Jugar a ser Dios

Capítulo 26

Me fui de lo de Kuperman, pensando donde llevar la maquina.Recordé que Papá tenía un departamento en el barrio de Almagro y hasta lo que yo sabía estaba vacio, ni si quiera lo alquilaba. Tendría que buscar la llave de inmediato.

Llegué a casa, estaba totalmente a oscuras, seguro que Jazmín y Clotilde dormían. Busque las llaves del departamento de papá en su escritorio, la verdad que casi lo di vuelta y nada de nada. Debería llamarlo a Mendoza ahora mismo aunque sea tarde. Lo llamé a su celular y me contestó después de varios intentos, tenía una terrible vos de dormido.

- Edy ¿Qué querés a esta hora?

- Disculpame papá pero necesito las llaves de tu departamento.

- ¿El de Almagro? ¿Y para que lo querés?

- Tengo un par de chicas para llevar con Juan, no quiero traerlas acá, están Clotilde y Jazmín...

- Ah, bueno, como si nunca hubieras llevado a ninguna mina a casa ¿Para esto me llamás?

- Pero, papá, no quiero hacer lío acá, decime donde están las llaves, por favor.

- Bueno, están en mi caja fuerte, la clave está en mi mesita de luz, dentro del cajón en un sobre chico, blanco, dice una dirección y el piso y el depto, esos números te dan la clave, así como los lees.

- ¡¡¡Gracias papa!!! ¿Cuándo regresás?

- No se todavía, la estoy pasando bien, descansando mucho y tomando mucho vino mendocino... ja

- Me alegro, pasala bien, disfruta.

- Bueno hijo, te mando un beso grande y cuidate, no hagas macanas.

"Cuidate, no hagas macanas...", a que se referiría papa? No lo sabia, pero cuando algo así decía, era porque tenía una sensación extraña, y en general acertaba.

No me hice demasiado la cabeza, fui inmediatamente a la casa de Kuperman, cargamos la máquina, la metimos en el baúl y parte en el asiento trasero del auto, entro justo. Si hubiera tenido alguna pieza más no hubiese entrado. De ahí nos fuimos al departamento de papá, la bajamos y Kuperman comenzó a reconstruirla.

El departamento era de dos ambientes, bastante chico, la máquina entró, pero nos dejó un espacio muy chico para movilizarnos. Nos quedamos a dormir esa noche para no desepertar sospechas y como el departamento no tenía ningún mueble, nos acostamos a dormir en el piso. A la mañana siguiente nos íbamos a despertar a las 8 de la mañana , pero un ruido ensordecedor nos boicoteó ese programa. Tiraron la puerta abajo. De un tiro rompieron la cerradura, entre dormido y tonto me levanté, ante mis ojos, como una pesadilla, Krusat junto a otros dos hombres me apuntaba a la frente. Me quedé paralizado por un momento, no se cuanto tiempo transcurrió, pudieron ser dos segundos o dos horas, no lo sé. Lo único que tenía claro era que me temblaban las rodillas, que se me secaba la boca. Seguí paralizado mirando a los ojos a Krusat, escuché un ruido detrás de la máquina resucitadora, era Kuperman.

- Así que estaban aca escondidas las ratas...

- ¿Que hacés vivo Krusat?

- Callate pendejo, estoy vivo y punto. Ahora nos vamos a llevar la máquina.

- Sobre mi cadáver – gritó Kuperman -

Krusat se adelantó dos pasos, agarró del cuello a Kuperman con una mano mientras con la otra intentaba abrirle la boca, se resistía el profesor, pero Krusat era demasiado fuerte y en un momento logró su objetivo, una vez que logró abrir la boca de Kuperman introdujo en ella su pistola.

- No se haga el vivo viejo de mierda, sabe bien que no puedo matarlo, si lo mato soy hombre muerto otra vez, usted nos sirve, pero no me altere, tal vez un día me agarre cruzado y le ponga una bala en medio de los ojos.

Mientras escuchó las amenazantes palabras de Krusat, Kuperman transpiró como nunca en su vida..Sus ojos miraban fijo la pistola que estaba dentro de su boca. Krusat se apiadó y se la sacó. Junto con los otros dos hombres se llevaron la máquina y a Kuperman, eso si antes de irse, Krusat me agarró del cuello y me apoyó contra una pared mientras me apuntaba a la cabeza.

- Pendejo de mierda. Traidor y cobarde ¿Sabés por qué no te mato?

- ....

- ¡Contestá, cagón !

- No tengo la menor idea, y no me grite, ya me tiene las bolas por el piso, si me quiere matar, mateme. Ya me cansó toda su prepotencia.

Me miró mientras me soltaba. Se dio media vuelta y cuando se estaba yendo me habló de nuevo.

- No te mato por tu viejo que es un buen tipo. Vos no le llegás ni al tobillo. No servís para nada, cornudo.

Se llevaronn a Kuperman junto con la máquina. Yo me quedé sólo en el departamento sin saber que hacer. Me quedé sentado en el suelo, agarrandome las piernas mirando un punto fijo, estaba jodido. Kuperman y yo también, yo más que el profesor. Él al menos hasta que no descubrieran len la forma de utilizar el resucitador, seguiría vivo por ese motivo, por conveniencia. Y no creo que pudieran hacer funcionar la máquina sin la ayuda de Kuperman. Después de un buen rato mirando ese punto fijo sin llegar a ninguna conclusión me fui de ese departamento sin rumbo fijo. Caminé unas cuadras por Av Rivadavia. Caminé sin rumbo hasta que en un momento me di cuenta que ya se había hecho de noche. Habían pasado varias horas desde que se llevaron a Kupèrm. Sin darme cuenta llegué hasta la calle Florida y seguí caminando, en un momento sentí que me seguían.



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En el texto hay: romance accion y drama

Editado: 28.02.2018

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