Jueves 6 de agosto

Capítulo 26: Un rayo de luz

Por curiosidad regresé y vi que esa chica corría desesperadamente pues un Belicoso la perseguía, cuando esta criatura iba a asesinarla me conmoví, entonces maté al Belicoso y le salvé la vida.

Ella sufrió un golpe en la cabeza, no muy grave, pero quedó inconsciente por lo que la llevé a una zona "segura" le puse una venda y la dejé descansar.

Me fui de allí, espero haberle dado una oportunidad de sobrevivir, aunque no sé de quién se trata y no creo que trabaje aquí.

Ahora que lo pienso bien, ella debe pertenecer a ese grupo de chicos que vi deambulando por aquí, pero no tengo idea de cómo llegaron a este lugar, solo puedo especular al respecto.

19 de agosto de 2015

Hoy grabé al Alfa junto con un grupo de Belicosos que asesinaban a unos militares, la manera en que lo ejecutaron fue muy sangrienta; los desmembraron e hicieron un círculo, sentándose alrededor comenzaron a comer de los pedazos de los cadáveres mientras reían, el Alfa comenzó a reírse y el resto lo imitaba.

Dusty estaba a mi lado en ese momento en que grabé aquella escena y antes de que se percataran de mi presencia hui de allí.

En estos últimos días he visto muchos militares dentro de la cueva, creo que no podré escapar de aquí, si fracaso intentaré hacerles difícil encontrarme, la muestra del virus la esconderé en las cavernas (aunque aún lo estoy pensando), si me hallan al menos no podrán liberarlo a la humanidad.

No estoy seguro de si era la única muestra creada, pero si fabricaron más, lo que estoy haciendo es inútil, no obstante, si me llegan a atrapar prefiero no tenerla conmigo.

22 de agosto de 2015

Han pasado un poco más de dos semanas y no consigo ninguna salida, me temo que moriré aquí abajo... Estas evidencias las guardaré en esta caverna, si me atrapan por lo menos no tendrán estos archivos; si tengo suerte podré convencerlos de que me den otra oportunidad.

Mi familia escapó del país junto con la de Cooper, mientras ellos estén a salvo yo estoy tranquilo, aunque algo me dice que no los volveré a ver.

En verdad quisiera devolver el tiempo y comenzar de nuevo, hacer las cosas de manera distinta para no cometer tantos errores... Pero sé que eso es imposible, las circunstancias no las podré cambiar jamás; solo puedo asumir las consecuencias con la frente en alto y con la esperanza de que el universo me dé otra oportunidad para empezar de cero.

Sonrío con nostalgia mientras escribo esto, pues en el fondo sé que nada mejorará; al contrario, todo empeorará.

25 de agosto de 2015

No sé si la fecha en la que escribo es correcta pues ya perdí la noción del tiempo, tenía un calendario y en él marcaba los días que pasaban, pero lo extravié en esta cueva mientras huía de los militares.

Observé como capturaban a los chicos que vi anteriormente en la cueva, aunque solo logré contar a cuatro de ellos, supongo que los demás... Han perdido la vida aquí.

No tengo escapatoria, me están pisando los talones, antes de que ocurra lo inevitable dejaré toda la evidencia en este lugar; excepto el virus pues se me cayó al luchar contra un Belicoso.

Siento que fracasé, pero al menos lo intenté.

Firma Derek Thompson.

Dentro de la mochila había una pila de documentos y fotografías, pero un objeto llamó mi atención. Una cámara, en ella había diversas grabaciones y fotos que respaldaban todo lo plasmado en esas hojas de papel. Sin embargo, algo muy curioso es que el nombre de la organización no estaba por ningún lado.

En silencio y con la mirada fija en los documentos pensaba en todo lo que había descubierto. Conocer la verdad aplastó mis esperanzas pues quien sea que estuviera detrás de esto tenía mucho poder e influencia y eso significaría que no nos dejarían en paz.

Un sonido de quejido resonó en la caverna —¿Qué pasó? —Enrique se despertó acomodando su posición y colocándose la mano en la frente.

—¿Estás bien?

—Siento que mi cabeza va a estallar...

—Al menos conservas tu brazo —Luciano miraba su extremidad amputada.

—Deberías agradecer que sigues vivo.

Ignoró mis palabras —¿Y Alicia?

—No lo sé, después que lanzó la granada huyó a gran prisa.

—¿Cuánto tiempo ha pasado? —Enrique preguntó.

—No tengo la menor idea, solo sé que esto es más grande de lo que parece.

—¿A qué te refieres con exactitud? —Luciano acariciaba a Dusty.

Respiré profundo y les expliqué todo lo que leí. Guardaron silencio y hojearon los papeles, fotografías e incluso encendieron la cámara para revisar su contenido.

—Recuerdo que una vez vi una noticia sobre esto en internet —Luciano suspiró —tres hombres en una selva fueron atacados por unas criaturas agresivas. Me impactó aquella historia, pero era algo muy fantasioso como para darle crédito alguno... Ahora les creo cada palabra.

Lo observé y luego bajé la mirada —lo que no me queda claro es; ¿Qué es lo que tenemos de especial para que nos quisieran secuestrar?

—También quisiera saber que tiene nuestra sangre. Aunque no sé si lo recuerdan, pero Duane era nuestro doctor cuando éramos niños, quizás nos inyectó algo —Enrique estaba sentado con los codos apoyados en las rodillas y jugando con sus dedos.

—Sea como sea debemos irnos de aquí —Luciano se levantó con dificultad.

Asentí y levantando me sacudí el polvo, mis pies latían y sentía como si pisara fuego. Tomé el hacha y me di cuenta que estaba manchada de sangre, no pude evitar mirar a Luciano y recordar cuando esa lunática me obligó a amputárselo.

Enrique tomó la delantera y noté que su caminar era torpe pues cojeaba de su pierna izquierda. De nuevo en esa travesía caminábamos mientras alumbraba los rincones de oscuridad con la tenue luz de la linterna.




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