Juego Del Destino.

37-Resaca.

A la mañana siguiente siento mi cuerpo extraño. El tomar ron y luego cerveza no es buena idea, trato de abrir los ojos y me doy cuenta que dormí con los lentes de contacto. Lo que me traerá como resultado tener las retinas irritadas. Doy la vuelta y me tapo la cara con la almohada y maldigo el momento en que acepté una noche de tragos con el idiota de Julio... La fiesta de su hermana... Elisa con Lorenzo... Roberto... La serenata... Ella y yo... Mi declaración...

-¡Oh no! Digo sentándome en la cama y al hacerlo un dolor hace presencia en mi cabeza.

-¡Diablos! Digo mientras me la sostengo, obro los ojos y me quito poco a poco los lentes. Los dejo sobre la mesa y vuelvo a recostarme mirando fijamente el techo mientras trato de recordar todo lo sucedido anoche.

Ciertamente Julio y yo bebimos unos cuantos tragos en el bar, después me prestó su camisa. Que por cierto no la tengo puesta. Después fuimos a la fiesta de su hermana, una vez allí me dejó solo y decidí sentarme en la barra hasta que... Hasta que vi a Elisa con el imbécil del Doctor. Recuerdo que de ahí salí rumbo a mi apartamento no sin antes comprar cerveza... hasta que Roberto llego y...

-Buenos Días. Dice el rostro de Elisa sobre mi cabeza. Al verla me incorporo no teniendo cuidado con ella y ambos impactamos nuestras cabezas.

-¡Auch! Dice ella y la sostengo antes de caerse. La halo hacia la cama e ignoro el dolor y el golpe en mi cabeza. 

En este momento está sobre mí y está tal cual me gusta y es que cuando está sin maquillaje puedo quedarme detallando cada una de sus pecas.

-Lo siento. Susurra.

-¿Estas bien? Pregunto viendo la parte de su frente que para el momento comienza a notarse un poco roja.

-Sí. ¿Y tú?

-¿Que haces aquí?

-Querrás decir ¿Que haces tú aquí?. Dice.

Al ver a mí alrededor distingo que no estoy en mi habitación sino en una más grande y con colores cálidos. Puedo observar un gran pantalla plana en frente, mientras observo cada detalle y es que efectivamente he estado antes en esta habitación. Recuerdo esa noche cuando rescaté a Elisa y Ruth del bar y las traje aquí. Sin duda alguna esta es la habitación de la Pelirroja.

-Anoche estabas muy tomado y entre Roberto y yo decidimos que era mejor que te quedaras conmigo.

-¿Roberto?.

-Sí. Él quería llevarte a tu casa pero te ibas a quedar solo y no quise mucho menos por tu estado, así que te trajimos aquí y él se llevó tu camioneta.

Asimilo todo lo que me acaba de decir y la veo dirigirse a la puerta no sin antes devolverse y acercarse para darme un suave beso en los labios. Y cuando lo hace mi organismo se desestabiliza por su gesto.

-Sería una mala novia si te hubiese dejado solo.

¿Novia?

-Puedes usar el baño, estás en tu casa. Tu móvil esta allí. Dice señalándolo sobre la mesita de noche.

-¡Ah! Y Papá quiere hablar contigo sobre nosotros.

-¿¡Qué!? Pregunto pero enseguida estoy solo.

Su Papá. Nosotros.

Agarro el móvil y como puedo marco el número de Roberto, escucho como suena el timbre hasta que por fin contesta.

-¿Como amaneció mi campeón?.

-¿Campeón?

-Desde ahora eres mi héroe.

-No sé de qué demonios estás hablando ¿Pero puedes explicarme que hago en casa de Elisa?

-¡Ah! Si. Bueno en vista de que no te acuerdas bueno te lo diré. ¿Hasta que parte recuerdas?

-No lo sé. Recuerdo que llegaste a mi apartamento y vinimos a a la casa de Elisa.

-¿Recuerdas tu serenata?.

-¿Mi qué?

-Si. Bueno oye. Llegamos a la casa de Elisa y colocaste música en un volumen muy alto para ella. La Maestra salió y habló contigo. Yo me hice a un lado y ustedes hablaron hasta que después te oí gritar que la querías. ¿Lo recuerdas?.

-Si. Confieso porque ahora todo tiene sentido.

-Me alegra. Fue muy bonito Campeón.

-Deja llamarme así.

-¡Es que te admiro! Continúo, después te íbamos a llevar a tu apartamento pero ella se negó, así que entre los dos te metimos a su casa. Antes de que se me olvide, allí había varios hombres que me presentaron como primos y Padre de Elisa. Hasta ahí, no me arrepentí de haberte llevado a tu apartamento. Lo siento.

-Y... ¿Y en qué momento le pedí que... Qué fuera mi novia?

-¡Ah! Si. Una vez te llevamos adentro unos jóvenes y yo te subimos a la habitación pero te despertaste y la viste y le pediste que fuera tu novia.

-Ella por más que te dijo que hablarían mañana es decir hoy. Tú no la soltaste hasta que aceptó. Lo reconozco eres muy insistente.

-¡Oh! ¡No!

-¡Oh! ¡Seeh!

-No debiste de traerme aquí.

-Pero es muy fácil salir del rollo en que te metiste. Dile que no te acuerdas de nada, que solo ibas a saludarla y por eso llegaste hasta allá, y así de fácil le dejas el camino libre a Lorenzo quien anoche mismo le pidió que fuera su novia.

-¿Que ese imbécil qué?

-Como lo oyes así que déjasela en bandeja de plata y se infeliz... Ahora déjame descansar junto a mi esposa e hijos. Hoy día de películas en la cama.

Y así sin más, oigo como termina la llamada. Me levanto y me doy cuenta que solo estoy en ropa interior y me pregunto si ella fue quien me desnudó. Caminando de un lado para caigo en cuenta de todo lo que ocurrió en estas últimas 12 horas.

Así que déjasela en bandeja de plata y se infeliz.

Pienso una y otra vez en lo que Roberto me acaba de decir. La verdad es que no la quiero junto a ese idiota del Doctor, ella me gusta y mucho. Sonrío al recordar la forma en cómo me besó hace momentos. Sé que el alcohol de anoche hizo que le confesara mis sentimientos pero hoy es otra cosa... Hoy está su familia aquí... Hoy su Padre está aquí.

Decido comenzar por darme un baño así que entro a la ducha y al estar bajo el agua fría, caigo en cuenta que es el baño de Elisa, alejo cualquier pensamiento de ella desnuda y mojada para enjabonarme y salir. Me envuelvo en una toalla y al estar frente al espejo veo al hombre que se refleja.




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