Juegos Prohibidos

Capítulo 7

Entramos a un tipo de club nocturno de esos que entras si tienes dinero. Y aquí estoy yo, Liee pasando por el simple hecho que trabajo para nada más y nada menos que Diego Evans. Increíble lo que un simple apellido podía llegar hacer. Son pasadas las 2am y en el lugar hay varias personas aún e inicio aburrirme de estar sentada esperando que mi objetivo le dé la gana aparecer. Paseo mis ojos por el lugar una vez más encontrándome con Andrien y Joss no muy lejos con una portátil, me distraigo observando al pelinegro aun haciéndome la pregunta de lo sucedido con él la otra vez.

 

— ¡Hey! Mira, mira ¿Ese no es el chico que besaste en Blake´s? — de inmediato dirijo mi mirada hacia donde señala la rubia.

 

Efectivamente es el chico que bese, Ryan estaba aquí. Porqué todo era casualidad con él. Sonrió al verle caminar entre las mesas saludando a todos con una sonrisa, lleva unos vaqueros ajustados y camiseta azul eléctrico que no le quedarían mejor, tan casual entre los refinados visitantes del lugar. Como estamos cerca de la entrada sus ojos únicos se encuentran fácilmente con los míos ampliando su sonrisa, porque soy una intensa que no puede quitarle la vista de encima.

 

— ¿Qué te traes con el chico?

 

— Absolutamente nada — Adalyn ríe sarcástica. Le guiño un ojo a la rubia cuando veo a Ryan demasiado cerca.

 

Me incorporó de la mesa yendo hacia la barra, con pasos lentos, dejando que me alcance porque claro me seguirá, no puede perder una oportunidad de tontear. Pido un trago al barman, por el rabillo del ojo logro ver la figura de Ryan a mi lado.

 

— Deberían castigarte por no estar en casa, es tarde — volteo a verlo con una ceja elevada llena de complejidad.

 

— Los castigos no servirían de nada y menos si tú me los dieras — ríe.

 

A mi teléfono llega un mensaje de Joss informándome la llegada de mi víctima. Y quiero quejarme, pero no es así de fácil, no puedo dejar eso para después. Mientras que con Ryan estará la próxima vez que salga a donde sea porque tiene ese poder de encontrarme al parecer.

 

— Tengo que irme así que te regalo mi trago, ya podremos hablar — me acerco para besar su mejilla, bueno esa era la intención porque termino besando la comisura de sus labios

 

— Quédate conmigo, siempre sales corriendo — toma mi brazo, no me permite decir palabra alguna porque me sorprende mordiendo mi labio con lentitud, provocándome ¡Y qué bueno que es haciéndolo!

 

— No puedo y no me convencerás con tus jueguitos — me suelto de su agarre dándole una última mirada. Alejándome.

 

Camino por todo el lugar hasta lograr chocar con Erick Harris, el juego de hoy. Ese era mi plan desde el inicio, encontrarme con él por “Casualidad” por supuesto. Parecer una dulce palomita, fácil de caer en sus encantados. Todo entra por los ojos.

 

— Lo siento... — se disculpa dejándolo a medias

 

— Liee — digo mi nombre con un tono de gata urgida extendiendo mi mano en saludo, deja un beso en ella y hago expresión de estar babeando — Deja que te invite a un tequila sunrise — acepto con una sonrisa ladina. Que fácil ha sido esto.

 

+

 

— Puedes ponerte cómoda hermosa — dice Erick cuando entramos a su departamento.

 

Lo veo ir hacia la cocina con su paso elegante, yo de inmediato me dirijo hacia su cama, tomando asiento en la esquina de esta. Segundos después se acerca con una botella de champagne y dos copas.

Esa es mi señal para entrar en acción. Primero quito las cosas de sus manos dejándolo sobre la mesita de noche, se queja por lo que tomo su rostro para besarlo intensamente, río en mi interior cuando inicia a tocarme, me separo para acercarme al ventanal con una de las mejores vistas de estos lados de California. Lista para lo que voy a hacer, repitiéndome los pasos una vez más. Volteo quitando lentamente los botones de mi remera dejando a la vista mi sujetador, nada más hermoso que una mujer que sabe lo que tiene y sabe lo que hace, eso les encanta, es lo que les doy, con lo que caen. Cuando intenta hablar coloco mi dedo sobre sus labios con sensualidad

 

— Shh disfruta lo que te haré.

 

Me siento a horcajadas sobre él, dejo que bese mi cuello antes de caer en la cama, acaricio su cuerpo sobre la ropa, vuelve a quejarse cuando me incorporo nuevamente, tan sensual como puedo le indico que me siga al baño, uno tan espacioso como otra habitación, con ducha y bañera, claro que no podemos olvidarnos del gigantesco espejo que cubre una de las paredes por donde veo entrar a Erick muy-demasiado desnudo acercándose a mi para besarme. Suelto ruido exagerados para que se lo termine de creer. No sé cómo demonios logro llevarlo a la bañera, y luego que me deje salir para ir por mis instrumentos de juego, las pastillas de colores y una navaja.



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En el texto hay: mentiras, amor, dinero

Editado: 26.01.2023

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