Juegos de Amor

Capitulo 14

Alfonso estaba estresado con lo complicado que se estaba volviendo su relación con Débora, ella ya estaba perdiendo la cordura y en esas condiciones podía volverse aun mas peligrosa de lo que era en sus cinco sentidos, tenía que actuar rápidamente, para relajarse un poco invito a salir  a la nueva psicóloga del colegio, era una mujer alta, delgada, pero con sus curvas definidas cabello largo y ondulado rubio oscuro, ojos cafés, tez blanca, era hermosa, pero el no estaba para romance en esos momentos, pero no podía echarse a la muerte aunque tuviera una misión entre manos.

Luna resulto ser una mujer muy interesante y bastante graciosa, su noche resulto muy entretenida y se olvido por un par de horas de la tarea que tenía que culminar en el menor tiempo posible.

Mientras tanto los alumnos encerrados en la secretaria seguían esperando que su compañero Daniel los sacara de semejante lio, Adriana estaba desesperándose nuevamente y apunto estuvo de agarrarse del pelo con Andrea, Sebastián tuvo que gritarles ya desesperado también por la constante pelea de sus compañeras expresando que las mujeres siempre terminaban arruinándolo todo a lo que Sofía refuto recordándole que había sido Mauricio quien había dejado la llave en la cerradura, poniendo de acuerdo, por primera vez en la vida, a Andrea y Sofía eternas contrincantes, Mauricio y Leonardo se mantuvieron callados, y no por que no tuvieran nada que decir, si no para no avivar mas el fuego de la contienda que evidentemente se estaba formando en el recinto, cuando pensaron que todos se iban a ir a los puños, escucharon un ruido en la puerta y su corazón latió mas rápido de lo normal, ¿seria Daniel o alguien mas?

Afortunadamente era Daniel, lo recibieron como cuando se recibe un héroe después de una larga guerra

  • Por fin haces algo bueno en tu vida – expreso Adriana
  • Bueno, sin ofensas o los dejo encerrados nuevamente – replico Daniel
  • Nooo – contestaron al unísono
  • ¿Y quien fue el idiota que dejo la llave en la cerradura? – pregunto Daniel
  • ¿Quién mas? – dijo Andrea con tono despectivo
  • Si, si, si yo, pero vámonos de aquí – alcanzo a decir Mauricio

Todos estuvieron de acuerdo, ya habían pasado suficiente, no debían seguir tentando su suerte, corrieron todos a la puerta con tan mala fortuna que al abrirla se encontraron con la mismísima directora Débora Alcántara.

  • ¿Se van tan rápido? – les dijo en tono burlón
  • Señora Alcántara ¿Qué hace aquí? – pregunto Karen con visible terror
  • ¿Cómo que “que hago aquí”? este es mi colegio, mas bien ¿Qué hacen ustedes aquí? – contesto Débora enojada
  • Bueno, como vera nosotros… - empezó a explicar Mauricio el cual fue callado por la voz autoritaria de la directora
  • Ustedes los quiero a primera hora mañana en mi oficina, me van a explicar lo que hacían aquí, y quiero una buena explicación por que si no van a estar en serios problemas, sobre todo Daniel y Mauricio que tienen una expulsión que no acataron ¿esta todo claro?
  • Si señora – contestaron todos al tiempo
  • Perfecto. Ahora salgan todos de aquí que sus padres deben estar preocupados preguntándose donde se encuentran a estas horas

Todos salieron corriendo de la presencia de Débora, se reunieron a las afueras del colegio pensando que iban a hacer ahora, era evidente que su famosa revolución se había ido al traste y ahora tenían muchísimos mas problemas que antes, lo único que tenían claro era que los habían delatado ¿pero quien? Repasaron varias teorías pero ninguna encajaba, tenían varios candidatos pero por el momento ya no podían hacer nada, acordaron callar y esperar a que el destino no fuera tan cruel con ellos al siguiente día.

Daniel enfrento a su hermana pero ella le juro que no había sido afirmando que si la directora se enteraba que ella había descuidado las llaves de la secretaria estaría en los mismos problemas que el, a lo que Daniel le vio la lógica, a nadie se le paso por la cabeza el nombre de la verdadera culpable.

