Capítulo II. El primer beso.

"Joy" Fue lo ultimo que escuche antes de cerrar los ojos y perderme por completo en un profundo sueño mientras los dolores que sentían se iban desvaneciendo.

— ¡Felicidades Mau! Me da mucho gusto que todo haya salido bien. En unos momentos vendrá la doctora a verte y te adelanto que tiene una muy buena noticia para ti. —me dijo Joy. 

— ¿Cómo se siente el señor de las letras? —me preguntó la doctora al momento de entrar al cuarto. 

— Bien, me siento muy bien doctora. —le respondí. 

— Meda mucho gusto ¡Mira! Estos son los resultados de los análisis que te hicimos y ya todo está bien, por fin le ganamos la lucha al cáncer, solo estarás hoy aquí y ya mañana te podré dar de alta. —me decía la doctora mientras me daba los resultados para que los pudiera ver. 

No lo podía creer, me sentía muy emocionado por la noticia que me estaba dando la doctora y cuando ella salió brinqué de felicidad de la cama en la cual había estado no se cuento tiempo. Joy como todo los días andaba en sus actividades cotidianas en el cuarto en el que me encontraba, ella estaba alegré pero no la sentía del todo feliz. 

— ¿Te pasa algo Joy? —le pregunté. 

— No, no es nada. —me dijo dirigiendo su vista para otro lado. 

— Sé qué te pasa algo, te conozco bien y sé que traes algo ¿Dime que es? —volví a cuestionarla. 

— Bueno mira, me da mucha alegría que ya estás bien, sé que no ha sido fácil para ti y tampoco para tus padres todo lo que pasaron por causa de la enfermedad que tenías ¡Estoy muy contenta de que estés bien! Pero la verdad me siento un poco triste porque te vas a ir ¿Ahora quién me va a platicar sobre las historias que escribe? ¿Con quién voy a discutir las acciones de los personajes que no me agradan? ¡Dime! ¿Quién me hará vivir situaciones en mi mente que quizá nunca experimente en la vida real? —me decía con un tono de voz triste. 

— Me voy a ir pero ¡no me voy a morir! a parte no perderemos comunicación, tenemos una vida por delante. —le dije mientras la abrazaba. 

— Pues si Mau pero me acostumbré a tu compañía. —me respondió abrazándome fuerte.

Al día siguiente por la mañana en compañía de mis padres la doctora me daba de alta, habían algunas recomendaciones que debía seguir pero ya todo estaba bien, al salir del consultorio Joy me esperaba, al vernos saludó a mis padres pues ya los conocía e incluso se llevaba bien con ellos.

Íbamos caminando por el pasillo rumbo a la salida.

— Te voy a extrañar Mau ¡De verdad que te voy a extrañar! —me decía Joy mientras me tomaba del brazo para acompañarme a la salida del hospital.

Antes de salir del hospital Joy me abrazó fuerte y se despidió de mí, noté en mirada una tristeza pero a la vez mucha alegría por mí.

Joy desde el hospital me trató muy bien y a mi salida nos seguimos tratando…

Un mes después…

— ¡Hola Joy! Oye ¿Tienes tiempo libre por la tarde? —le pregunté por medio de whatsApp.

— ¡Hola Mau! Si, de hecho voy saliendo del trabajo ¿Por qué la pregunta? —me respondió.

— Que te parece si salimos un rato a dar una vuelta, quiero llevarte a un lugar que me gusta mucho. —le dije.

— Me parece una muy buena idea… —respondió.

Una hora después del chat llegué al lugar donde habíamos acordado con Joy para vernos e irnos al lugar donde la quería llevar.

— ¡Vamos súbete! —le dije al llegar en la moto a donde estaba Joy.

— ¡No manches Mau! Nunca me he subido a una moto. —me dijo.

— Pues esta será tu primera vez ¡vamos! No tengas miedo. —le respondí.

Joy se subió a la moto, iba detrás de mí aferrada a mi cintura. Estuvimos viajando casi una hora en camino de terracería hasta llegar a un pueblo alejado de la ciudad, los paisajes que se veían no eran un asombro para mí pero si para ella.

— ¡Wow! Que bonitos paisajes Mau ¿Cómo conociste estos lugares? —me preguntaba mientras seguíamos viajando.

— Aquí nací y me crie en este pueblo. —le dije.

Llegamos al lugar que le quería mostrar a Joy, era quizá algo insignificante pero quería que ella lo conociera y sobre todo que viera la sorpresa que había preparado para ella. El lugar era un puente muy grande que cruzaba un río, debajo del puente había unas zapatas grandes y en cada una de ellas tres pilares que sostenían la estructura de aquel puente.

Para llegar a esa parte donde quería llevarla necesitábamos bajar a pie. Dejamos la moto y comenzamos a caminar y mientras más lo hacíamos nos acercábamos a la zapata que estaba justo a la orilla del rio.

— A partir de aquí avanzaras con los ojos cerrados, no tengas miedo de tropezar yo te iré guiando. —le dije.

— No tengo miedo Mau, lo que tengo es mucha curiosidad por descubrir tu misterioso lugar. —me dijo.

Joy mantenía cerrado los ojos mientras caminaba.

— Ya puedes abrir los ojos. —le dije.

Ella los abrió y quedo de frente a mí, sonreía porque no sabía que era lo que le quería mostrar y tampoco se había dado cuenta que a su espalda habían quedado los tres pilares en los cuales en cada uno de ellos había escrito una letra en grande para que formaran el nombre de JOY. En el pilar de en medio había una pregunta para ella que decía ¿Quieres ser mi novia?

— ¿Y? —me preguntó sin haber visto la sorpresa.

— Voltea. —le dije sonriendo mientras mi mano apuñaba un bote de pintura en aerosol.

Mientras sonreía Joy se dio la vuelta y al ver lo que estaba escrito salto como niña en repetidas ocasiones y grito de emoción, se volvió a mí y me abrazo.

— ¿Quieres ser mi novia Joy? —le pregunté.

— ¡Claro que si quiero ser tu novia Mau! —me dijo mientras me abrazaba y sus ojos se llenaban de lagrimas.

La tomé con ambas manos del rostro y besé por primera vez su boca, fue el beso más tierno y sincero de toda mi vida.

— Escribe tu respuesta y este escrito quedara para siempre, aun cuando ya no estemos en este mundo nuestra promesa de amor perdurara. —le respondí mientras le daba el aerosol que sostenía en la mano.