Después de que todos estuvieron más calmados por todo lo ocurrido anteriormente, se hizo una pequeña conmemoración para celebrar el ascenso de los nuevos líderes, Fudo Takebe y Akane Akitaka, de sus respectivos clanes. Poco después de ello, se organizó una reunión del frente élite…
–Bueno, por ahora debemos tomarnos esto con mucha calma, tómense su tiempo, porque después vendrá la revancha contra las maldiciones.
Sadashi levantó la mano con entusiasmo.
–Puedes hablar, Sadashi. –respondió Akane, queriendo saber lo que diría.
–Y si, ¿hablamos sobre nuestros gustos?
–¿Eh? –todos quedaron un poco sorprendidos ante esa propuesta, no entendían del todo porque sería necesario eso.
–Bueno, se me ocurrió porque, por la última batalla que tuvimos, hemos estado muy tensos, y aunque nos digan que estemos tranquilos y calmados, estoy segura que muchos no lo estarán por completo, así que se me ocurrió para tener un momento cálido entre nosotros, como equipo, como amigos. –era una buena razón, aunque también quería escuchar a Kiriko hablar sobre él.
–No es una mala idea, ¿les parece bien? –preguntó Fudo volteando a ver a todos, y todos estuvieron de acuerdo, por lo que asintieron.
–Bueno, yo, Kiriko, admito que me gustan los gatos.
–¿Los gatos? A pesar de tu apariencia un tanto intimidante tienes tu lado tierno.
–Je, admítelo Isamu, a ti te encantan los gatos, hasta tienes fondo de pantalla de gatos adorables.
–¡Cállate imbécil!
Mientras cada quien hablaba sobre sí mismo, todos reían, disfrutaban este momento, a pesar de todo lo que había pasado, los hechiceros sonreían genuinamente. Sadashi pasó al frente y con una voz fuerte exclamó:
–¡A mí me encanta pelear!
Lo decía con orgullo, pero cuando notó que Kiriko la miraba atentamente se sonrojó.
–También tienes tu lado adorable, Sadashi.
–C-cállate Majime, sigues tu.
–¿Q-qué? ¿Y-yo?
Sadashi la agarró de su suéter llevándola hacia al frenre.
–¡Si, tu!
–N-no quiero, no me gusta hablar sobre mí.
–Ya, habla.
–B-bueno, me gustan más los pájaros, y no me gusta mucho hablar sobre mí en público.
–Es muy tímida pues.
Majime estaba bastante sonrojada.
–Y-ya suéltame Sadashi.
Sadashi la soltó y Majime se fue a abrazar una almohada que estaba por ahí. Mientras tanto, Azumi pasó al frente.
–Bueno, yo no he hablado mucho con todos ustedes, pero veo que son muy amigables, a decir verdad, soy alguien un tanto reservada, pero me alegra estar en un ambiente de este estilo con ustedes. –Kiriko habló con tono de broma.
–No se ponga sentimental, que lloro. –todos se empezaron a reír, incluso la misma Azumi también.
–Yo, me alegro de tenerlos como compañeros, no, como amigos, y espero que podamos seguir así, y yo soy más de los perros. –decía Akane, con una sonrisa que mostraba una enorme alegría.
–Digo lo mismo que Akane, la verdad, con ustedes olvidó todo lo que vivimos, las cosas malas que hemos pasado, sé que aunque lo olvidé por un momento, seguirá ahí, pero gracias por estar siempre juntos, conmigo, con todos. –hablaba Fudo con un enorme agradecimiento.
–Un brindis por nosotros.
–¿Eso se puede? –decía Fudo a Kiriko mientras se reía.
–Claro que se puede tonto.
–Bien, entonces, un brindis por nosotros, y por nuestro futuro.
Todos chocaron sus vasos, aunque no tenían alcohol, bebían jugo, pero aún así, ese momento los unió por completo, ahora estaban más unidos que nunca, y sabían que ninguno estaba solo, ninguno lo estaría.
–Oigan, pero, ¿si me sueltan?
Uno de los del grupo de Usuaka, estaba amarrado en una parte del cuarto, lo habían olvidado por completo.
–Ah, es cierto, ¿quién es este, Sadashi y Azumi?
–Era un aliado de Usuaka y su grupo, lo capturamos al destruir a su Shikigami , era una maldición que domó, así que no conocemos su técnica ritual porque nunca la usó, solo usaba a esa maldición, se llama Taro Onitake.
–Ya veo, entonces, Taro nos hará el favor de decirnos varias cosas…
Taro se sintió bastante intimidado al notar que estaba rodeado de tantos hechiceros, los mismos que lograron resistir a Usuaka y a los demás.
–E-está bien, les responderé lo que me pregunten…