Lo que Jubilo le conto a Lisbeth era verdad, aun que aun habían detalles por mencionar, los que la Chica mutante ignoraba, pero al menos sirvió para arrojar mas luz sobre el asunto.
Ambas pasaban por el bulevar sin llamar la atención de nadie, pues como ambas iban vestidas de manera excéntrica y un tanto extravagante encajaban perfectamente en aquel escenario. De haber estado vestida de forma respetable, Lisbeth hubiera llamado la atención de inmediato, e incluso se hubiese delatado que venia de otro mundo. Sin animo de hablar mal de los comics, o “novelas graficas” , como prefieren llamarlos sus lectores mas adeptos, pero la triste realidad es que lo único que los hace populares es su cantidad excesiva de ilustraciones, y el arte muchas veces grotesco y surrealista empleado en ellas, eso y lo reveladores que suelen ser los vestuarios de los personajes, generalmente muy atléticos, y de físico escultural, pues desde un punto de vista netamente objetivo, sus historias no poseen el nivel de calidad narrativa que posee un libro verdadero, y eso sin mencionar de que las mismas, solo suelen tratar de dos personajes peleando hasta matarse, siendo estos a su vez, simples reinvenciones de mitologías antiguas, como la griega, romana, egipcia, y escandinava, pero haciendo un énfasis excesivo en la oscuridad, algo fácil de entender tomando en cuenta que surgieron durante el nefasto y decadente siglo XX, una era plagada por las guerras mas terribles y repugnantes de la historia, en las que la humanidad solo buscaba la forma de destruirse mas rápido, y con menos esfuerzo. ¡Se había reventado el saco que estuvieron llenando durante los dos siglos anteriores!
Pero a pesar de esto, hay personajes en este genero que valen la pena, nacidos de la mente prolifera de Stan Lee, Chris Claremont , Brian Michael Bendis, y de otros tantos, que aun son pocos en comparación, que han dado origen a individuos que lejos de ser intentos de recrear antiguas deidades, resultan muy reales, demasiado, de hecho, hasta el punto de vivir igual que usted, mi querido lector, atados a impulsos, deseos, y necesidades carnales, y en consecuencia, siendo terriblemente malvados, en especial aquellos que, por razones de justificar y vender la trama, poseen a la vista de todos la etiqueta de “los buenos” . Jubilo no esta entre estos personajes considerados realistas, pero si entre los que su código moral los hace ser considerados como buenos.
Después de todo ella era relativamente joven, al igual que Lisbeth, por lo que no se pudo evitar que pasaran el viaje entero hablando. Lisbeth le preguntaba sobre su hermano, sintiéndose tranquila al averiguar que este no era distinto a lo que ella conocía, salvo que en este mundo de personajes ficticios se dedico a explorar y conocer sus distintas regiones, pero conservando su ética, para evitar contaminarse. Jubilo por su lado, le preguntaba como fue como hermano mayor, como eran los miembros de su circulo, y como era este circulo en particular, siendo solo la actitud mas bien paternal del muchacho lo que la impresiono, ella tenia claro que Tony amaba a su hermana, pero ignoraba que se había dedicado tanto a la misma.
-“el hablaba mucho de ti”- Dijo en momento dado, mientras las dos chicas subían a un auto bus para ganar tiempo y camino- “pero no decía nada sobre su vida personal, ni sobre su rol en su familia, ¡era muy difícil!, ¡cerrado!, como una caja fuerte”-
-“si, lo era”- le decía a su vez Lisbeth –“el no quería ser como nuestro padre, el se queja de todo con todo el mundo, pero jamás habla con la familia, ¡al menos no sin burlarse de nosotros!, pero Tony en cambio contaba todo lo que hacia a mi madre, le preguntaba sobre su vida, y estaba siempre presente”-
-“¡con razón siempre se le veía cansado!”- exclamo Jubilo –“¡fue padre sin haber estado con nadie!, ¡y yo lo deje ir!”-
-“¿de verdad el te gustaba?”- pregunto asombrada Lisbeth, que jamás se había imaginado a su hermano como un galán, puesto que en efecto, no lo era.
-“¡atractivo no era!”- dijo Jubilo sin tacto alguno –“pero si era noble, y educado, mediana mente inteligente, pero a pesar de eso sabio, y bueno, y muy sensible y atento, ¡Para mi eso lo hacia sexy!”-
-“¿te das cuenta de lo perturbador que me resulta escuchar eso?”- pregunto Lisbeth con los ojos muy abiertos, y mirando de forma confundida a Jubilo.
-“¡admito que eso sonaba mejor en mi mente!”- le respondió Jubilo, cayendo en cuenta de cual fue su ultima frase –“pero lo que te quiero decir, es que el era diferente, al menos, a los chicos que yo he conocido, en mi mundo, los chicos son tontos, todos parecen salidos de algún gimnasio donde les entregan esteroides como si fueran caramelos, y todo lo quieren resolver a los golpes, literalmente, los lectores que lograban entrar aquí, solo eran en su mayoría unos pervertidos asquerosos que nos buscaban solo por que les parecíamos sexys, y fuera del área de los comics… ¡no tenemos oportunidad!”-
-“¿Por qué no?”- pregunto Lisbeth confundida –“¿los otros personajes no se juntan con ustedes?”-
-“¡Nos consideran tontos!”- le respondió Jubilo –“y muchas veces tienen razón, digo, ¿ya conociste a Spider-man, verdad?, hablo de Peter Parker, no de Miles Morales”-