Todos disfrutaban su tiempo en estos 2 meses, pero tampoco olvidaba entrenar para lo que se avecinaba, lo que decidiría el futuro de la brujería, de la humanidad, todo eso estaba en sus hombros, todos estos jóvenes y no tan jóvenes cargaban ese peso, pero, aun así, siguieron avanzando…
Fudo estaba en la casa de su clan, hablando con Kiriko sobre asuntos internos, y desde afuera, una estocada dirigida a Fudo, lo atravesó por completo, Kiriko presenció la escena por completo, y después río suavemente, tomando aquello que atravesó a Fudo, descomponiéndolo.
–Es de mal gusto tocar las cosas de otros. –una voz conocida se hacía presente, era Usuaka el causante de ese ataque, y no venía solo.
–Tu amiguito no durará mucho… –decía en tono burlón.
–¿Tu crees? Bueno, estarías en lo cierto, si Fudo no fuera una ilusión –Fudo se desvaneció en el aire.
–¿Y? ¿Solo pudieron planear eso? –Usuaka atacó hacia un lado, porque Fudo estaba yendo hacia él para atacarlo.
–Qué decepción…
–Oye, ¿no habías pasado por esto antes…? –desde el cielo, Fudo atacó a la cabeza de Usuaka, pero ese ataque no era cualquiera…
–Destello negro más refuerzo de ritual –un golpe enormemente fuerte, más si solo fuera con alguno de esos potenciadores por si solo. Aunque Usuaka se cubrió con sus huesos, el ataque le logró afectar.
–Maldito cabrón.
–Las ilusiones de Tarono están nada mal, ¿quién diría que también podría hacer algo así?
Anteriormente, se descubrió que Taro Onitake no solo podía transferir energía maldita a otros hechiceros, sino también al exterior, y tomando algo de la energía maldita de Fudo, crearon la ilusión de él para engañar a Usuaka.
–Esta vez, los vamos a masacrar, pero antes, miren quien les hizo una visita a ustedes dos, Akitaka y Takebe… ¡Sus padres les dicen “hola, hijos”!
Con sus huesos, Usuaka alzó los cuerpos de nada más ni nada menos que Akira Akitaka y Daichi Takebe. Akane y Fudo, los vieron, y sintieron una ira que nunca antes habían sentido, pensaban que sus cuerpos habían sido destruidos en la batalla, pero, ahora que vieron que su enemigo mortal, era poseedor de ellos… Sin dudar, avanzaron para atacar, pero Majime…
–inmovilización –detuvo a los dos sin dudar.
–¿¡Qué crees que haces, Majime!?
–¡Miren bien, no crean lo que ven, es el Control Mental de Kokoro!
Ambos reaccionaron al escuchar eso, era verdad, Kokoro estaba en el techo de la cass del clan, pero perdió el control de sus mentes.
–Tsk, maldita sea, me interrumpieron.
–¡Debieron ver sus caras! –Usuaka se reía con mucha fuerza por lo que había hecho, sabía que eso sería un golpe muy fuerte para ellos. Pero…
–No deberías jugar con los últimos recuerdos de las personas, sucia maldición…
–¡Ya va a comenzar lo bueno! –decía Magakyou, y Bakuto esperaba con emoción.
–¡Ahora, división!
Todos se separaron como parte de otro plan, ahora que habían atraído al grupo completo de las maldiciones, ahora debían separarlos, Kokoro, Bakuto y Kurohana fueron alejados por Aumi, Isamu, Majime, Sadashi y Kiriko. Mientras tanto, Magakyou y Hikari fueron retados por Akane, y Usuaka, se quedó con Fudo, la batalla qué lo decidiría todo, daba inicio…