Juguete del millonario

35. No lo amo

Ya hace unos minutos había salido de mí. Estaba de espaldas mirando por la ventana y yo había aprovechado para ponerme mi ropa interior. Por más que trataba de decir algo mis labios se mantenía cerrados. Estaba aterrada.

Mis uñas se aferraban con fuerza al colchón. Suspire varias veces, no sabía porque desde ya hace unos minutos tenía su vista tan fija en la ventana y agache la cabeza hasta fijarme solo en mis pies sobre el frío piso.

Tenía esa maldita frase pegada en mi cabeza.

¿Quién te lo hizo mejor hoy Kein o yo?. ¿Quién te lo hizo mejor hoy Kein o yo?. ¿Quién te lo hizo mejor hoy Kein o yo?. ¿Quién te lo hizo mejor hoy Kein o yo?. ¿Quién te lo hizo mejor hoy Kein o yo?. ¿Quién te lo hizo mejor hoy Kein o yo?

¡Maldita sea! ¿como es pude ser tan estúpida?

Se giró y recargo su espalda contra al ventana con sus brazos cruzados.

—¿Porque? —me quedé quieta y congelada. El tenía puesto solo su pantalón y se pecho estaba descubierto.

Mis manos pasaron desesperadas por mi cabello chocolate.

—Te estoy haciendo una pregunta —la sensación de hace unos minutos desgraciadamente aún seguía entre mis piernas, así que las apreté con fuerza. No era dolor, pero si algo extrañó.

Levanté la cabeza y lo miré a los ojos.

—¿Porqué qué? —el dejo de tener lo brazos cruzados y esta vez, más bien, apretó los puños con fuerza.

—¡No te hagas la idiota! —gritó y yo me sobresalté.

—Es que... —comencé pero no supe como continuar, mire a todos lados como si alguien nos estuviera escuchando o vigilando e hiperventile —es que no se de que hablas.

Dio pasos rápidos hasta estar parado frente a mí —¡¿COMO QUE NO SABES?! —se calló, parecía querer guardar la poca compostura que le quedaba —LO VI TODO SELENA, NO LO NIEGUES PORQUE ME HACES ENOJAR MÁS.

Asenti sin decir una palabra, ruido o algo, ya no tenía fuerzas para nada, nisiquera para mentir.

—Esta bien, esta bien ¡si me acosté con Kein! ¿si? ¿eso es lo que querías escuchar? —mordi mi labio al ver su expresión. Sentí mis ojos picar por la fuerza que ejercía para no soltar ni una lágrima. —Lo hice. Si lo hice.

Bajé nuevamente la cabeza, al no escuchar nada de su parte volví a mirarlo temblorosa.

—¿El te insito a hacerlo o fue por voluntad propia? —me miró frío, serio, sin expresión alguna.

—¿Insitarme? —aquéllo fue una pregunta más para mí que para el.

Se acercó de a poco hasta tener sus manos sobre el sofa y su cabeza casi frente a la mía. Tan cerca que podía escuchar su respiración entrecortada.

—Si —se aclaró la garganta y me tomó con fuerza de las muñecas —¿o fue por voluntad propia?

—No... —dije en un casi susurró, que por la irá en sus ojos y el agarré más fuerte y desgarrador supe que había escuchado.

—¡QUE MIERDAS SIGNIFICA ESO! —Me gritó a pesar que apenas unos pocos centímetros nos separaban. Miré todo su rostro, de arriba para abajo, mis muñecas empezaron a temblar y sentí como las liberaba y se alejaba.

Su pierna tiró con fuerza contra uno de los jarrones de la mesa de centro, abrí levamente los labios totalmente aterrada.

Volvió su mirada a mi, supe que debía responderle al ver como sus dedos se contraian.

—¿Pues que quieres que te diga? ¿que me violó? Seria una mentirosa, yo... yo realmente no se en que momento se me salió esto de las manos.

Sus manos me tomaron de ambos brazos y me levantaron —¿No sabes? ¿COMO QUE NO SABES? —cerré levemente los ojos y instintivamente aleje un poco mi cuerpo— SE TE SALIÓ DE LAS MANOS DESDE EL MOMENTO EN QUE DECISTE SER UNA MALDITA ZORRA —Sentí una pequeña lágrima deslizarse. Carajo. —TE DI TODO. TODO LO QUE NECESITA UNA PERSONA... —me empujó con fuerza callendo en el suelo con mi espalda contra el sofa —dinero, salve a tu padre idiota de la bancarrota, una linda casa, quería que te sintieras en un hogar...

—¿UN HOGAR? —repetí esta vez presa de miedo pero con la rabia encarnada en mis venas —¿de verdad crees que esto es un hogar? ¿alguna vez lo creiste? —le digo arrodilandome con los ojos llorosos —no sabía que en un hogar la esposa es obligada a casarse con un hombre que no conoce y además este la golpea y la viola, ¿de verdad ese es el hoga ideal del siglo 21?

Entrecierra los ojos mientras me mira desde arriba —por una mierda Selena, no te victimices. Eres una maldita perra desagradecida y lo sabes...

Asiento —si, tal vez tengas razón. Puede que sea una maldita, una perra, una cualquiera, lo que tu quieras —siento mi mano mojada, casi de inmediato captó que son mis lágrimas —puede que si le cuentas, no lo se, a un amigo, a un desconocido, quizas a los vecinos o incluso si alguien ve esto en una película o incluso en un libro dirán lo que tú estás diciendo ahora, que yo soy una perra; Incluso yo meses atrás también hubiera dicho lo mismo... ¿pero que hay de ti? Dime... ¿no crees que... que tu también has sido una mierda miserable?

Me muerdo la lengua al alzar la vista y ver sus ojos tan rojos que mi irá es reemplazada por terror.

—¿Que hay de mí? —se ríe irónicamente —lo único que se es que tu y yo somos iguales.

Niego —¡yo jamás sere igual a ti! Tú... tú me violaste.

Me mira enfadado, casi parece que su cabeza hubiera eliminado ese episodio de su mente —eso no es cierto.

—Si lo hiciste —lo apunto con mi dedo mientras me levantó.

—¿Que dices de ahora?, ¿eh? ¿acaso vas a decirme lo mismo? Que te viole.

Lo empuje —¡sabes perfectamente que eso es diferente! —el solo dio un traspiés —¡ese día te dije que no maldita sea! ¿crees que alguna vez voy a enamorarme de mi violador o de mi secuestrador? Eso solo pasa en las novelas pero en la realidad no. Yo te detesto.

Pareció estudiar todo mi rostro, lo peor de todo era que cuándo el maldito se quedaba callado me hacía sentir nerviosa y cuando hablaba me daba más miedo —dejemos los dramas baratos para después, ¿de verdad crees que buscó que te enamores de mí? —sonrió socarrocarronamete —¿o que yo me enamoré de ti? —negó mientras se acercaba. —No muñeca, solo eres una compra, una muy mala y costosa para ser honesto —me tomó la mano, traté de soltarme pero fue imposible —después de esto me recordaré no volver a gastar mi dinero en juguetes como mujeres.



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En el texto hay: profesor, millonario, juguete

Editado: 05.04.2020

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