Julia
"Superar y Avanzar" esa era mi premisa, mi madre siempre me decía que nada dura para siempre; algo bueno había en todo esto.
En las sesiones con doctor he mejorado, me he abierto más a la gente, en especial a mis compañeras reclusas; con ellas la situación es mejor, hoy es un día crucial para mí, empiezo en la etapa de Avanzar.
El director de la cárcel me dio el aval de dar clases de dibujo, estoy un tanto nerviosa; en Colombia fui monitora de la clase de dibujo técnico, pero acá es distinto es otro país, otro idioma; aunque estoy aprendiendo italiano hay palabras que no entiendo.
Al llegar al comedor me desilusiono un poco, nada más hay una sola persona y es Alice
- Mira esta todo listo, empecemos – hay un tablero, hojas, lápices, sacapuntas, borradores, lo básico para la clase –
- Ya veo Alice, ¿entonces serás mi primera alumna? – me sonríe –
- Claro que sí, aunque soy malísima en las artes manuales
- ¿Enserio? no te creo Alice – suspira y afirma con la cabeza - gracias por estar aquí – sollozo-
- Nada de ponerse así, quiero aprender y ajá – mira para todos lados- ya vendrán las demás chicas – me guiña un ojo –
- Bueno empecemos, vamos a soltar la mano con estos ejercicios – empecé hacer garabatos por todo el tablero -
Y si, efectivamente las chicas fueron llegando, al final de la clase ya eran 5 junto a Alice, les mostré el diseño que había hecho días antes, afirmándole que iban a llegar hacer ese tipo de dibujos o los que ellas quisieran.
Cada día las veía más entusiasmadas y eso se reflejaban en los ejercicios como los hacían, ya querían diseñar y eso me da satisfacción personal; teníamos al doctor viendo la clase, algunas chicas estaban cohibidas con su presencia
- Estoy que me apunto a la clase julia – volteo a ver al doctor –
- Claro doc, es bienvenido, verdad chicas – entre risas todas al unisonó gritaron que si -
- Les tomare la palabra chicas- les dijo a todas- julia mañana tienes visita del señor Damiani, viene con el abogado que te comento – frunció el ceño –
- Doctor como ve la situación, que piensa al respecto – inquiero –
- Julia como te dije es tu oportunidad de demostrar tu inocencia, no la desaproveches con inseguridades, eres fuerte, puedes con esto y más.
- Tiene razón doctor – le tomo la mano en modo de agradecimiento-
Pase todo el resto de día mentalizándome para lo que venía, enfrentarme a todo por demostrar mi inocencia.
No fui a clases de italiano ese día, en las horas de la mañana llegaba el señor Damiani al penal y era un revuelo, desde las guardias hasta las reclusas sabían de su llegada, nos reuniríamos en la misma sala, el doctor me insistió que fuéramos a otra sala para estar más cómodos, accedí porque venia el abogado. Los nervios me estaban matando, así que empecé a tocarla mesa con mis uñas al levantar la mirada me topo con la mirada del señor Damiani y dos hombres; uno igual de alto que él y el otro bajito gordito tipo Mario Bros, miro de reojo al doctor
- Se supone que eran dos, doctor– exclamo e intento levantarme –
- Julia, tranquilízate alguna razón tendrán y siéntate – me tomo del hombro y me vuelve a sentar –
Simplemente los observo desde mi lugar y trato de intuir ahora a que juega, pero sus expresiones son serenas y tranquilas, no hay ninguna señal de turbación o algo parecido, su trato con las guardias que revisan sus maletines es natural, hasta sonríen, notar eso en ellos me dio cierta tranquilidad.
Fabricio
Nunca llego temprano al conglomerado, salvo cuando algo pasa, mi hermano si es madrugador y esta antes que todo el personal, Franco Damiani es el mas a apegado a mamá, y lo que ella dice lo hace no refuta ni nada simplemente obedece; yo, digamos que soy independiente, en eso nos diferenciamos.
Noto voces desde la sala de juntas y entro sin tocar
- Ves eso es lo que te digo Franco, tu hermano es un mal educado desde que vive solo tiene esas mañas – comenta mamá –
- Buenos días y ustedes no duermen – bufan los dos –
- Buenos días hermano, la única forma de que vengas por acá es que haya problemas – busco donde sentarme y los observo y asiento –
- Franco el problema es grave- habla mamá – ¿te acuerdas del robo en la escuela en Florencia?
- Si, que paso con eso – comenta franco, yo estoy de espectador en este momento-
- Bueno tu hermano me mostró ayer el juicio que le hicieron a quien supuestamente se robó todo eso; a simple vista se ve que hay inconsistencias en forma en que se llevo tal juicio- franco frunce el ceño-
- ¿Papá sabe eso Fabricio?
- Si lo sabe, hable con él y me dijo que ya la chica estaba capturada y que iba estar mucho tiempo en la cárcel y lo de demás no le importaba
- ¿Una chica fue la que robo? Como es posible si la cantidad robada es exorbitante
- Si Franco, además no habla nuestro idioma, mira el video del juicio – coloco el video para que lo vea –
- El abogado que tiene no hace nada – me mira sorprendido-
- Verifique los planos del sistema de seguridad, Franco y nadie salvo a alguien de confianza puede romper la seguridad o nosotros
- Te entiendo Fabricio, pero esto no puede quedarse así, madre te das cuenta de que esto ocurrió en Florencia donde tu adorado esposo – observamos a mi madre –
- Yo lo se chicos, por esa razón chicos los necesito unidos en este tema, si hay algo turbio yo misma le quito el manejo de la escuela a su padre
- Me parece perfecto, madre –
Doña Lía Bianco se va con una tristeza plasmada en su rostro, trato de ponerme en su lugar y la comprendo, el amor de su vida traicionando su confianza y su amor incondicional.
Sali del conglomerado después del mediodía, recibo una llamada de Gael diciéndome que ya se había contactado con el abogado y que estaba por llegar a Milán. Sentía que las cosas tomaban un rumbo, un norte y debían seguir así, no iba a permitir algún paso en falso.