale?
-¿De compras?
- ¡Era una emergencia!
-¿Cual? ¿Tu tarjeta empezó a arder y para apagarla tuviste que frotarla contra la maquinita?
-Oye, fui de compras para mi familia como terapia. Anoche pusieron en la tele ese especial sobre el padre de Drew y Robert y la justicia. ¡Ah, que horror! ¡Fue horrible! -Dice Rachel dirigiéndose a la cocina.
-E irse de compras lo arregla todo.
-¡Es para ellos! Es todo para ellos. Todo lo que com... -Mónica saca un bolso de la bolsa, y Rachel responde.- menos este detallito que es para mí. ¡Bueno, cuando ellos sufren yo también!
Joey entra en ese momento en la cocina.
-¡Ah, hola!
-Hola. -Dicen Mónica y Rachel al unísono alegres.
-Hola. -Vuelve a decir Joey.
-¡Ya lo has dicho! -Responde Rachel.
-Estáis en casa y...en pleno día.
-Es que...yo vivo aquí y tengo llaves. Que...¿Que llevas ahí? -Pregunta Rachel al ver que Joey lleva dos copas en sus manos.
-¡Oh! Del grifo, agua.
-¿Dos vasos? -Pregunta Rachel.
-Me gusta el agua. -Contesta Joey.- dicen que no sabe nada, para mí sí, ¡Jejeje!
-¡Joey! -Exclama una mujer saliendo del sótano.
-¡Ah! ¡Aquí llega el otro vaso de agua! -Exclama irónica Rachel.
-Hola, yo soy Teresa. -Dice poniéndose al lado de Joey.
-Yo soy Rachel.
-Mónica.
-Pues encantada, soy su... -Teresa mira a Joey que responde rápido.
-¡Prima! -Joey y Teresa se miran, y el carraspeando contesta.- Lejana.
-¡Oh! ¿Y teníais una reunión familiar abajo?
-Si, eso es. Y me alegra verte Teresa, pero tendrás primos a los que visitar en otros...sótanos. Así que...
-¡Oh, por mi que se quede aquí! -Exclama Rachel.
-¡No, no, no! ¡Se va! -Joey lleva a Teresa hasta la puerta.- ¡Y gracias por venir! ¡Jejeje! ¡Ale, adiós!
-¡Bien! -Exclama Rachel.- Tu prima Teresa. ¿En serio?
- En serio, si.
-¡Joey, no te agobies! Somos todos amigos. ¿No? -Sonríe nerviosa.- ¿Que tal besa? ¿La quieres? ¿Eh, eh, eh?
-¿Te molesta que haya invitado a alguien a comer? ¿Me pondrás verde en tu diario? -Sonríe Joey antes de dejar los vasos en el fregadero.
-¡Ja! Como si tuviera un diario.
-¡Se trata de un blog! -Exclama Mónica apoyada sobre el marco de la puerta.
-¡Ah!
-Si. Oye, Joey puedes invitar a quien quieras a comer, pero ten cuidado dónde comes, que los niños no te pillen con ¡El...postre!
-¿Te lo pasas bien?
-¡Si! ¡Es genial!
Al cabo de un rato Rachel más relajada, está sentada en la sala trabajando en su portátil cuando Joey llega con Drew y Robert del instituto.
-¡Hola! ¿Que tal en clase? Robert, ¿Te han dicho algo los chicos de tu mochila? -Pregunta sonriente.
-¡Oh, claro! Es lo que hacemos los tíos. ¡Y que mi camisa era mona! -Dice Robert antes de entrar en la cocina.
-Ya veo...que conectais bien. -Dice Drew a su tía.
-Si, es cierto.
-Oye, ¿Has comprado la cartulina para mi trabajo?
-¡Ehh...no! Pero lo haré.
Drew sube las escaleras sería mientras Rachel se dirige a Joey que está ensimismado mirando su teléfono.
-¿Compraste la cartulina para su trabajo? -Pero Joey sigue sin prestarle atención.- ¡Hola, Joey!
-¿Eh? -Pregunta Joey sin apartar la mirada del teléfono.
-La cartulina.
-¿Para que? -Joey sigue escribiendo en su teléfono.
-¿Es para Teresa? -Pregunta sonriente.
-¿Eh?
-¡Oh, perdón! ¡La futura señora Tribiani!
Con esa respuesta Rachel consigue atraer la atención de Joey.
-¿Que, hemos vuelto al instituto?
-¡Si! ¿Se te pone romanticona? -Se burla Rachel.
-¡Vaya, vaya! ¡Si, puedes meter la nariz en mis asuntos personales! ¡Jejeje! La verdad, no me importa.
-Si, lo compartimos...todo. -Rachel da un suave toque con su codo en el brazo de Rachel.
-¡Jejeje! Pues paso de ti. -Joey se va alejando mientras Rachel lo sigue.
-¿Porque no reconoces que tienes novia? ¡No es para tanto!
-¡Vale! Bueno...ya tengo novia.
-¡Bien, me alegro por ti! ¡Tienes novia, jajaja! -Se burla Rachel.
-¿Te extraña que no te cuente nada?
-¡Joey! ¿No olvidas algo?
-¿El que?
-¡Eh...! Esa cosa para Drew.
-¡No, no me olvido! Y iba a comprar...emm...
-No sabes lo que era.
-¿A que si? Empieza por...S.
-¡MMM... cartulina!
-¡Son muchas cartulinas! Empieza por S. -Responde sonriendo.- Voy a comprarlas, ya voy. Ahora mismo.
Pero justo en ese instante Robert vuelve de la cocina y a Joey le suena el teléfono.
-¡Oh, debo contestar! Diga, si. ¿Que tal?
De repente Rachel observa que Robert se ha sentado en uno de los sofás con un yogurt apoyando sus pies sobre la mesita. Algo que no soporta.
—¡Eh, eh, eh! ¡Quita los pies de la mesa!
Robert obedece al momento.
—¡Eh, eh, eh! ¡Vuelve a poner los pies en la mesa! —Rachel se queda mirando detenidamente sus zapatillas.— ¿Que ha pasado con las zapatillas tan chulas que te compré?
—¡Eh....! ¿Zapatillas?
—¡Si! Eran de piel, muy caras, las llevabas está mañana, ¿No te suenan de nada?
—Si...es que...las perdí.
—¿Como? ¡Si van atadas a los pies!
—¡No lo sé! Eso pasa, iba distraído... —Robert se levanta del sofá, pero Rachel lo detiene.
—¡Espera, espera! ¡Relájate, vamos! —Dice haciéndolo sentarse.— Hace tiempo que no hablamos tú y yo a solas.
—Nunca hablamos a solas.
Rachel sonríe nerviosa.
—Esta bien, déjalo. ¿Que ha pasado con tus zapatillas? —Pero Robert aparta la mirada sin responder.— ¡Robert cuéntame lo que ha pasado a la una, dos, tres! ¡Venga, dime qué ha pasado!
—Si no que, ¿Cuatro? —Sonríe mientras abre el yogurt.
—¡Si no iré a tu instituto en albornoz y me pondré a llorar! ¡Jeje! ¡Si, mi madre lo hizo y funcionó!