Mi teléfono vibra en el bolsillo trasero de mi short. Lo tomo para ver de qué trata; y es tan solo Adalyn quien sin dudar me quiere contar sobre lo guapo que es su guarda de seguridad. No todas tenemos esa suerte de que nos lleven uno así hasta la puerta de nuestra casa.
Continuo mi caminata hacia mi puesto de trabajo y estoy por abrir el mensaje de la rubia, cuando choco contra alguien provocando que mi teléfono caiga al suelo. Intento tomarlo, sin embargo, el desconocido es más rápido, y por poco maldigo al pensar que es una especie de robo, pero estoy de suerte porque no es así. Únicamente fue un accidente.
—Gracias y disculpa, no te he visto venir.
Levanto la mirada para ver con quien tropecé. Es un chico.
—Descuida…
Sé que espera mi nombre al dejar sus palabras en el aire, una sonrisa traviesa se pinta en sus labios.
—Ava Kylie, me llamo Ava Kylie
—Lindo nombre, guapa, soy Daniel, un gusto.
Señala su mejilla para que la bese, como si fuéramos amigos que acaban de chocar por pura coincidencia; volteando los ojos, fingiendo fastidio, termino acercándome, porque no hay nada malo en besar la mejilla de alguien que acabas de conocer ¿Verdad?
Cuando estoy a centímetros de que mis labios choquen contra su mejilla, voltea el rostro y termino dejando la caricia en la comisura de sus labios; jadeo sorprendida y él suelta una carcajada ¡Vez que no era buena idea!
—¡Así se roba un beso Ava Kylie!
Hago una mueca divertida y aún asombrada con su acción, ¿Por qué...? ¿Quién actúa así? En serio, aún hay personas locas fueras de los manicomios. Mi boca se mantiene ligeramente abierta sin poder creerme este cliché.
—Ya, ya, no volveré hacerlo, quita esa cara. Vine por algo de comer, si quieres te unes, podría ser agradable conocerte guapa
—Lo siento, trabajo, aquí no puedo darme esa libertad — digo
Salgo al fin de mi sorpresa, murmura un “Será para la próxima” antes de entrar a Blake's. Mientras yo me quedo ahí sin entender una mierda ¡WOW! Esta criatura es la energía pura y me ha caído más que bien a pesar de tener ese aire de nene malo, misterioso que babeas al ver; no es que yo lo hiciera, solo me impresiona esa confianza que toma para hacer lo que hizo, y me agrada. Lo extrovertido que parece ser.
Termino de llegar a mi puesto de trabajo, hoy no hay muchas personas; lo cual continúa siendo extraño, pero también es algo bueno porque me permite pasear mis ojos por el lugar y encontrar fácilmente y en cuestión de segundos a las personas, y encuentro a Daniel al instante, creo que ese era su nombre. Podría decirse que tengo buena memoria a veces. Cuando me descubre viéndolo lleva una mano a su frente en saludo estilo militar haciéndome sonreír.
—Veo que te encuentras muy contenta, Ava Kylie — Andrien llama mi atención apoyándose en el recibidor, me encuentro con sus ahora familiares ojos verdosos —Ya que estás de buenas, ¿Te apetece dar una vuelta más tarde? En plan amigos.
—Me parece bien.
—Si no quieres... Espera ¡¿Qué?!
Río de su dramatismo. Le repito mi respuesta haciéndolo sonreír más que nunca. Ya lo conozco lo suficiente como para saber que no es una mala persona que quiere secuestrarme y vender mis órganos, así que acepto encantada. Ver más que unos minutos esos ojitos avellanos tal vez no sea una mala idea.
Intercambiamos números, cuando terminar de creérselo, para marcar una hora. Y me siento tan especial al verlo tan emocionado con algo tan simple. Soy yo la sorprendida segundos después cuando toma lugar en la mesa donde se encuentra… Daniel. Esa energía que compartían era ¡Joder! Un requisito para ser amigos.
—Tienes a esos chicos
Cam aparece con unas bandejas vacías, interrumpiendo mis pensamientos. Sigo su mirada hacia los chicos unos instantes. Ella parece estar estudiándolos, su ceño incluso está fruncido.
—Cam, por favor, son solo amigos.
—Creo que ya los conozco de alguna parte... ¿Dónde los he visto antes?
—De seguro aquí mismo
Le restó importancia, continuando con lo mío. Pero Cam se niega a eso, se apoya en la barra, acosando un poco más a los chicos; ella es muy intensa cuando no recuerda un rostro. Aunque trato de convencerla de que fue aquí. Después de todo, Andrien lleva semanas frecuentando el local.
+
A las 8pm termino mi turno, dejando que Mason sea quien cierre. Camino a paso lento por la acera del estacionamiento, arrastrando mis pies hasta mi auto. Un mensaje llega al teléfono, el cual no tardo en leer para poder empezar a conducir.
[Andrien: No te olvides de enviarme tu dirección.]
Sonrío sin poder evitarlo, recordando nuestra salida de esta noche. Escribo un rápido mensaje con lo que necesita, para correr a casa. Sería la primera vez que nos veríamos sin que un recibidor estuviera de por medio. Admito que me encantaba la idea de ver que tan alto es a mi lado o de dónde provenía su alegría y buena vibra. Tenía curiosidad sobre él.
+
Entro a mi acogedor hogar por la parte trasera, ya que no poseo las llaves de la puerta principal porque Adalyn me las perdió hace tiempo, pero esa es otra historia y no tengo tiempo para contarla ahora, debo arreglarme.
Subo a mi habitación para tomar una rápida ducha. Luego elijo ropa casual, y maquille sencillo más que todo cubrir mis pecas, las cuales odio porque me recuerdan a mi madre, sacudo mi cabeza sin querer pesar en eso ahora.