Capítulo XXIX: Mi deber como hechicero.

–Qué sobreprotector resultaste ser.

–Kiriko, Akane, vayan con los demás a un lugar seguro, yo me encargaré de Usuaka.

–¿Estás seguro, Fudo?

–Usuaka llegó a un nivel cercano al Grado Catástrofe, es muy peligroso ir tú solo, Fudo.

–No se preocupen, lo único que debo de hacer, es superarlo ¿no?

La confianza que les transmitía Fudo, era tal, que hizo que inconscientemente, ambos se fueran con los demás, con una tranquilidad tremenda.

–Bueno, Usuaka, solo estamos tú, y yo.

–Perfecto, podré tenerte para mi solito.

–Ni lo creas, basura de mierda.

–¡¡Expansión de Dominio!!

Ambos activaron su Dominio de nuevo. Al mismo tiempo usaban sus Rituales para atacar el uno al otro, mientras se acercaban para pelear más cerca. Usuaka lanzaba sus hoces, y desde atrás, lanzaban huesos hacia Fudo, mientras tanto, Fudo esquivaba los ataques mientras lanzaba cortes elementales, pero Usuaka estaba lleno de una armadura de huesos muy resistente. Después de unos momentos, los Dominios se rompieron, y ya fuera de ellos, siguieron peleando. Fudo aumentaba su fuerza, resistencia y velocidad con su Técnica Definitiva. Usuaka aumentaba su resistencia y su fuerza con la suya.

–¡¡Ganaré, por la humanidad de las maldiciones!!

–¿Otra vez con tus estupideces?

–Di lo que quieras, pero es la verdad.

–Tienes una imagen del mundo muy distorsionada.

–¿Acaso es mentira que nosotros nacemos de ustedes?

–No…

–¿Entonces…?

–Usas a los humanos como justificación, pero estas equivocado. Cuando traicionaste a Kurohana y a Magakyou, comparaste esa acción con la de las personas, sin embargo, que algunas personas lo hagan, no quiere decir que esté bien.

–¿Eh? –Usuaka dejó de atacar por un momento, quedó paralizado, pero no por la sorpresa, sino como si… como si recordará algo… Fudo notó eso, y fue directamente con él, pero sin atacar.

–Lo acabas de comprobar tú mismo… puedes pensar que… eres diferente a las maldiciones, puede que al principio tuvieras buenos motivos, pero ahora ya no… mírate, ahora ríes por la emoción de matar… –Usuaka empezó a recordar y a comprender todo.

–Desde el principio, tu “causa” nunca tuvo sentido, ustedes son un mal que no debe existir. Si estuviera equivocado, la coexistencia entre todos existiría… la naturaleza de ustedes, las maldiciones, y el deber de nosotros como hechiceros… Lo que piensas que es tu pasado, solo eran imaginaciones tuyas… –en la cabeza de Usuaka, se proyectaban imágenes de cuando recién apareció, él no fue buscado como animal de cacería, en realidad, él mató a los niños que vio jugando, porque no le hacían caso, pero… él era consciente de que no lo podían ver, mataba a cualquier persona que veía. Usuaka lo entendió al instante… desde que apareció, hasta la actualidad, sentir la desesperación, y el miedo de las personas al morir, era su pasatiempo favorito… Fudo iba a destruir el cuerpo de Usuaka, pero su cuerpo se cubrió completamente de huesos…

–Buscabas matarme, pero gracias a ti, acabo de expandir mi mente…

–Maldito idiota, aun así, vas a ser exorcizado… –ambos empezaron a liberar toda su energía maldita posible, ambos llegaban a un nivel prácticamente igual al Grado Catástrofe.

–Demos final al acto…