La adrenalina caliente paso por sus venas. Tiró con fuerza de su escritorio, los papeles y la computadora ahora hecha pedazos yacían contra sus zapatos.
Miró el reloj... la vería y no sabría si al llegar y tenerla frente a frente no se abstendria a matarla.
Una idea cruzó por su cabeza.
Selena
Desvíe mi vista a la puerta, por un momento me asusté pero luego guardé la compostura poniendo mis pies por sobre el sofa fingiendo que estaba viendo cualquier programa de la televisión.
Me levanté al sentir su presencia. No había pasado mucho desde que Kein se había ido, quizas 40 o 50 minutos, o una hora o hasta algo más; realmente no lo sabía.
Me miró a los ojos, noté sus manos comprimidas y su mandíbula ligeramente presionada.
Un par de pisadas más y ya tenía su cuerpo tan cerca de mí que hasta sentía su respiración, choque contra una maldita pared.
¡FUCK! Sabía que estaba hundida cuando su brazo fuerte me dejo sin salida presionando un lado de la pared. Su cabeza se inclinó suave y al sentir sus labios su boca abrió la mía con rapidez y necesidad. Su lengua se deslizó por mi cuello y yo levanté mi mentón, mirando hacía el techo.
Mi cabeza daba vueltas, no podía creer que fuera a ser la segunda vez que iba hacer esto, sabía lo que el quería, lo supe de inmediato al sentir como sus dedos aligeraban mi camisa.
Cerré los ojos. Alcancé a sacudir la cabeza en el momento en que su boca volvió a tomar la mía; casi parecía enfadado, como si esto fuera su terapia.
Mi mirada se deslizó por sobre su boca juntandose con la mía y al mismo tiempo pude ver la manera en que su mano presionaba de tal manera que incluso alcazaba a marcarse mi piel.
Terminó por quitarme el camisón del todo pero paro por unos segundos. Agache la cabeza, sus dedos rozaban las marcas rojas que Kein me había dejado antes. Me asusté, por supuesto que lo hice, incluso empezaba a imaginar cualquier excusa razonable por si llegaba a preguntar cuál era la causa de esas marcas, hasta que sentí sus succiones fuertes contra mi piel.
Sus manos se pegan de mis hombros y al mismo tiempo pegaba mi cuerpo a la pared, y volvió a succionar, solo que esta vez con algunas interrupciones de su lengua y sus dientes.
Sentí como chupo y succiono con tanta presión la zona en la que Kein ya había succionado antes que tuve que poner mis manos por sobre la esquina de la pared para mantener el equilibrio.
Se alejó de mi clavícula y clavó su mirada en la mía; traté de descifrar al menos algo de lo que pasaba por su cabeza pero para cuándo menos me di cuenta sus manos estaban presionando mi cuello.
Poco a poco su rostro se puso rojo y su mandíbula se fue comprimiendo aunque una sonrisa seguía en sus labios. Una sádica sonrisa se mantenía en sus labios.
—¿Qu-Que... que estas haciendo Hero? —mi cabeza dolió un poco al empujarme con mucha fuerza contra la pared —Me lástimas.
Mis manos palparon las suyas, traté de hacer que me soltara pero fue demasido imposible. Su cara se acercó a la mía y con sus manos aún sobre mi cuello comenzó a besar mi mejilla.
—¿Sabes? —arrastró las palabras mientras plantaba un par de besos. Siento como su lengua se desliza de a poco hasta el comienzo de mis labios —estoy furioso. Muy furioso con alguien —mi lengua pasa por mis labios secos.
Siento como mis rodillas se debilitan y como mi espalda se desliza por la pared sin que Hero se despegue de mi cuerpo ni un solo momento.
Lo Miró a los ojos cuando se aleja de mi mejilla, ahora sus dos manos me sostienen del cuello. ¿Porque no estoy gritándole que me deje? ¿acaso ya comienzo a acostumbrarme que me traté tan brusco?
—¿No vas a preguntar porque? —su aliento huele un poco a alcohol, una media sonrisa se avecina en mis labios y asiento.
Me muerdo los labios y el me examina con la mirada. Me estoy dando cuenta que este tipo esta bueno como el infierno —¿Porque? —su mano ahora aprieta parte de mi quijada y deja mi cuello, su otra mano quita los mechones de mi cabello.
—Alguien me ha estado engañando —me muerdo la lengua al sentir su mano acariciar la piel de mi pierna descubierta. —Bueno, —se ríe —dos, pero la verdad no se quién me cabrea más.
Miro sus nudillos, están lastimados y con un poco de sangre seca. Tragó saliva.
—Es del trabajo —el aire vuelve a mi pecho, suspiró y mi corazón tan acelerado se empieza a calmar.
Sus dedos dejan de presionar mi cara y se acerca. Sentí como mis pulmones dejaron de recibir aire por unos momentos.
Finalmente el atrapó mis labios, me sorprendió que a diferencia de todas las veces esta vez el beso fuera lento y pausado. Me confundí más al sentir sus manos acariciar mi cabello y deslizarse hasta el comienzo de la piel desnuda de mi hombro. Ladeo mi cabeza y sentí su lengua cálida.
Pero entonces un golpe resono en mi oídos. Abrí mis ojos de inmediato y me percaté de su puño contra la pared a un lado de mi cabeza.
Mire fijamente su mano, con lentitud Hero la apartó de la pared y la volvió a poner en mi cintura como si nada hubiera pasado, como si sus nudillos no estuvieran prácticamente por chorrear sangre.
Su boca se acercó nuevamente a la mía pero yo me hice para atrás —¿que pasa? —el se acercó y rozó su boca apenas contra la mía —¿porque hiciste eso?
—Es una forma de desquitar mi irá, Selena —mordió su labio inferior y sus manos se deslizaron desde mi cintura hasta mi nuca. Tragué saliva. —Eres tan bonita...—tomó mis labios. Ahora estaba siendo todo menos lento. Esta vez me besaba hambrientamente mientras pegaba mi cabeza con cada movimiento más y más a la pared —tan... hermosa —ladeo mi cabeza a propósito y sentí su lengua —¿porqué debías hacerlo...? —Sentí un leve peso sobre mí, frunci el ceño con mis ojos aún cerrados al escuchar la última frase.
¿Había escuchado mal o había dicho "porque debías hacerlo?
Aquélla pregunta salió de mi mente al sentir como el se levantaba sin dejar de besar mi boca. Caminé torpemente hasta toparme con aquél sofa. Era extrañó para mí, jamás imagine terminar teniendo "eso" en el mismo lugar, con dos hombres diferentes, el que se hacía llamar mi "esposo" y mi "amante".