Juegos de Amor

Capitulo 2

El suicidio del Alberto Villagran causo mucha conmoción en la ciudad, nadie tenia conocimiento de algún problema que lo llevara a tomar semejante decisión, todos sus amigos y conocidos comentaban extrañados la noticia.

 

Débora llego al colegio y fue directo a su oficina, detrás de ella ingreso uno de los profesores nuevos Alfonso Castañeda

Pensé que no ibas a venir

Perdón? – le pregunto Débora extrañada por la familiaridad con la que le estaba hablando

Creí que te ibas a tomar la semana libre

No veo la razón. ¿En que puedo servirle profesor Castañeda?

Alfonso querida, dime simplemente Alfonso

Qué quieres “Alfonso”?

Colaborarte

Ya lo esta haciendo profesor, al estar trabajando en esta institución a mi cargo, me esta colaborando muy bien

Yo me refería a un plano mas personal

No lo entiendo

Resulta mi querida directora que se quien eres

Sigo sin entenderlo – esta conversación era un tanto extraña, pensó Débora

A ver, ¿Cómo te explico? ¿tus hijas vinieron a clases?

¿Mis hijas? Tengo solo una hija

Tienes dos, Karla y Ana Milena

Todo el mundo cree que Ana Milena también es mi hija, pero no, es mi sobrina

No, todo el mundo cree que Ana Milena es tu sobrina, pero yo se que no es así, también es tu hija

De donde saco esa idea tan absurda? – dijo Débora agitada

Por favor Debora, con migo no te hagas la inocente, te conozco muy bien, tanto, que estoy seguro que la muerte de Alberto te cayo muy bien

No se quien se ha creído usted para venir a mi oficina a insultarme y decirme esa sarta de sandeces, pero le ordeno que en este momento se retire

Me llama tanto la atención esa muerte tan repentina de Alberto, no creo esa versión que han dado del suicidio

Es que no me escucho, lárguese, y no solo de mi oficina, del colegio, no quiero volver a verlo en mi vida, esta despedido

Dime la verdad ¿lo mataste?

Esta colmando mi paciencia profesor Castañeda

Ay Debora de verdad creo que te equivocaste de profesión, eres una actriz excelente – se acerco a ella - Lo haces muy bien – la tomo por la barbilla - A mi no me engañas, se quien eras antes de casarte con Alberto, se quien eres ahora y también se donde puedes llegar, a la cárcel

Suélteme – el la soltó

Quieres negociar?

Quiero que desaparezca de mi vida

Te conviene negociar conmigo

No tengo nada que negociar con usted

Ya veras que si

Qué quiere?

Así me gusta, vamos a negociar mi silencio

No, lo que vamos a negociar es su salida del colegio, no voy a permitir que alguien que se cree con la autoridad de insultarme, venga, lo haga y quede como si nada

Veo que aun no entiendes, si yo hablo, tu iras a la cárcel

No me diga ¿Cómo lo va a hacer?

Con las pruebas que tengo, cuando la policía las tenga no les va a quedar ninguna duda del asesinato del gran Alberto Villa Gran – camino hasta la puerta y se volteo a mirarla - Te voy a dar unos días para que pienses hasta cuanto estas dispuesta a dar por mi silencio, ya sabes que te conviene – le tiro un beso y salió, Débora le tiro un adorno de estrellas que tenía en su escritorio a la puerta y se sento preocupada, quien era este hombre y que tanto sabía de ella?

 

Paso el resto de la jornada en otro planeta, tenía que caminar con cuidado de ahora en adelante, tenía que investigar quien era Alfonso Castañeda en realidad, al terminar decidió salir directo a su casa, pero cuando llego al parqueadero se lo encontró esperándola

Por que demoraste tanto querida?

Que parte de no quiero verlo no entendió?

Por favor Débora, no tienes que ser tan grosera, mientras piensas que me vas a dar, puedo ser tu acompañante, debes estar muy dolida por la muerte de tu esposo

Quiero que me deje en paz

En eso querida, no puedo complacerte, pero lo puedo hacer en otros aspectos – la miro lascivamente

Ja, sueñe con estar algún día conmigo

No digas nunca de esta agua no beberé. Nos vamos

No voy a salir de aquí con usted

Claro que si, te voy a acompañar, no protestes – Débora suspiro y subió a su auto, Alfonso hizo lo mismo del lado del copiloto, llegaron a la casa y Alfonso la acompaño hasta el despacho

Vaya, que casa tan linda tienes

De verdad, quiero que se vaya

No Débora, no me voy a ir, me voy a quedar a tu lado

Que van a pensar los demás?

Que piensen lo que quieran, total ya tu estas grandecita, se que muchos entenderán que una mujer como tu no puede quedarse mucho tiempo sola

No se por que motivo le soporto tanto insulto

El motivo lo sabes perfectamente querida, no te conviene que hable, no tienes idea de cuanta información tengo de ti y no quieres arriesgarte, tengo razón? – Débora se limito a mirarlo – Ya veo que tengo razón.

 

Tocaron la puerta

Pase – Invito Débora, entro Rosa, la empleada

Señora, hay un policía buscándola

 

Débora miro a Alfonso, el simplemente se encogió de hombros




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