Juegos Prohibidos

Capítulo 18

Tiemblo de frio mientras me abrazo a mí misma; estoy a un lado de la autopista desde hace 20 minutos a la espera de que algún puto venga a recogerme. Resulta y sucede que Diego no ha dejado que fuese en mi auto a las bodegas así que camine desde la cabaña hasta aquí para que Daniel me recogiera, pero no, él tenía “asuntos importantes” que de seguro incluye a una Joss enfadada. En cada evento en las bodegas termina con una discusión de ellos.

 

Cuando un auto se detiene no dudo ni un segundo en subirme, Brayden es quien vino a rescatarme, gracias a esto se ganó otro poco de mi corazón. Cuando pone el auto en marcha inicio a quejarme de quien dice ser mi mejor amigo, ríe escuchándome ¿Cómo alguien se ve tan guapo con un gorrito de lana? Tienes demasiada suerte Rubia.

 

+

 

Nos adentramos en un baldío cerca de la playa donde hay construcciones sin terminar dándole ese toque prohibido que caracteriza a los Evans. En el lugar las personas no terminan de llegar, acercarse a bailar, beber, drogarse y demás. Brayden se las arregla para mezclarse entre ellas, algunas saludan amistosamente, aunque no tengo ni la remota idea de quienes son. Nos lleva a través de un estrecho y oscuro pasillo, al final de este tiene dos hombres piden nuestros teléfonos para dejarnos pasar a una pequeña sala, todo tan bien preparado es tan claro obra de quien es, Diego Evans quien más podría tener la agilidad e inteligencia para planear algo como esto.

 

 

— ¡Chicos! — nos saludan rápidamente porque Diego y Kendall entran a la habitación, de inmediato toda la atención va dirigida a ellos, aunque yo ignoro a Kendall no termino de llevarme con él y sé que el sentimiento es mutuo

 

— Primero quiero felicitar a todos por su excelente trabajo — pasa su mirada por cada uno —  Esta noche todos tendrán su labor, Jasmine apuestas, Daniel peleas, Lillian vigilancia junto con Kendall, Adalyn y Brayden quiero drogas por todo en sitio, Liee iniciarás las carreras, Matt la pista es tuya — recuerda las tácticas del juego que yo creo que manejo como mi nombre ahora, pero es que yo juego a mi manera y eso la hace más fácil.

 

— ¿En dónde estabas? — quiero hacer mala cara, pero para joder la situación me sobran razones

 

— Por ahí — el ojiazul frunce el ceño — Estoy un poco estresada, por favor no empieces — digo para dirigir el tema en otra dirección.

 

Por primera vez me hace caso, toma mi mano guiñándome un ojo, sacándome de la sala. Fuera los hombres preguntan deseamos nuestros teléfonos, pero Matt niega adentrando en una habitación cerca.

Esta solo tiene una cama en el centro después de un muro destruido. No puedo imaginar para que quieren algo así de privado.

 

— Te ayudare con eso del estrés — me toma por sorpresa cuando me alza para llevarme a la cama, me deposita con delicadeza y dulzura

 

— ¿Qué se supone que estás haciendo?

 

—Shhh solo déjate llevar

 

Quita mis zapatos y luego unta algo parecido al aceite en sus manos antes de iniciar a masajear mis pies, suspiro sintiendo que me quito esa pesadez de los tacones altos. Poco a poco y con el pasar de su masaje estoy completamente acostada, con las manos de Matt bajo mi ropa, sé que debería detenerlo, pero es que esto se siente genial. Sus manos hacen maravillas.

 

— Las camas no son para esto… — murmura, protesto cuando se detiene, me incorporo enfadada ya prácticamente me tenía dormida; me jala de los pies acercándome a él — Entrégate a mí... deja que te folle de la manera que llevo queriéndolo hacer desde que te vi Liee.

 

Se inclina un poco con la intención de besarme, y enserio creo que estoy soñando por que dejo que lo haga. Sus besos siempre me han ocasionados escalofríos, y eso hace que haga mi cabeza hacia atrás dejándole acceso a cuello, que lame. Dejará marcas ahí.

 

—Carter… — gimo, pero lo único que logro es que me monte completamente a horcajadas sobre él, paso mi brazo sobre su cuello dándome estabilidad, ¿Qué diablos es lo que hago? Seguro el momento caliente con Ryan hace hora no me ha terminado de pasar y solo me estoy dejando llevar por la calentura

 

— ¿Matt? — ya tenía planeado separarme y con Lillian de pie, viéndonos con sus ojillos llorosos, mejillas sonrojadas, y un puchero; termino de hacerlo, incorporándome veloz — Diego… hay que ocupar nuestros lugares… — limpia una lagrima que se le escapa, siento arrepentimiento en ese preciso momento percatándome del verdadero amor que, sí le tiene Lillian a Matt, tras darnos una mirada de odio se marcha con la frente en alto. Quiero seguirla y explicarle que no quiero a Matt, que luche por él.

 

— Matt síguela y explícale que no tuvimos sexo — termino de colocarme los zapatos sintiéndome un asco de persona mientras salgo de la habitación, Lillian nunca me hizo el mal como para romperle el corazón con algo que ni siquiera he hecho; no puedo llegar a imaginarme como se debe sentir encontrar a la persona que amas en la cama con otra, yo enloquecería



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En el texto hay: mentiras, amor, dinero

Editado: 26.01.2023

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