Pasó el mes, mientras entrenaban distintas estrategias de combate, seguían con el plan de disminución del nivel de las maldiciones, y no hubo reporte de algún hechicero que pidiera unirse al grupo de élite, nadie llegó a cumplir con las condiciones requeridas, así que se quedaron ellos 9 solamente… Una maldición caminaba tranquilamente por una zona un tanto alejada de las personas y hechiceros, se dirigía a una parte donde se encontraban las demás maldiciones, era como en una zona algo montañosa, se reunieron, eran 7 maldiciones… no… eran 6 maldiciones y, ¿1 humano? Sadashi, Izamu y Majime salieron al primer ataque, Majime inmovilizó al grupo enemigo, Sadashi e Izamu, aprovechando sus rituales de ataque en área, buscaban debilitar más a las maldiciones. –¿Una persona? –preguntaba Daichi de forma incrédula. –Tal vez es un rehén, pero miembro de algún clan no. –respondió Kiriko. –Tienes razón, pero, ¿para qué?, en fin, acabemos con ellos. –Ups, cometimos un error… –decía Usuaka con un tono burlón. –A ver si te sigues riendo cuando vayamos a exor… –Un momento… ¡Falta uno, ahora solo hay 5 maldiciones! –Adelante, Bakuto… –Tiro explosivo –una explosión se hizo presente desde atrás de los hechiceros, lo que provocó que se dispersaran. –Divídanse en la formación más favorable. –se dividieron en pequeños grupos, y las maldiciones no se iban a quedar quietas… Tanto las maldiciones como los hechiceros se alejaron a distintas partes de la zona montañosa, iba a comenzar una batalla enorme…
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