Jueves 6 de agosto

Capítulo 5: Horror

Nick se acercó a mí y me observaba de pies a cabeza, luego hizo lo mismo con Sonia.

—Divirtámonos con ella —dio una sonrisa de boca cerrada y señaló a Sonia.

La desataron tirándola al piso y comenzaron a tocarla de forma inapropiada, Sonia se resistía, pero fue golpeada por Nick.

—¡Brad! —la tenía agarrada de las manos —¡sujétala de las piernas!

Entonces comprendí lo que querían hacer, bajaron su short corto y quitaron su camisa seguido de su ropa interior, dejándola desnuda comenzaron a realizar aquel acto horrible.

Yo cerré los ojos pues no podía ver algo tan aterrador, solo escuchaba los gritos de Sonia pidiendo compasión.

—¡Suéltenla mal nacidos! ¡van a quemarse en el infierno! —Mario movía las manos con fuerza y los grilletes sonaban al chocar con la pared.

Al no escuchar más gritos, abrí los ojos y Nick abotonando su pantalón se me acercó de nuevo.

—Sigues tu cariño —pasó su mano por mi mentón.

Salieron de la habitación dejando a Sonia tirada en el suelo.

—Sonia cariño, intenta levantarte —mi voz temblaba cuando hablaba —allí está tu ropa tirada, vístete.

Ella se levantó limpiando las lágrimas de sus ojos, buscó su ropa que se encontraba esparcida alrededor del cuarto y comenzó a vestirse. Giré mi cabeza para ver a Mario, su rostro estaba enrojecido y respiraba de forma agitada. _____________________________________________________________________

Me di cuenta luego de un rato de que no tenía el reloj en mi brazo izquierdo, tampoco sentía mi celular en el bolsillo. Nos habían quitado nuestras pertenencias y ahora no sabía cuánto tiempo había pasado y que hora era, solo estaba consciente que cuando aquellos hombres entraran por la puerta seria mi turno de ser abusada.

—Sonia escucha —Mario hablaba —tu eres la única oportunidad que tenemos para salir de aquí, en la media de mi pie derecho guardé una navaja —señalaba con la mirada —tómala y cuando vengan esos militares quiero que te coloques detrás de la puerta para que no tengan tiempo de defenderse. Debes matarlos y quitarles sus llaves, solo así saldremos de este lugar.

Respiraba profundo sentada en el suelo y recostada en la pared con las piernas cruzadas —no creo poder hacer eso —paso su mano por la nariz limpiándose —no tengo la fuerza ni la capacidad, además me siento muy débil.

—Yo sé que tú puedes hacerlo —su voz tenía un aire de inspiración —confío en ti —hizo una pausa —y si no lo haces, vamos a morir aquí encerrados.

Ella no respondió, solo se levantó y se dispuso a tomar la navaja oculta en la media. Se paró detrás de la puerta y aunque aún temblaba y sollozaba su semblante había cambiado.

Esperamos un buen rato hasta que escuchamos unos pasos acercándose, la puerta se abrió y apareció solo uno de ellos. Antes de que Brad se percatara, Sonia se le fue encima y lo hirió en el brazo.

—¡Maldita! —se echó para atrás y se tocaba la herida viendo la sangre. Yéndose hacia ella la estrelló contra la pared.

A Sonia se le cayó la navaja en ese momento, luego él la lanzó al suelo y caminó parándose frente a ella. Se reía y movía la cabeza hacia los lados.

—¿Creíste que podrías acabar conmigo? —decía en un tono burlista.

Ella se levantó con prisa y le dio un golpe en los bajos. Él puso las manos en su entrepierna y después la empujó hasta tumbarla de nuevo, se le colocó encima y empezó a ahorcarla. Sonia con sus dedos intentaba zafarse, pero no podía. Logró librarse gracias a un rodillazo que le dio en los genitales.

Luego se levantó y tomó una barra de hierro que estaba sobre una de las camillas oxidadas, y golpeó en la cabeza a Brad dejándolo inconsciente. Con sus manos revisaba sus bolsillos hasta que consiguió las llaves de los grilletes, rápidamente se acercó a nosotros e introducía la llave en los cerrojos que aprisionaban mis tobillos.

Yo mantenía la mirada en mis pies cuando escuché —¡Atrás de ti!

Alcé la mirada viendo que Brad se levantaba poniendo la mano en su cabeza y las gotas de sangre recorrían su sien. Ella se levantó volteándose con rapidez, pero él la tumbó de un puntapié. Sonia estaba con sus manos en el suelo y echándose para atrás, disimuladamente se dirigía hacia la barra de hierro, por suerte él no lo notó.

Brad estaba dándome la espalda, pero mirando de frente a Sonia. Yo le hice una seña con los ojos dándole a entender que lo empujaría con mi pie para que ella tuviera oportunidad de golpearlo.

Entonces lo pateé con todas mis fuerzas y este yéndose de boca fue recibido por un gran golpe con la barra que le partió el cráneo, luego cayó muerto al piso. Sonia lo golpeaba una y otra vez haciendo que las gotas de sangre saltaran por toda la habitación, ella lloraba y gritaba mientras lo hacía.

—Sonia tranquilízate, concéntrate en nosotros y libéranos de aquí antes que venga el otro mal nacido —Mario alzaba las cejas.

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Luego de ser liberados la abracé muy fuerte, ella llorando me devolvió el abrazo. Su rostro estaba hinchado por los golpes que recibió y en su cuello estaban marcados los dedos de Brad.




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