Final
Estoy muy feliz, demasiado feliz, ¡conseguí el ascenso!, ¡Lo conseguí!, me levanto con todo el ánimo del mundo, mi vida está cambiando, y eso me gusta, por primera vez me agrada, me visto con una falda azul marino y una camisa azul claro, complemento con un abrigo largo negro, de zapatos escojo unas zapatillas de tacón bajo negras, me peino con una media coleta y peino mi flequillo, una vez lista voy a desayunar tostadas con mermelada y una taza de café, miro mi bolsa, tengo todo listo, pero, me encamino a mi habitación nuevamente, tomo mi diario y lo meto a la bolsa, ya le hace falta salir un poco, ahora sí, salgo de mi piso y me voy hacia la estación del tren.
Una vez ahí espero el tren, primero llega el directo pero lo rechazo, espero al otro y después de unos minutos miro como empieza a llegar, de repente mi corazón empieza a latir muy rápido, falta nada para verlo, una sensación de valentía me inunda poco a poco, siento como algo en mi interior despierta, es como un resplandor en mi pecho, le quiero hablar, le voy a hablar, sí, lo haré, el tren se detiene y entro en el, no miro a ninguna parte más que al lugar en el que me voy a sentar, pongo la bolsa en mis muslos y tengo la cabeza agachada, esa sensación, alzo la cabeza y ahí está el, sentado frente a mí, me está mirando también, ayer no me lo encontré, suspira, cierro mis ojos y aparto la vista, ¿Cómo es posible que alguien te ponga nerviosa sin conocerte?, me concentro en la sensación de valentía que me invade, vuelvo a mirarlo, estoy a punto de pararme cuando él se levanta y avanza hacia mí, ¡hacía mí!, se sienta a mi lado y yo no le pierdo la vista
—Hola— su voz, su voz es una mezcla gruesa y suave, me quedo mirándolo unos segundos hasta que la garganta me da para hablar
—Ho-la— apenas pronuncio en voz baja y entrecortado, genial, ya di una mala impresión, ya debe pensar que soy tonta
—No quiero que te asustes, pero te veo casi todos los días aquí, hace meses de hecho— una sonrisa me apareció en el rostro
—Yo también te veo— tengo sus ojos tan cerca— te digo el chico de los ojos verdes— ¿Por qué dije eso?, sonríe, es una sonrisa amable mientras yo me doy golpes mentales
—Yo te digo la chica de los ojos negros— ¿Qué?
—Gracias, ¿Supongo?-
—Perdón es solo que, no sabía cómo acercarme a ti—
—Me leíste la mente, porque yo quería acercarme a ti—
….
Oscuridad, eso es todo lo que veo, el cuerpo me duele, miro a mi alrededor, forzo la vista poco a poco, a un lado de mí está él, lo noto por su ropa, apenas si puedo ver, un dolor me abraza e intento moverme, con mucha dificultad lo hago, solo me siento un poco, empiezo a buscar su cara con mis manos, lo puedo sentir, y solo quiero hacer una cosa antes de que llegué, quiero besarlo, encuentro su cara, veo como sus ojos se abren lentamente, intenta hablar pero no lo dejo porque lo beso, mueve sus labios lentamente con los míos, danzando, son dulces, cuando me separo de él me dejo caer en su pecho, cierro los ojos, no quiero mirar, no quiero detallar, me quedo con el recuerdo del beso que le acabo de dar, siento que viene, el túnel, mi respiración se hace lenta, poco a poco, hasta que sé que me quedan pocos suspiros, pienso en mi vida, quiero regalarle el ultimo latido de mi corazón a él, quiero saber que por lo menos amé a alguien, ya no importa si no lo conozco, si no se su nombre, él es mi chico de los ojos verdes, porque por meses tome el otro tren para verlo, me inspire en él para un boceto, se me ocurrió una paleta de colores, acepte un ascenso, veo una luz al final del camino y ahí ocurre, se apaga la luz.