10. Se una buena muñeca

Todo se vuelve mucho más tortuoso en el momento en que sus labios empiezan a moverse.

Mis manos algo temblorosas suben hasta su pecho con la intención de se pararlo, pero sus manos son más rapidas que yo posicionandose por sobre mí cintura.

Entreabre mi boca, trató de apretar mis labios, pero es imposible. De repente siento algo caliente y extrañó dentró de mí boca, una ganas enormes de vomitar entran y revuelcan completamente mi estómago cuando me doy cuenta que es su lengua.

Su mano derecha pasa por sobre mi cintura acercándose aún más, su mano libre sube por sobre mí brazo hasta llegar a mí cuello apretandome más hacía él.

Respiró profundo, quisera salir corriendo.

Mis impulsos son demasiados. Hay demasiadas cosas en mi cabeza en estos momentos. Sus labios no dejan de besar los míos ni por un segundo y eso me resulta como un infierno.

Escucho unos aplausos que hacen eco en mis oidos, pero parecen ser aplusos de una sola persona. Sigo con los ojos cerrados, se que si los abro y veo que a quién beso es a ese tipo enfermo que me da repulsión terminaré armando una escena y eso no me conviene.

Los aplausos no paran, ahora escucho las pisadas. Son pesadas y lentas.

Ese molestó sonido deja mis oidos, ahora no se si prefería que mis oidos estuvieran inundados por aplausos de gente falsa que nisiquiera conozco y son amigos cercanos de este hombre o los chasquidos que él hace al chocar su lengua con la mía.

Alguien me toca el hombro.

Quiero ver de quién se trata, trató de apartarme pero no puedo, su mano rodeando mi espalda y es muy fuerte.

Entonces siento su saliva y ese ya es mi punto de culminación. No aguanto más y termino mordiendo su labio. El se separa inmediatamente.

—Eres una... —tapa la herida con su dedos, y parece percatarse de que hay más personas ahí, pues mira a su alrededor y reprime el insulto que seguramente me iba a dar. —tonta —completa en casi un susurró. Se que el insultó que tenía planeado decirme era mucho peor.

Siento como otra vez alguien pone su dedo sobre mi hombro. Me giró con lentitud hasta que me encuentro cara a cara con él.

Extrañado me mira de arriba abajo, como si no creyera que a la que tiene enfrente es a mí. A Selena Steel.

Mi boca se entreabre. Quisiera explicarle tantas cosas pero aquí me resulta imposible.

Luego de que por unos segundos parece analizarse niega con la cabeza decepcionado.

—¿Te gusta casarte a escondidas? —suelta de pronto.

Agachó la cabeza apenada —Theo... —eso es lo único que sale de mis labios.

Y es que con toda la situación esta última semana me había olvidado completamente de la existencia de él en mi vida. De la importante existencia que tenía el en mi vida, para ser mas exactos.

—Dime —da un respiro. Hago un gesto para que se vaya, el hace todo más difícil.

—Theo, yo... ¿podrías irte...?

Sus ojos se vuelven cristalinos, los cierra con fuerza para luego mirarme no con enojo sino con odio —¡no me voy Selena! No hasta que me digas ¿desde cuándo me has estado engañando con este tipo?

Niego. Quisera decirle que yo jamás lo he engañado, pero no puedo... no puedo hacer eso, por más que quisiera no puedo.

Niego otra vez. Me acerco a él, pero el demonio que tengo tras de mí pone su mano en mí hombro en señal de advertencia. Finalmente doy pequeño pasos hacía atrás hasta alejarme lo suficiente de el.

—¿Es lo único que vas hacer? ¿negar? Solo eso... me merezco una explicación Selena —me señala —me la merezco y tú más que nadie lo sabes.

Se calla para darme espacio para hablar pero yo no lo consigo hacer.

Me mira nuevamente decepcionado —llevábamos dos años Selena ¡dos años! Dos años en los que no hice más que perder mi tiempo... pensaba que eras diferente—remarca en lo ultimo. Tenía razón llevábamos dos años saliendo, ¿como es que me había olvidado completamente de el en el transcurso de toda esta situación? Estaba segura que la razón solo era una: Hero y sus amenazas —¿porque no decirmelo desde un principio? —sus ojos otra vez se ponen llorosos —dijiste que me querías. Tu Selena, tú eres una mentirosa, una hipócrita, una cualqui...

—¡BASTA! —gritó alguien tras mi espalda. Sentí como sus manos me atrajeron por mis hombros —le prohibió que le falte el respetó a mí esposa.

A su esposa... ¡Dios! Que mal se escucha eso en mi mente.

Theo me miró mal, no apartó su vista ni un solo segundo de mi haciéndome sentir diminuta.

—¡Callese! —le gritó, sentí el agarré de Hero mas fuerte por sobre mis hombros —¡¿Por este viejo me cambiaste?!

Respire profundo —Theo, deja de hacer esto porfavor. Me lástimas.

El me miró serio para luego reír frente a mí cara —¿te lastimó? —me miró fijo con una sonrisa —la única que a lastimado a alguien a ti eres tú. Selena eres una zorra, se que te acuestas con este hombre solo por su dinero, debí darme cuenta de que siempre solo has sido una interesada.

Negué. El entrecerro los ojos.

A este punto habían apagado la música. Las miradas de todos estaban puestas por sobre mí.

No fui capaz de mirarle un segundo mas a la cara. Estaba avergonzada —lo siento —el apretó la mandíbula —lo lamento, Theo.

El negó varias veces hasta finalmente suspirar —espero que seas feliz. Que te rinda Selena... eres... eres muy decepcionante.

—Theo —lo llamó Nicky, pero el también se giró a mirarla mal.

—Tú también eres una hipócrita. Se suponía que eras mi amiga, y ahora mira donde y con quién te encuentro. Las dos me vieron la cara de idiota, felicidades...

Mordi mi labio al ver como daba medía vuelta y se iba. Di un paso para ir tras el y explicarle pero Hero me tomó del brazo deteniendome. Finalmente me di cuenta de que ya no podía explicarle ni decirle nada porque... el daño ya estaba hecho.

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—Soy una mala persona —dije mientras escondía mi rostro sobre el regazo de Nicky.

Luego de que Theo se hubiese ido la fiesta había acabado. Mamá y papá se habían ido, a decir verdad mi padre casi se la había llevado obligada de la mansión.