Juguete del millonario

30. Mi juguete

Omnipotencia

Theo miró desde el suelo adolorido como Kein y Selena se alejaba cada vez más.

Apretó furioso su mandíbula y al mismo tiempo choco su puño contra el pavimento.

Estaba dispuesto a levantarse cuando algo llamo su atencion.

Dio solo dos pasos, agachó la mirada y lo toco.

Claro, era el teléfono que se le había caído a Selena y ella no había podido recoger.

Trato de prender el teléfono y milagrosamente seguía funcionando perfectamente, la pantalla estaba rota pero funcionaba.

—Selena es demasido estupida —dijo en burla al ver que el celular no tenía ningún tipo de patrón de seguridad.

Fue a sus contactos. Solo tenía tres.
 

Nicky❤
Profesor Kein
Hero
 

 

Sonrio al fijarse en el último nombre. Recordaba a la perfección ese nombre, ¿y cómo olvidarlo? Si al entrar a lo que sería el matrimonio de su ex novia ese nombre resonaba en la boca de todos los invitados.
 


 

Guardó su teléfono en el bolsillo de su pantalón y con un poco de dolor abdominal por el golpe finalmente se paró.
 


—Se exactamente lo que voy hacer —luego de decir esto caminó un par de cuadras hasta toparse con un  teléfono público, introdujo una moneda y marco al número.

—Le contaré todo... —uno, dos, tres tono hasta que finalmente alguien contestó.
 

Hero

Estaba en medio de una importante reunión junto con los posibles socios de la empresa y mi padre cuándo mi teléfono sonó.

—Disculpen —salí lo más rápido posible, miré el celular (número desconocido).

—Alo, buen día ¿quién habla?

—Hero, quién soy no importa, le llamó por un asunto con su esposa —abrí mis ojos de par en par —Selena...

—¿De que habla?

—Ella le esta traicionando.

—¿Qué? —entreabri mi boca confundido —¿con quién?

—Dónde sea que usted este metido debe regresar, vealo con sus propios ojos, su esposa le esta traicionando de la peor manera.

—¡¡QUIÉN HABLA!! —grité desde la otra línea.

—Eso no le interesa. Solo desconfíe de ella, vuelva sin avisar y cuándo ella menos se lo espere y así va descubrir todo... —el corté de llamada resono en mis oidos.

Mire el celular una vez más, lo guarde y puse mis manos sobre mi cabeza.

¿Selena me estaba traicionando? Pero eso era imposible, en esa casa no había ninguna manera de traicionanrme.

Miré hacía la ventana, recordé las palabras de mi hermana.

Mordi mis labios tan fuerte que un hilo de sangre salió de ellos.

Acomode mi corbata y regrese a la junta, esta vez le hice señales a mi padre para que me acompañara.

El fruncio el ceño pero luego se levantó de la silla.

—Espero que sea importante estabamos en medio de un asunto importante para la empresa.

Solté un suspiro —me voy...

—¿Que?

—Me tengo que ir, descuida e adelantado mucho trabajó, daré las firmas que necesites y me iré de vuelta a la mansión.

—¡De ninguna manera! —acomode el cuello de mi camisa.

—Esta decidido papá, hoy mismo me voy.

John entrecerro su vista despectivamente hacía mí —¿acaso has enloquecido?

Le miré una última vez —Tal vez —caminé en dirección fuera del edificio, debería ir al hotel y guardar mis cosas.

Mientras tanto llamé al piloto de nuestro avión privado.

No podía creer que estuviera haciendo todo eso por una simple llamada... y por Selena.

.
.
.
Dos días después...

Selena

Después de que Kein me aseguró que si confiaba en el nada malo podría pasar me había quedado mucho más tranquila.

Bajé las escaleras con el desayuno ya servido. Sonreí y fui en su dirección.

—Profesor... —le abracé por la espalda mientras sus manos estaban ocupadas en la estufa.

—Selena —rió —apartate solo un poco, te podría quemar. —Asenti y me senté en la mesa.

Su cuerpo dió media vuelta con el sartén poniendo varios platanitos fritos en mi plato.

—Gracias —le dije para luego tomarlo de la camisa, hacer que se agachara levemente a mi altura, el pareció sorprendido pero luego una sonrisa pequeña se formo en sus labios.

Subí mi mano hasta acariciar su cuello cabelludo para después tirar de él hasta chocar con sus labios.

Palpe apenas un poco nuestros labios, sin llegar a cruzar saliva o lengua en ningún momento. Sonreí aún con su boca sobre la mía y el hizo lo mismo.

Mis manos lo soltaron y él  revolvió levemente mi cabello.

Camino hasta sentarse justó frente a mí con su desayuno también ya servido.

Le sonreí y metí el primer bocado a mi boca.

Levanté mi mirada, la sonrisa seguía en sus labios. Con lentitud puse mi mano y la deslice sobre la mesa en su dirección dispuesta a tomar su mano, pero entonces sus ojos dejaron de mirarme a mí, su boca pareció entreabrirse de repente y sus ojos se abrieron un poco.

Mi mano dejo de moverse.

Estaba por mirar en dirección a lo que el estaba viendo cuándo sentí una mano tocar mi hombro derecho.

—Muñeca —mi mirada recallo en el plato, mi boca se secó —déjame ver tu carita de nuevo, quiero comprobar si sigues igual de linda como la última vez que te vi.

No tuve el valor de voltear, sus manos se deslizaron desde mi hombro hasta mi cuello, su cuerpo se agachó hasta que mi cabeza se pegó a su clavícula —¿no me extrañaste? —traté de impedir que su mano siguiera sobre mi cuello.

—Ya déjame...

—Porqué yo si te extrañé, y mucho —pegó su boca a mi oreja —no sabes cuántas cosas e planeado que hagamos... juguete —su boca beso mi mejilla bajó la atenta mirada de Kein —mi juguete...


Hello... gracias por todo el apoyo.

Nos vemos, ojalá, pronto otra vez ;)
 



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En el texto hay: profesor, millonario, juguete

Editado: 05.04.2020

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