Juegos Prohibidos

Capítulo 4

Todos en la sala permanecen en silencio mientras yo tengo la mirada en el suelo avergonzada, con un labio inflamado, y con el peso de ser la inútil. Estaba tan enojada conmigo misma.

 

—¿Nadie le va a decir algo a la novata? — Lillian se coloca de pie haciendo una mueca de disgusto, pasa una mano por su cabello despeinándolo —OK, lo haré yo entonces ¡Por tu maldita culpa casi acaban con Diego y Matti! Eres tan inútil ¿Cómo no pudiste matar a un simple chico? ¡Esta niña no puede trabajar con nosotros!

 

Sus ojos me observan con rabia mientras me apuntan con su dedo, si fuesen balas yo ya estuviese muerta desde hace bastante tiempo. No soy capaz defenderme porque lo que dice es la verdad, eso pudo costarles la vida a algunos de ellos, fui una completa inútil en la misión

 

—Ava Kylie lo siento, pero en parte Lillian tiene razón.

 

No, no, no, niego con los ojos humedeciéndose porque ¡Joder! Necesito el dinero, mi padre me necesita, no lo puedo dejar solo en esto es algo que debemos solucionar juntos; el objetivo por el que estoy acá hace que hable al fin, que suplique por mi estancia... a veces es necesario rogar clemencia

 

—Diego dame una oportunidad, sabes que necesito estar aquí por un tiempo — ruego con voz temblorosa

 

—No lo sé, en esto una mala jugada y podemos ir a la cárcel incluso morir.

 

Mi mirada viaja a Lillian quien eleva una ceja con superioridad, sabe que gano este juego, que estoy acabada, lo consiguió, me quito de su camino y ni siquiera sé qué le he hecho... solo necesito el dinero, no he tomado nada suyo. Le mantengo la mirada apretando mis manos hechas puños.

 

—Diego deberías darle la oportunidad, yo podría enseñarle lo que necesita.

 

Me sorprendo al escuchar a Matt de mi lado y aún más cuando Angie lo hace también, ellos me defienden y el corazón se me encoge

 

—Diego estoy de acuerdo con Carter.

 

Y es así como tengo a prácticamente a todos poniéndose de mi lado poco a poco, apoyándome como si fuera años conociéndome, sonrío en dirección a los ojos azules que han comenzado la cadena en mi favor, Matt me guiña haciéndome sonreír más.

 

—Está bien, tendrás una semana para prepararte, no me hagas arrepentirme de la decisión Ava Kylie

 

Mi sonrisa crece, como si eso fuera posible. Tengo otra oportunidad de demostrar de que estoy hecha. Me incorporo para abrazar muy fuerte a Matt, es un gesto de su parte que no olvidaré jamás. Agradezco en su oído lo que ha hecho mil veces. Me ha dado la oportunidad de volver juego Evans.

 

El juego que tal vez este de mi lado, y debo aprovechar para ganarlo. No estaba dispuesta a fallar esta vez. Lo que me propongo lo logro. Muerdo mi labio ansiosa de que esto comience.

 

++++

 

El tiempo pasa tan rápido y esa es la razón por la que tenemos que aprovechar cada jodido momento de vidas como si fuese el último, ya que es como una estrella fugaz. Nuestra historia suele ser breve. O lo tomas o lo dejas. Nada de largas.

 

Así fue como de la noche a la mañana pasaron dos semanas donde conviví y disfruté con los chicos, a excepción de Callie y Lillian, a las únicas que al parecer no caí muy bien que digamos. Aprendí lo necesario para sobrevivir en este mundo, creo. Y el suficiente tiempo para conocer a cada uno y ellos a mí, asimilando ser parte Evans, lo que me servía para buscar complementarme al máximo a la hora de estar en acción.

 

+

 

El timbre suena por lo que me doy una última mirada en el espejo antes de bajar las escaleras corriendo, me despido de papá en el camino de salida, esquivando sus preguntas como lo he estado haciendo últimamente. He aprendido a mentirle.

 

Brayden me espera en su auto con los demás acomodados en la parte de atrás, sonrió viendo a mi grupo de amigos. Ahora sí puedo llamarlos así.

 

—¡Liee no tenemos toda la noche! — Daniel asoma su cabeza por la ventana

 

—¡Siempre es un gusto, verte Dan! — le guiño un ojo antes de saludar a todos rápidamente mientras me acomodo en mi lugar.

 

El viaje en auto es rápido y en cuestión de minutos estamos en la cabaña rodeada de inmensos árboles, una buena ubicación para que nadie la encuentre, nada estúpido. Y cero predecible para los policías, aunque ellos sí que son unos tontos. Bajamos al sótano esperando recibir las órdenes de Diego, y estoy más que lista para lo que me corresponda. Incluso ansiosa por demostrar lo que he aprendido, lo que me ha enseñado Matt, claro que me queda un largo camino ser igual a ellos, pero haré más que la última vez en juego. De eso estoy más que segura.

 

—Muchachos, nuestro objetivo es una chica de 17 años, Reece Collins — nos muestra la foto de la mujer, una castaña de ojos miel con rostro hermoso y delicado — Tengan mucho cuidado con ella, viaja su hermano, amigos y guardaespaldas.

 

Agradezco que mi trabajo de la noche solo sea rondar el lugar y estar atenta a cualquier amenaza o fallo en el plan. Pero aun así no deja de ser difícil, peligroso.



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En el texto hay: mentiras, amor, dinero

Editado: 26.01.2023

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