-No, no yo creo que no soy el indicado para eso.
Le miré desinteresado, no me gustaba mucho que me llevarán la contraria y menos si se trataba de temas tan importantes -¿lo dice por el tema de todos los profesores? -le reste importancia -no se preocupe ya e pensado en todo, reducire esas jornadas, solo será un profesor por día. Creo que fue mi error recargar le...
-No -me interrumpió Kein inmediatamente. -Yo... yo no soy el indicado soy profesor Hero, no guardaespaldas.
Tragué duro. Aunque no me gustará darle la razón a las personas el tenía razón --esta bien, pensaba en que fueran cuatro meses pero puedo pedirle a mí padre solo dos, para volver lo más rápido que pueda. Por favor, no puedo dejar a esa fiera sola.
Le vi como suspiró con pesadez, quisera saber en que estaba pensando -¡dos meses! -dijo con gran preocupación -no Hero, tengo demasiadas cosas en mi agenda. Trabajos, informes. Además Selena no es mi única alumna.
Suspire con un lío en mi cabeza y mire a Kein con preocupación -te pagaré el triple, ¿que dices? ....
-Hero -dijo mi nombre en forma de advertencia para que parará.
-te daré cinco veces la cantidad que cobras por cada clase... además ambos sabemos que lo necesitas, Kein, porfavor no seas terco. Tu yo sabemos que tienes....
-Esta bien -se me adelantó dejándome con las últimas palabras en mi boca -pero solo dos meses, ¡entiendes! -asenti. Ahora mi siguiente problema era convencer al idiota de mi padre para que me dejará regresar antes.
-Pero solo porque de verdad necesito el dinero, tu ya sabes porque.
¡Ya vaya! Si que lo necesitaba, después de saber que tenía una...
-¡¡Pero Hero!! -su voz interrumpió mi pensamiento -¿Que se supone que debo hacer?
Sonreí disimuladamente -solo... ya sabes, vigilarla, esa chica -señalé la casa, haciendo referencia a que ella estaba dentró de ella -es una pequeña fiera. Ten cuidado, no quiero que le pase nada a mí juguete ¿entiendes?
Pareció sorprendida por mi terminó hacía ella pero segundos después asintió.
-¿Pero... pero para cuándo quieres que pase todo esto?
Le hice una señal a Sergio para que se retirará y volví a centrar mi atención en Kein -para mañana mismo. Mañana en la mañana debo irme.
Su ojos se abrieron de par en par -¡¿Pero estas loco?! -movió su cabeza en forma de incredulidad.
-Quiero que empaques tus maletas hoy mismo, no pienso dejar esa tonta sola en esta mansión un solo segundos.
-¿E-Empacar? Acaso juegas hero -¿a estas alturas creía que jugaba? Yo nunca jugaba y menos con algo que saliera de mi boca.
-Hablo enserio Kein -mis manos fueron a mis bolsillos. Saque un pequeño fajo de billetes el cuál calló casi de repente contra su pecho. -Es tú pago por adelantado, todas las semanas recibirás un cheque en el banco, ¿entiendes? -el solo asintió casi pasmado -ah y otras cosa -dije antes de dar la vuelta por completó -no quiero que le comentes nada a la muñeca... eso es todo.
El no contestó nada, solo se me quedo viendo medio aterrado.
O al menos asi parecía.
Selena
Me miré al espejo pasmada... ¿saben que vi? Una chica débil tonta y manipulable... era justó todo lo que siempre traté de no ser.
Toqué mi mejilla, aún tenía esa pequeña sensación de ardor en ella.
Mis ojos estaban secos... de ahora en adelante nunca más lloraria. No, no lo haría, no frente a nadie. Lo haría por mí.
Mi palma tapaba el pequeño rojo, de a poco la fui destapando hasta que una puerta se abrió de pronto.
Me giré enseguida y a la defensiva volviendo a poner mi mano sobre la mejilla.
Respire súbitamente hasta que vi.... ¿al profesor?
¿Que hacía el aquí?
Lo miré de arriba abajo.
El seguía sonriendo, pero al momento de verme a la cara su sonrisa de esfumo enseguida.
-Hola Selena. Perdón por no tocar pero venía a traerle esto -levantó sus manos dejando a la vista una gran pila de libros.
Yo asenti sin mediar palabra. Sabía que tenía una especie de nudo en la garganta y si articulaba una sola palabra me quebraria y terminaría llorando frente a él.
Caminó un par de pasos hasta que sus ojos conectaron cerca de los míos. Extendió los brazos y volvió a formar esa pequeña y... linda sonrisa de sus labios.
Espero unos segundos a que se los recibiera pero esto nunca paso.
Más bien mis ojos bajaron a sus brazos, el fruncio el ceño... podría jurar que sus ojos fueron a la palma de mi mano la cuál tapaba mi majilla.
-Selena... -le miré sorprendida porque por primera vez no me habia llamado de una manera sin incluir el "señorita" al comenzar. Y aunque jamás fuese a admitirlo aquéllo tan pequeño creó un pequeño sentimiento reconfortante...
El negó inmediatamente -perdón... quiero decir, señorita Selena.
-A mi me gusta.
-¿Disculpe? -le cuestionó sin entender muy bien a que me refería.
-Qui-Quiero decir... -tartamude de tan solo pensar que el había imaginado que decía que le gustaba, ojalá no halla siquierq pensado semejante cosa -que me gusta que me llame Selena, siemplemete sin señorita o niña... usted puede llamarme Selena.
-¿Porque tapas tu mejilla de ese modo? -se apartó para poner los libros sobre un viejo escritorio.
Sus pies volvieron en dirección a donde estaban antes.
-No es nada.
Pero antes de que tan solo pensará en una excusa más razonable su mano se estiró apenas un poco.
Instintivamente di un paso hacía atrás, el no pareció darse por vencido pues de igual manera dió pasos en mi dirección hacía adelanté.
Mi espalda de un momento para el otro choco contra la pared.
Me sentí acorralada.
Miré hacía adelanté chocando con la imagen de el profesor Kein. Mi ojos no eran capaces de verlo a los ojos.
-Señorita... ¿porque no se quita la mano de la mejilla? -tragué saliva mientras agachaba la cabeza.
¿Que se suponía que debía decir?
Entonces sentí su mano tomar mi muñeca. Entreabri mis labios para ordenarle que se alejara cuando sentí como con lentitud alejaba mi palma de mi mejilla.