Juegos Peligrosos

III: Tiempo

Antes de volver a clases, recuerdo la invitación.
La busco por mi cartera hasta que la encuentro.

Miro toda la parte de afuera y lo único que dice es: Jugadora 31. Jana.

Abro el sobre y adentro hay una hoja doblada de color rosada. La saco y comienzo a leer.
 


Fin de Juegos.
 


Estimado/da señor/ra.

Tenemos la gracia de invitarlo al "Fin de Juegos".

Una fiesta que consiste en bailes, alimentos, bebidas, amigos, personas conocidas y muchas cosas más.
¿Es una fiesta común? Puede que si, puede que no. Eso lo evaluará usted según su punto de vista.
Estará dividido los tiempos, el más importante son los juegos. Usted participará de estos, algunas rondas serán en parejas, grupos o quizás de forma individual.

Los estamos esperando con ansias. Nos estaremos encontrando.

El evento será realizado el día sábado 7 del mes y año que es entregada la invitación.

 

Fin de Juegos.

A.F.
 


Bueno iré. No le veo lo malo, aunque la dirección no dice, ¿entonces cómo quiere que vayamos?

Cualquier duda, me avisas...

Tendré que preguntarle eso.

El resto del día solo me quedo pensando en la invitación y de cómo será esto, pero lo que más llama mi atención es saber el sentido, el propósito de este evento.

¿Por qué tanta insistencia?

En la salida trato de hablar con él pero no logro alcanzarlo, se va con algunos de nuestro grupo de amigos. ¿Y ahora qué haré?

Voy corriendo hacia el trabajo, no quiero tener otro regaño de la jefa, no lo quiero otra vez.
Paro un poco al sentir mi corazón muy acelerado, el pecho con un dolor fuerte y más que dolor, ardor. Me quema el aire que inhalo y exhalo. Tal vez exagere un poco pero enserio se siente horrible.

Esta es hora de salida de muchos del trabajo, para otros es la hora de ir a trabajar, como yo. Pero todo mundo tiene auto, yo no. ¡Suerte la mía!
Bueno, si a penas puedo costear la universidad y comer algo, es obvio que a este paso no consigo más nada.

Estoy parada en la vereda de la cuadra anterior al trabajo, tratando de volver a estar normal. Veo a lo lejos que viene un auto blanco despacio del lado y dirección contraria a la que voy. Primero no le tomo importancia, toma su tiempo en avanzar así como hago yo para recuperarme. Acelera rápido de repente girando en U y logro ver que tira un sobre. Miro el suelo y al auto, pero apenas lo alcanzo ver porque dobla y se pierde de vista al entrar por una cuadra.

Observo nuevamente el sobre, lo levanto y veo que dice lo mismo que el que tengo: Jugadora 31. Jana.

¿Cómo sabía que iba a pasar por aquí? Nunca paso por el mismo camino. ¿Y quién era ese? No creo sea algunos de mis amigos, o si. No sé.

Antes de hacer algo, miro la hora y veo que aún faltan unos minutos para que comience mi turno.

Me siento en una banca que da justo a unos metros del final de la cuadra. Ya al estar segura, abro el sobre, contiene una pulsera rosada como el color de la invitación. Esta es de plástico, es finita, tiene el número 31 repetidos dos veces, la guardo y prosigo a leer la nota.

 

Fin de Juegos.
 


Le hemos entregado una pulsera o anillo como es en el caso de algunos.
Ese objeto tendrá que ser llevado y colocado en su lugar correspondiente. Esto sirve para poder identificarlos en la fiesta, es importante que lo tengan todo el tiempo y será más importante cuando lo utilicen en los juegos.

 

Fin de Juegos.

S.C.
 


 

Observo cada detalle de la pulsera, se ve común como cualquier otra pulsera de plástico, con la diferencia que tiene el número repetido adelante y atrás.
Como siempre soy tan olvidadiza, me la coloco. Listo.

Voy caminando despacio por la otra cuadra hasta llegar a mi lugar de destino.

Observo a mi jefa que está revisando unas hojas. Como siempre vestida con ropa cómoda pero no llegando a ser vulgar. Me hace recordar a los hippies... ¿Qué? Si la vieran en este momento pensarían lo mismo que yo, hasta tiene lentes rojos, cuadrados y grandes.

Sin ser conciente suelto una risita por mis pensamientos, sonido que llama su atención en medio de todo el silencio y vacío de almas en el lugar. —¿Jana? —le dedico una leve sonrisa forzada a lo que me estudia con la mirada intentando saber el por qué tan puntual—. Llegas a tiempo.

—Hoy no tuve tantas cosas que me hicieran retrasar.

Personas, principalmente Agar.

—Ya veo. Bueno hay trabajo, llegaron nuevos libros esta mañana y hoy te toca a vos organizarlos —me señala con su pluma azul al final de uno de los pasillos.

Dejo mis cosas en la salita apartada que es para los empleados. Ahí solo entramos para dejar o buscar una pertenencia nuestra. Una vez entró una parejita feliz queriendo más que solo besos... terminaron en la calle.

La jefa es brava cuando se lo propone y amerita la situación. Si intentas jugar con ella lo más probable es que perderás.

Hoy estoy de suerte porque tendré que ordenar los libros, y mientras los coloco en sus lugares correspondientes, los sello. Una vez que termine con esto, me voy. ¡Buen viernes para mí!

Voy por las cajas, tomando como atajo uno de los pasillos dónde está llenos de libros de terror y de misterio. Mucho no me agrada porque está todo casi oscuro y solo.

Les explico. La biblioteca es muy grande y es a su vez un gran laberinto, pero en los dos años que llevo trabajando en este lugar, ya conozco cada parte de aquí.
A veces he tomado algunos caminos y me he dado cuenta que algunos pueden ser "atajos" para llegar a otros. Como me sucede en este momento.



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En el texto hay: peligros, reglas, verdades ocultas

Editado: 11.02.2021

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