Jolly Rogers. Un viaje entre historias

Como James obtuvo su garfio, y como Lisbeth salvo la vida de su hermano.

-"¡ya en serio!, ¿a ti quien te enseño a volar?"- le pregunto Lisbeth a Peter mientras los dos se elevaban hasta la bandera del barco.

-"¡las hadas!"- respondió Peter –"En particular Tinker bell, ella me crio"-

-"¿pero es que aprendiste?, digo, tu no tienes alas, y no usas del polvillo"- agrego Lisbeth.

-"bueno, eso es lo de menos"- dijo Peter –"los niños cuando nacen son como los pájaros, vuelan muy alto, pero con su imaginación, solo que a medida que crecen van perdiendo esa capacidad, ¡yo no quiero crecer!, y por eso conservo este poder"-

-"¿entonces esa parte del libro es cierta?"- volvió a preguntar Lisbeth.

-"¡si!, ¿Por qué preguntas?"- agrego Peter, estando por lo demás extrañado por aquel asunto.

-"es que si me voy a ir a mi mundo, pienso que debería seguir con lo que hizo mi hermano, y contar la verdad sobre ustedes"-

-"¿de verdad lo vas a hacer?"- Pregunto Peter sorprendido, y deteniéndose de golpe.

-"¡si!"- respondió Lisbeth, mientras se sujetaba de Peter en un intento desesperado por meter el freno, luego agrego –"¿Por qué no?, claro, no pienso que muchos me crean, pero estoy segura de que si tantos se oponen a que se haga es por algo, y ese algo es por que saben que contar esas cosas es lo correcto, y no les conviene, ¡así que lo hare!"-

-"¡hablaste como Tony!"- exclamo sorprendido Peter –"y dijiste exactamente lo mismo que el cuándo formo el circulo, ¡Eso me encanta!"- agrego con gran éxtasis el chico.

-"¿entonces si me ayudas?"- pregunto de manera un tanto coqueta Lisbeth, recargándose en el hombro de Peter, y guiñando los ojos rápidamente.

-"¡si claro!"- respondió Peter, estando bastante sonrojado, y cediendo a los encantos de la chica, aunque sin saber el porque se sentía tan a gusto con ella recargada así de el. ¡Pobre chico!, si algún día llega a crecer tal vez sea cuando al fin lo entienda.

La moción se dio a conocer entre toda la tripulación, y aunque con sus reservas al principio,(y esto solo por parte de James, Elsa, Jhony, y Silk, aclaro), el único que se negó fue el infame Spider-man, pero ya no tenia voz ni voto en el asunto, por lo que simplemente se le ignoro, como si aquel traidor que se encontraba encadenado en el calabozo del barco ni siquiera existiera. Desde ese momento Lisbeth se la pasaba ejercitándose, y mientras cumplía con las indicaciones de Jack, iba charlando con el que tuviera al lado en el momento, y tomando notas a fin de recordar los detalles importantes, y en ocasiones, pidiéndole a un servidor que se las anotara.

-"Entonces, ya se que paso con Peter"- decía Lisbeth mientras practicaba esgrima con Diego, y dirigiéndose a James, que solo los observaba –"¿Qué hay de ti James?, ¿Por qué en el libro te ponen como un hombre delgado y cadavérico cuando en realidad no te pareces en nada a lo que ahí describieron"-

-"Barrie pensó que así me vería mas malvado, en aquel entonces a la gente le resultaba contradictorio que los villanos fueran al mismo tiempo inteligentes, cultos, aguerridos, y apuestos... ¡Como yo!"- respondió con toda su vanidad el buen James.

-"¡tu si que tenéis autoestima tío!" - Respondió entre risas Diego, mientras obligaba a Lisbeth a retroceder.

-"¡Y tu como que olvidas que estas con una principiante!"- le dijo James, mostrando su desaprobación hacia como llevaba Diego la pelea.

-"¡Estoy bien!"- dijo Lisbeth, que por dentro agradecía mucho a dios de que, en aquel momento, todavía estaba peleando con espadas de madera, y no con las reales –"y si, ¡lo cierto es que eres guapo!, ¿y por que te vistes asi?, ¿no es un poco ostentoso para un capitán pirata?"-

-"¡Yo no soy un capitán cualquiera querida!"- dijo entre risas James –"muy pocos lo saben, pero estoy emparentado con la realeza británica, y con la antigua realeza francesa, que perdió su puesto tras su gloriosa revolución"-

-"¿en serio?"- pregunto sorprendida Lisbeth, pero si bajar la guardia ante la pelea con Diego.

-"¡En serio!"- respondió James, que prefirió sentarse en un barril, a fin de relatar su historia con mas comodidad –"mi padre era uno de los pocos sobrevivientes de la aristocracia francesa, que se puso a enamorar a una condesa británica, y el resto, supongo que tu lo entenderás mejor que yo, a juzgar por nuestra discusión de hace un mes"-

-"¡Si!, ¡el abejito le dio a la avispa su semillita!"- dijo con notorio sarcasmo la chica, sacándole risas en consecuencia tanto al entrevistado, como a su instructor.



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En el texto hay: reflexion, referecias, homenaje

Editado: 20.03.2019

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