Capítulo 24

Holiiisss! Traigo nuevo capitulo! Espero que les guste 🥰❤️

En mis auriculares sonaba la dulce melodía de Morat. Mis pensamientos iban y venían desde mi asiento al lado de la ventana. El viaje parecía tan lento y al mismo tiempo parecía que, con esa misma lentitud, me obligaba a pensar en cada uno de mis errores.

Extraño esos días donde solo era yo y mi bicicleta, mis abuelos y el camino en el parque. Mis memorias están llenas de sus rostros, más que el de mi madre o mi padre. Ser la hija menor en una familia disfuncional, era y es difícil. A veces creía que fue un error tenerme. Mis padres en la cúspide de su carrera, con dos hijos exitosos con poca diferencia de edad, tres años después de establecerse socialmente, llego yo a reiniciar todo su camino en la paternidad.

Viví mi infancia con mis abuelos debido al trabajo de mis padres, creo que incluso fue una ganancia para todos. Yo disfruté mis primeros años de vida y ellos me hicieron desaparecer de las suyas mientras me convertía en alguien más “independiente”.

Aunque en cierta medida, fue difícil no ver o no recordar sus rostros. En los primeros actos escolares o en las actividades del “día de la familia”. Mis abuelos siempre estuvieron presentes, pero cuando cumplí los doce años y ellos se habían ido en busca de algo más tranquilo, fue difícil. Estaba feliz por ellos, pero en su ausencia, me sentí muy vacía y sin nadie que me respaldara.

Pasar poco a poco por el gran ruido de la ciudad a un lugar más tranquilo, me ayudaba a frenar todo aquello que me estaba matando. El asfalto parecía interminable, pero de vez en cuando pasábamos algunas casas de campo, lo que hacía que mi emoción subiera, significaba que estaba cerca de ellos, cerca de mi hogar.

En el último tramo ya no podía contener la emoción de verlos. Al empezar a frenar el bus, los vi allí esperándome. Cuando se abrieron las puertas fui en busca de ellos.

— ¡Lena!

Me abracé a ellos como cuando abrazas el recuerdo de quién no quieres dejar ir, los abracé esperando que llenarán ese vacío que me estaba matando.

— Los extrañé mucho Nana — sonreí al verlos.

— Te trajimos un café, por si tenías hambre — me entregó mi abuelo una bolsita, que asumo deben ser medialunas.

Subimos a un taxi que nos dejó frente a la casa. Parecía tener más color que la última vez. Habían remodelado. Su pequeño perro mitad salchicha y mitad desconocida, nos esperaba sentado desde la entrada, creo que su edad le jugaba en contra, pero eso no le impedía mover su cola con entusiasmo mientras nos acercábamos.

— ¿Ya no sale a recibirnos? — hablé en señal a mi abuelo.

— Batata no tiene dos años — reí ante su nombre. Batata tendrá alrededor de diez años o quizás un poco más, cómo fue rescatado de las calles, no sabíamos cuál era su edad real, solo que su rostro ya se encontraba lleno de pelitos blancos que indican que entró en una edad pasada de diez años.

Ingresé a la casa y me encontré con un ambiente completamente cálido, si bien no helaba afuera, estaba fresco. Me quedé en la habitación que solía ser mía y el olor a lavanda y sábanas nuevas me relajó. Suspiré mientras me recostaba, sentí que me pesaba mucho el cuerpo, como si hubiera estado caminando miles de kilómetros.

Mientras mis abuelos iban por un par de cosas para cenar, aproveché a cargar mi celular y a darme una ducha caliente. Al salir, encontré unos mensajes en nuestro grupo:

( •̀ ω •́ )✧Los reales ヾ(≧▽≦*)o

Emi la más linda: “¿Cuándo nos vamos a la playa? Tengo ganas de playa”

Leoko: “Cuando @Nat se digne a trabajar, xd”

Nat: “Y eso será cuando las estrellas formen un corazón en el cielo 😚”

El más Hermoso: “JAJAJAAJA cuando eso suceda las vacas volarán”

Nat: “Ja ja, tampoco es algo imposible”

Leoko: “Lucas tiene razón. Es más probable que Lena deje su adicción a las aceitunas a que tú te pongas a trabajar jaajaja”

Nat: “😑 ”

Soldado el invierno: “Apoyo a Emi, nos hacen falta vacaciones”

Tu: “Con 10° de temperatura, está genial para ir a la playa”

Emi la más linda: “O Podemos armar un viaje para ir a esquiar”

Dejé mi celular en la mesita mientras me dignaba a secarme el cabello. Unos días en las montañas junto con un jacuzzi, sería lo ideal. Al voltear a mi celular otra vez, encontré un mensaje de Matt.

Dragón: “Me ofende que te hayas ido sin avisar </3”

Tu: “Hasta que sé algo de ti, gracias por avisar que estabas bien -.-”

Dragón: “De nada, yo también te quiero 😘😘”

Sonreí con su mensaje. Era un idiota y parte de su encanto. Puse mis auriculares al oído y comenzó a sonar una melodía de piano en cuanto le di al botón de aleatorio. Apoyé el aparato en el porta-celular con forma de cerdito. Dejé aun lado mi toalla y me quedé en ropa interior mientras buscaba mi pijama en la maleta, para eso sonó en una video llamada a la que atendí sin querer al tratar de detener la música.

— ¡Dios! — soltó asustado James y atiné a voltear el móvil.

— No era algo que esperaba ver, pero que gusto — se burló Matt.

Sentí mi rostro colorear y mis manos temblaron ante la idea de que ambos me habían visto en una ropa interior no muy presentable que digamos. ¿Cómo los miraría a la cara ahora?

— Princesa, no te avergüences, eres hermosa.

— Silencio idiota. Llama cuando puedas Lena.

Con eso último oí el sonido que indicaba el fin de la llamada. Me quedé muy quieta e inmediatamente miré mi brasier y mis pantys en color rojo. No lo pensé mucho y me coloqué mi playera de dormir y mis shorts grises.

De manera lenta busqué sus nombres e inicié la llamada. El primero en atender fue James.

— Hola — dijimos al unísono. Se formó una sonrisa en su rostro que me logró calmar. A los segundos contestó la llamada Matt.

No era muy relevante su llamada. Más que comentarles donde estaba y que estaba bien, lo cual me hacía sospechar que algo pasaba, no solían llamar al mismo tiempo. Algo había sucedido, pero no me decían. Matt cortó la llamada cuando llamaron a su puerta, lo que nos dejó a ambos un poco incómodos.