Al siguiente día el ambiente estaba tensionante, los infractores nocturnos estaban a la expectativa de lo que pudiera pasar, del castigo que les impondría la directora y con la firmeza de no decir nada a ver si podían pescarse al delator, la señora Alcántara no se hizo esperar mucho llego al salón de clases y se llevo a los jóvenes que había cachado en la secretaria en horas de la noche, los demás quedaron a la expectativa por lo que estaba sucediendo, nadie sabia con certeza que era lo que pasaba, algunos sugirieron que unos delegados fueran a pedir explicaciones en la rectoría, Ana Milena les aconsejo no meterse en mas problemas por lo que algunos sospecharon que ella sabia algo mas alentados por las intrigas de Karla, Ana Milena quería asesinar a su prima, sabia que lo estaba haciendo a propósito para hacerla quedar mal, afortunadamente su compañero Luis Felipe la defendió y los demás dejaron de presionarla pidiendo explicaciones.

En la rectoría las cosas no iban mejor, la directora saco a relucir todas las faltas que tenían acumuladas, los mas graves eran Mauricio y Daniel que tenían anotaciones por una expulsión pendiente, lo mas extraño es que tenia detalles muy claros de la revolución que estaban armando y exigía que le dijeran quien había sido el de la idea, por supuesto ninguno dijo nada lo que la enfureció aun mas, ofreció indulgencias para el alumno que le revelara toda la verdad a los que algunos estuvieron tentados pero al final desecharon la idea, Débora nuevamente amenazo con expulsarlos a todo, pero salió Mauricio en defensa… de el

  • Señora Alcántara piénselo bien, usted no puede expulsarme del colegio – intervino Mauricio
  • ¿Por qué no Mauricio?
  • ¿Quiere que lo diga aquí delante de todos? – Débora lo miro deseando tener un par de pistolas en sus ojos, este muchachito era una cosa exasperante, se creía el dueño del mundo por que su padre estaba forrado en dinero
  • No tengo tiempo de hablar bobadas…
  • Le parece una bobada que… - Débora lo miro, no era posible que este culicagado quisiera sacarle en cara su conversación respecto a Ana Milena y las inversiones que su papa tenia en sus empresas
  • Señor Laviada, le agradecería que me dejara hablar, luego discutiremos su situación
  • Siendo así, no tengo nada que hacer aquí – Y Mauricio abandono la oficina como si nada de lo que estaba ocurriendo fuera con el, sus compañeros no podían dar  crédito a lo que estaban viendo, el los estaba abandonando a su suerte, lo que Sofía no pudo tolerar y reclamo
  • Me parece que Mauricio debe estar presente en esta conversación, si mas no recuerdo, Mauricio estuvo presente anoche en la secretaria
  • No le veo la importancia a eso – le respondió Débora fastidiada
  • Pues yo si, a ninguno de nosotros nos agrada escuchar el discurso que nos esta dando, y ninguno tiene opción de escoger si escucharlo o no, pero Mauricio se fue y usted no dijo nada
  • No le entiendo señorita
  • Todos los alumnos tenemos los mismos deberes y los mismos derechos, no es justo que Mauricio se haya retirado cuando el cometió la misma falta que nosotros, por lo que el debería estar aquí con nosotros frente a usted, si Mauricio no esta presente, nosotros tampoco, no es justo que el tenga privilegios por ser su yerno – Los demás alumnos estuvieron de acuerdo, Débora no podía creerlo, la estaban desafiando
  • Se van a meter en mas problemas
  • ¿Mauricio se metió en mas problemas? – Débora no supo como refutarle a Sofía, estaba en problemas, no podía castigar a Mauricio por que se echaría a su papa de enemigo, pero no podía dejar pasar a estos estudiantes sin su escarmiento, al ver que Débora no decía nada, Sofía continuo
  • Si el no se metió en mas problemas, nosotros tampoco – Los alumnos salieron todos de la oficina con la alegría e la pequeña victoria – Débora se sentó en su escritorio impotente
  • Señora Alcántara, usted no puede permitir que los alumnos hagan lo que se les antoje, ¿Por qué dejo que se retiraran así nada mas, sin que usted les diera autorización? – reclamo la señorita Perfecta, la nueva coordinadora de disciplina
  • No se preocupe, los alumnos comprenderán – le respondió llevándose las manos a las sienes sintiendo el comienzo de una gran jaqueca
  • No se como puede estar tan segura
  • Yo se lo que hago
  • Disculpe señora Alcántara, me retiro, voy a trabajar – se disculpó Luna quien había permanecido callada y no entendía aun el circo que estaba presenciando en ese colegio
  • Por supuesto – le dijo Débora deseando estar a solas para pensar como iba a salir de este embrollo sin enojar a Mauricio y castigando al resto de los alumnos, miro a Perfecta
  • Y usted encárguese de que los alumnos no entren a clases – ambas mujeres salieron




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