Joy

Capitulo V. De regreso a la realidad.

— ¡Joy te amo! —repetía en mi mente mientras iba perdiendo la conciencia…

Mis ojos se empiezan a abrir lentamente mientras la luz del día lastima mi vista, veo a mi alrededor y me doy cuenta de que estoy en un hospital, sonrió al notar eso, me siento muy feliz por no haber muerto en aquel enfrentamiento, tengo pocas fuerzas para moverme, veo mis brazos muy delgados y eso es extraño, quizá sea por el tiempo que he estado internado a causa de la herida.

La puerta se abre de la habitación donde estoy…

 

— ¿Dónde esta Joy? —le pregunté a la enfermera que había entrado.

— ¡Despertaste Mau! —dijo una enfermera asombrada mientras llamaba a la doctora.

— ¿Dónde está Joy? —volví a preguntar.

— Joy, ¡ah! ella está por llegar, hoy le toca estar en el turno de la tarde. —me respondió la enfermera.

— ¿Cuánto tiempo he estado inconsciente? —le pregunté.

— Casi un año y medio. —respondió.

— ¡Tanto tiempo! Mi hijo, cómo está mi hijo. —le dije angustiado.

— ¡Tu hijo! ¿Cuál hijo? —respondió a mi pregunta la enfermera un tanto asombrada.

— Qué le paso a mi hijo, como esta Joy, quiero saber cómo está mi familia. —dije de manera exaltada.

— Tú no tienes hijos Mau, ¡Doctora! ¡Ya tranquilo por favor! ¡Doctora venga por favor! —la enfermera me decía mientras trataba de calmarme.

Empecé a sentir mucha angustia, necesitaba saber cómo estaba mi familia, con las pocas fuerzas que tenía intente levantarme, pero la doctora llegó pronto y me inyectaron algo para tranquilizarme.

— Cálmate por favor, te va hacer mal. —me decía la doctora.

A causa de la inyección fui perdiendo el conocimiento lentamente, mi vista se iba poniendo borrosa.

— ¡Joy! Qué bueno que llegaste, Mau se despertó y preguntó por ti. —escuche decirle la enfermera a Joy cuando entró a la habitación.

— ¡Y por qué preguntó por mí! —respondió Joy.

— Creo que estaba delirando, porque también preguntó por su hijo y por ti. —dijo la enfermera a Joy y fue lo último que escuche antes de perder el conocimiento…

No sé cuánto tiempo ha pasado, empiezo a abrir los ojos…

— Mi amor, despertaste mi vida. —me dijo Joy mientras me tomaba de la mano y me daba un beso en la frente.

— ¿Qué paso? —pregunté.

— Estuviste en un enfrentamiento amor en el que por poco pierdes la vida, pero gracias a Dios aquí estas con nosotros. —me respondió Joy tocando su vientre.

Joy era enfermera de ese hospital en el que estaba y casi todo el tiempo se la pasaba muy atenta a mí, creo que fueron como dos meses los que estuve ahí y todos los días ella estuvo ahí conmigo. Me recupere muy rápido y nos fuimos a la casa donde vivíamos con Joy.

 

Meses después…

Mi familia está completa y me siento feliz por eso, ser el padre del hijo de Joy es para mí un regalo divino, ellos son mi vida y mi felicidad.

— Amor estoy en el hospital, no sé qué tiene el niño pero se empezó a convulsionar. —me dijo Joy mientras lloraba.

Al escuchar la noticia de que mi hijo se había puesto mal sentí que mi mundo se derrumbó y pronto fui al hospital para estar con mi esposa, al llegar ella estaba deshecha, lloraba amargamente mientras me decía que había llevado al niño casi muerto, la abrace y trate de ser fuerte pero no pude y junto con ella empezamos a llorar por nuestro bebé.

Ya habían pasado 3 días y mi hijo seguía en terapia intensiva, por más que rogábamos e implorábamos a Dios por la salud de nuestro bebé él no nos hizo caso y por la noche la noticia que nos destrozaría el corazón llegó.

Eran las once de la noche cuando nos dieron la noticia de que nuestro bebé había fallecido, al escuchar la noticia Joy empezó a llorar amargamente, la abrace tratándola de consolar pero era imposible pues su llanto era mucho, Joy se había puesto histérica y con justa razón pues aquel niño era nuestro mundo, nuestra vida, nuestro amor.

La vida después de haberme dado tanta felicidad me la quitaba poco a poco, ya habían pasado ocho meses desde la partida de nuestro hijo al cielo y desde ese entonces Joy había estado hundida en una depresión que la estaba consumiendo, intentando reanimarla una noche decidimos ir a un antro, bebimos alcohol tratando de olvidar las penas, eran las 3 de la mañana cuando íbamos camino a casa en el coche, íbamos tan ebrios que no nos dimos cuenta cuando chocamos con otro carro…

— ¡Joy, Joy! ¿Dónde está Joy? —empecé a preguntar desesperado al despertar en la cama de un hospital, mire para todos lados, pero no había nadie.

— ¡Ya cálmate! Te va a hacer mal, tú no estas para angustiarte de esa manera. —me dijo Joy de manera extraña.

— ¡Joy!...

 

 



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En el texto hay: pasion, romance, amor

Editado: 26.10.2021

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