Majime y Akane fueron contra la otra maldición que no había sido reconocida antes.
–Golpe Fugaz –la maldición no se movió, sino hasta el último instante antes de que el impacto llegara.
–Qué buenos reflejos tie.. –en un instante, la maldición ya estaba con su puño, cerca del rostro de Akane.
–Immovilización –Majime logró inmovilizarlo a tiempo, pero algo del impacto de viento hizo retroceder a Akane.
–¿C-cómo…?
–Parece que te diste cuenta, repliqué tu golpe. Me llamo Hikari, y mi técnica ritual me permite copiar y usar en combate, estilos de batalla de cuerpo a cuerpo o armas que yo vea.
–Ya entendí, solo si los ves… –Akane se puso rápidamente detrás de Hikaru, pero…
–No soy del tipo que depende… –Hikaru usó una patada como contraataque y fue contra Majime.
–De su técnica ritual.
–¡¡Majime!!
Majime solo alcanzó a cubrirse, pero, aun así, el golpe la mando lejos, quedando inconsciente al golpearse la cabeza.
–Mierda…
–Estaba en lo correcto, solo era de apoyo, no se enfocaba en el combate, en fin, tu y yo pelearemos sin estorbos.
–¡Cabrón de mierda, vas a pagar por lastimar a Majime!
–Las palabras no tienen relevancia ahora mismo.
Una pelea cuerpo a cuerpo nunca se podría imaginar de una forma tan impactante, los golpes qué intercambiaban provocaban ondas de choque bastante fuertes, aunque Hikaru estaba tomando la delantera…
–Mi hija se está esforzando mucho, yo también debo hacerlo…
–No te preocupes por tu hija…
Magakyou se puso de inmediato en frente de Akane… –¡Preocupate por mi, idiota!
–Oscuridad Protectora –una barrera negra se hizo presente, parecía estar hecha de las sombras qué había mencionando ella.
–Insultar a una dama de esa forma, es de muy mal gusto…
Magakyou retrocedió, tenía un mal presentimiento a pesar de todo el orgullo que tenía…
–Eres una simple maldición que solo se adapta poco a poco, no no te adaptas, simplemente sigues tus instintos… qué asco me das…
–Expansión de Dominio: Jauría de las Bestias Oscuras. –Esta hechicera está a un nivel más alto que los demás…
Magakyou se vio envuelto en un problema mayor, ¿qué podía hacer una maldición como él en esta situación…? Pues, claramente, luchar por su vida.
–Dominio Simple.
–¡Este desgraciado!, ¿¡sabe usar el Dominio Simple!? No importa, de todos modos, lo único que le queda es ver si aguanta más que yo, y no creo eso…
–Maldición, ¿qué hago? No voy a aguantar mucho…
En el Dominio de Akira Akitaka, lo único que puedes ver es la misma oscuridad, pero, aunque no veas nada, sientes cosas… cosas que cuando llegue el momento, atacarán sin piedad a sus presas… Akira Akitaka ganaría la batalla de cualquier forma, eso estaría garantizado, sino fuera por su instinto materno que la hace querer defender a su hija de todo… Akira disipó su dominio al sentir la disminución de poder de su hija Akane, y fue a defenderla…
–Corte de Oscuridad –con ese corte, hizo que el ataque de Hikaru se desviara, además de dañarlo enormemente, con un solo corte, ¿el problema? Ese corte deja indefenso al que lo use… ¿y que hizo Magakyou, una maldición que depende de sus instintos…?
–Muere… ¡¡maldita hechicera!!
Aprovechar la situación, y atravesar el abdomen de Akira Akitaka…
–Ma… ¡¡Mamaaaaaa!!
Majime recuperó la consciencia después de tanto, y fue a apoyar a Akane, inmovilizando a las maldiciones.
–¡¡Dales con todo, Akaneee!!
–Golpes Fugaces: Inversión –golpes llenos en su totalidad de energía positiva, Hikaru y Magakyou casi son aniquilados, sino fuera por su habilidad de usar Dominio Simple, pero aún así, sufrieron bastante y decidieron retirarse.
–¡Mamá!
Akane fue rápidamente a tratar a su madre, junto con Majime, hacían lo que podían, pero el ataque con el que había sido atacado estaba siendo infectado por algo que provocó Magakyou…
–¡Maldita sea, maldita sea!
–Akane, no te pongas así, compórtate hija.
–Pero, madre, estás muriendo, debo curarte, debo…
Akira tomo la mano de su hija suavemente…
–No, estas igual de cansada y debilitada, tienes que descansar…
–No importa, tengo que salvarte…
Hija, yo te salvé porque eres mi hija, no me arrepiento de ello, aunque creo que ya no estaré contigo, je, te dejo a cargo del clan Akitaka, y no creas que fue tu culpa…
–No, no, fue mi culpa, todo fue…
–¡No!, nada fue tu culpa, no fue culpa de nadie, solo sucedió, pero no hay tiempo para lamentarse, eres mi hija, y siempre lo serás, no importa que yo no esté de forma física, tu siempre me recordarás, tampoco tengas malas emociones conmigo, o me convertirás en uno de esos idiotas. –dijo Akira mientras reía suavemente.
–El clan Akitaka, ahora lo lideraras tu, sé que lo harás bien
–Mamá…
–Te quiero… no… te amo mucho, hija mía. Siempre fuiste aquella luz que iluminó mi vida, desde que naciste.
–Madre…. Yo…. También te amo mucho, siempre te he querido mamá…
–Me alegra oír eso… –con su último suspiro, Akira se fue con una sonrisa en su rostro, una bella sonrisa, que aunque significará su muerte, dejaría algo de compasión y paz a aquella que la viera…
–Madre… –dijo Akane, mientras abrazaba a su madre por última vez.
–Siempre estarás conmigo, porque eres mi madre, gracias por todo…