Juegos Peligrosos

《Capítulo 8. INESPERADO》

Summer 

Los días son grises, ya no se ve el sol en el inmenso cielo de Crowald, el clima está como me gusta, e incluso podría decir que es mucho mejor que el invierno pasado.

Los últimos días Cañetano a estado muy extraño. 

No le he comentado que unos días atrás Matth estuvo en la Universidad, o bueno, que estuvo esperando para conversar conmigo, por la misma razón de su extrañeza. Lo conozco demasiado bien para saber que algo le está preocupando. 
Por otro lado no he tenido noticias del rubio después de ese día, y espero que se mantenga de esa manera.

Ya es casi la hora del almuerzo, cuando suena mi teléfono, es un número desconocido.

Tomo el teléfono y atiendo la llamada, pero me quedo en silencio, escucho la respiración al otro lado, es como si estuviera esperando que diga algo, pero yo hago lo mismo.

—John.

¿John? Tardo unos segundos en recordar de dónde conozco el nombre. Esa voz, es una mujer.

—Tú lo mataste— hace una pequeña pausa —Ahora iré por ti, te cazaré, y cuando lo haga, cortaré cada parte de tu repugnante cuerpo hasta que ya no quede nada ti y no seas más que un trozo de carne inservible que ni los perros querrán— en silencio escucho atentamente —¿Tienes miedo? Puedo sentirlo en tu respiración acelerada, puedo oír tu miedo. La sombra no podrá salvarte cuando te atrape— con esa última frase corta la llamada, dejando una confusión en mi mente.

Mi cuerpo empieza a temblar, apoyo la espalda en la pared y me dejo caer al piso, abrazo mis piernas pagándolo a mi pecho.

La imagen de ese hombre ensangrentado está en mi mente —yo le hice daño, yo... yo lo maté, yo... yo... yo solo me defendí, sólo me defendí— su voz esta en mi mente, su cuerpo está en mi mente; coloco mis manos en mi cabeza, agarrandola con fuerza —Yo, lo maté, yo lo maté, yo lo maté... yo... sólo me defendí— en mi mente no hay nada más que recuedos rojos de ese día.

La puerta suena, alguien toca. Después de unos minutos de insistencia escucho la puerta ceder, escucho pasos por toda la casa, el sonido me perturba, luego veo unas piernas frente a mi, pero no levanto la mirada para ver quien es.

—Hey ¿qué te sucede? ¿Estás bien?— escucho una voz femenina. Siento unas manos cálidas sobre las mías —Nena, me asustas, mírame— toma mis manos y las baja de mi cabeza —Mira mis ojos, ¿está bien? mírame— mis ojos están idos, de mis labios salen palabras incoherentes, ella se sienta a mi lado y enrolla sus manos en un abrazo, siento caer unas lágrimas en mi hombro —Me duele tanto verte así— puedo sentir que está aguantando un sollozo. Se aparta de mi lado y se dirige lejos, donde no pueda oírla, sé que está hablando por teléfono. Después de unos minutos regresa —Todo estará bien,

Alguien golpea la puerta.

—Espérame aquí, ¿está bien? Te pondrás mejor— besa mi frente apartando mi cabello.

Los escucho conversar en el recibidor, los murmuros de sus voces perturban mi cabeza.

—Lleva ahí desde que llegué, me preocupa mucho Issac ¿Ella estará bien verdad?

—Tengo que revisarla ¿te importa?

—No, adelante.

—¿Summer? ¿Me escuchas?— con una pequeña linterna alumbra mis ojos.

—Solo me defendía, yo no quise hacerle daño, solo me defendía, yo no quise hacerle daño.

Sus manos toman mis brazos —¿Quién quiso lastimarte? ¿De quién te defendías?

—No quise hacerle daño.

Sus manos llegan a mi rostro —¿A quién lastimaste?

—No, no, no, no, yo no quise hacerlo, no quise hacerlo.

Se levanta del piso y conversa con la mujer.

Por un momento pierdo la noción del tiempo.

—Repite esas palabras una y otra vez, está preocupándome Isaac.

—Ella está experimentando un postrauma de algo que tuvo que presenciar, pero no logró entender que hizo activar esta condición.

—Cuando la encontré, estaba ahí, estaba golpeando su cabeza repitiendo esas palabras. ¿Ella estará bien?

—Sí, le dejaré unos calmantes, cuando despierte no recordará nada de esto.

—¿La drogarás otra vez? La última vez que se dio cuenta sabes cómo se puso y dejó de ir a sus terapias.

—No se preocupe, solo las tomará cuando... cuando pase por esto. Tú se las darás.

—Ella... ¿ella estará bien?

—Su caso es complicado, de hecho ante mis ojos es el más interesante de los que he tratado, conoces mi opinión, ella debería estar en.

—No. Ella no volverá a ese lugar Issac. Yo la saqué de ahí y no permitiré que regrese. Te pago muy bien para que te ocupes de ella cuando le da estos ataques.

—Como especialista debo informarte que ella no podrá vivir una vida tranquila sin esas drogas, a menos que sea tratada. Si la quieres tanto como dices quererla, lo mejor que puedes hacer por ella es dejar que sea tratada.

—Ya la estás tratando ¿no?. Todo este tiempo me he encargado de que se mantenga alejada de las cosas que puedan lastimarla.

—¿Lo has logrado? Estoy seguro de  que este ataque no es por lo que sucedió hace 5 años, y tú lo sabes. ¿Ahora, qué fue lo que hizo que estallara? Eso debes averiguarlo tú, o, ¿ya lo sabes verdad?

—No, creí que era por eso.

—No, ella hablaba de una persona que la quiso lastimar y al parecer ella terminó lastimandolo.

—¿Quién? Hace días llegó con el rostro golpeado y con la ropa manchada de sangre, era mucha para que sea de ella, dijo que la asaltaron.

—¿Qué hay del novio? Él sabe la verdad detrás de ese asalto.

—No, Fénix no se atrevería a hacerle daño. Él ama a Summer y la protege de todo.

—¿Tanto como para callar las cosas que hace su novia?

—¿De qué estas hablando? ¿Qué estás insinuando?

—Él conoce la razón del ataque de Summer.

—Él nunca a presenciado uno de sus ataques, de hecho es el primero después de años. Él no conoce esta condición de Summer.

—Interesante. ¿Cómo es que llevan años juntos y no conoce la parte más atractiva de Summer?

—No hables así de ella, como si fuese un fenómeno al cual admiras, eso no es nada atractivo.



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En el texto hay: misterio, peligro, amor

Editado: 01.11.2021

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