Capitulo 26
Karla miraba espantada como el automóvil rojo avanzaba rápidamente hacia su hermana, corrió con la mayor rapidez que pudo hacia ella, se abalanzo y ambas cayeron en la acera, el auto paso a toda velocidad, las chicas se levantaron
- ¿Estas bien?
- Si, pero… ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no estas en la iglesia?
- Perdóname Ana Milena – lloro – Perdóname – la abrazo y Ana Milena le devolvió el abrazo sorprendida
- ¿Por qué me pides perdón Karla?
- Por todo lo que has hecho, me he pasado mi vida arruinando la tuya, y ahora que me he enterado que…
- ¿De que te enteraste?
- Antes de decírtelo quiero que sepas que… que estoy arrepentida de todo lo que te he hecho, y quiero que olvides todo el rencor que me debes tener, necesito que me perdones
- Yo no te guardo ningún rencor y todo lo que me has hecho, nunca le he prestado atención
- No entiendo por que
- Porque no podría, te quiero mucho – Karla la abrazo
- Tienes un corazón muy grande, nunca me cansare de pedirte perdón, la vida no me va a alcanzar para compensarte todas las humillaciones que te he hecho
- No tienes que hacerlo, pero quiero saber ¿Por qué este cambio tan repentino?
Karla camino nerviosa de un lado a otro, se acercó a Ana Milena y tomo sus manos
- Debemos entrar a la casa, tengo que decirte algo muy delicado
Ambas ingresaron a la casa y se encerraron en el despacho
- Dime Karla, me tienes nerviosa – Karla le tomo las manos
- Ana Milena, tu y yo… somos hermanas
Ana Milena se separo de ella bruscamente y le dio la espalda nerviosa
- Yo se que esta noticia te sorprende mucho, a mi me paso igual pero es verdad
- ¿De donde sacaste eso?
- Estaba en la habitación de mi mama y de casualidad encontré un registro donde aparece tu nombre con los mismos apellidos míos, luego escuche cuando mi mama le decía al profesor Alfonso que tu y yo jamás íbamos a enterarnos que éramos hermanas ¿Te das cuenta? Hermanas – se acercó a ella emocionada – hermanas
Ana Milena se alejó nuevamente y le dio la espalda
- ¿Qué pasa Ana Milena? Yo se que saber que eres mi hermana debe ser terrible, ser la hermana de Karla Villagran debe ser lo peor que le puede pasar a una persona en este mundo, pero te juro que voy a cambiar
- No es eso
- Entonces ¿Qué es? Ana Milena dime, mírame ¿Qué es?
Ella se volteo pero no la miro, Karla la miro detenidamente comprendiendo
Nuevamente le dio la espalda y miro al cielo
- Ana Milena dime ¿sabias que somos hermanas? Dímelo
- Si, Karla, ya lo sabia – le dijo mirándola con lagrimas en los ojos, Karla se sorprendió y lloro
- Lo sabias ¿Por qué no me lo dijiste?
- ¿Cambiarían las cosas? Karla, si sabiendo que era tu prima me hacías cuanta barbaridad se te ocurría, que no me habrías hecho sabiendo que era tu hermana
- Era diferente, muy diferente. Un hermano es algo serio
- Un primo también. Nosotras crecimos juntas, y mi tío Alberto hacia todo lo posible para que nuestra relación fuera como la de dos hermanas, pero…
- Pero mi prepotencia no dejo que eso fuera así
- Exactamente
- Perdóname, te juro que de ahora en adelante todo va a ser diferente
- ¿Y Mauricio? – se arrepintió de haber preguntado, Karla limpio sus lagrimas
- Bueno, como podrás ver no he ido a la iglesia, así que no estamos casados
- Tía Débora debe…
- No le digas tía, es tu madre
- Jamás podre decirle mama
- ¿Por qué?
- Es algo que no quiero discutir en este momento, la cuestión es que debe estar muy enojada
- Me advirtió que si no llegaba a la iglesia me asesinaba
- Dios mio
- No te preocupes, no creo que se atreva a hacerme daño – Ana Milena camina desesperada por el despacho
- ¿Ella sabe que te enteraste de todo?
- No
- Tenemos que irnos de aquí
- No, debemos esperarla y hablar con ella
- Créeme, lo mejor es que nos vayamos
- ¿A dónde?
- No se, a algún lado donde ella no nos encuentre
- No entiendo ¿Por qué debemos irnos?
- Dijiste que desde ahora en adelante todo iba a ser diferente – Karla asintió con la cabeza - Empieza a confiar en mí
- Esta bien, creo que alguien nos puede ayudar