Treinta y uno

Julia

Llegar al penal con la sentencia a mi favor me hacía sentir muchas sensaciones, era mi última noche encerrada en el penal; las guardias me informaron que en las horas de la tarde del día siguiente tenía la orden de salida. Di la última clase a las chicas, dejando claro que conseguiría un permiso especial para seguir con ellas; jamás pensé que me estimaran de esa manera, dentro de la carencia del penal hicieron un compartir en mi honor y despedida.

Antes de salir hable con el doc, dándole mi agradecimiento, sin su ayuda jamás hubiera avanzado ni mucho menos superado lo sucedido, a fuera seguiré siendo su paciente, ya que siento que me falta mucho, en fin, de todos me despedí, nunca pensé que me iba a doler salir de este lugar.

Leone llegó puntual, no sabría explicar su expresión entre satisfacción y orgullo. Esa tarde Milán tenía un hermoso sol que brillaba con fuerza, leone me indica que la familia de Alice previo todo para que me quedara con ellos, siendo realista no había pensado en ello, mi objetivo era salir, ya después veía

Dentro del carro de Leone me esperaba una Alice sonriente, contándome que me quedaría en su casa y no había excusa, hay gente que habla y Alice; bueno también me contó de la reunión en el conglomerado Damiani y lo bien que le fue, en ese momento aprovechamos para qué decirle a Leone que fuera nuestro abogado, dejando claro que no teníamos dinero en el momento, pero tendrá su pago correspondiente.

Después de una larga travesía llegamos a la casa, así como son ellos es, acogedora y familiar, la mamá de Alice nos esperaba con una comida deliciosa como ella solamente sabe hacer, entre cada bocado pensaba en mi familia, de cierta manera ellos me estaban guiando para llegar a esta hermosa Familia.

- ¿Cómo te sientes?

- Muy bien Alice, gracias por brindarme tu casa – estamos sentadas en las escalinatas de la casa mirando para la calle-

- No tienes que darme las gracias, aquí todos te queremos mucho y no te iba a dejar por ahí – veo que saca un teléfono costoso-

- ¿y ese teléfono?

- Me lo dio Fabricio, alegando que necesita comunicarse conmigo para eso de las reuniones del conglomerado

- Entiendo y cuéntame bien como te fue

- Bueno escogieron 10 diseños de cada portafolio y los pagaron enseguida, la señora Lia me dio estos contactos de otras casas joyeras para que mostremos los diseños también allá

- Aja, pero ... te acuerdas de que yo dije que les vendería a los Damiani nada más, ahora mostrándoles a otros, que dijo ... - no me dejo terminar- 

- Fabricio puso mala cara y no le guste ni poquito, pero la señora Lia me dijo que ellos tendrían la primera opción de compra, en otras palabras, lo que queda es lo que verán las otras casas joyeras

- Ya entendí Alice y no es mala idea; en estos días que venga Leone le comentamos la situación

- Así es Julia, necesitas descansar vamos a dormir

Caminamos hacia las habitaciones; noto que hay solamente dos

- Alice no quiero incomodar ni a Brina ni a ti

- Deja el show, no vas a incomodar a nadie, entra y te darás cuenta – y tenía razón la habitación es suficiente grande para las tres – ves hay tres camas

- Si eso veo, lo que pasa es que en mi tierra dicen "el muerto y el arrimado a los tres días huele mal"

- Ni eres muerta ni esta arrimada, más bien descansa, mira – me señala la cama – esta es tuya, duerme

- Gracias eso hare

No hay nada mejor que dormir en tranquilidad, y así dormí, como nunca. No sé qué horas eran, pero Brina estaba dando vueltas en la habitación

- Te desperté, discúlpame resorticos

- No te preocupes muñeca, ¿que buscas?

- Estoy buscando un zapato, ayer los tire cuando llegue del colegio y no lo encuentro

- Déjame ver el que tienes – efectivamente esta debajo de la cama donde yo estaba – míralo allá

- Ya lo vi, gracias resorticos

- De nada muñeca, pero hoy cuando llegues del colegio los colocas en un lugar visible y así no lo pierdas

- Eso haré... ¿puedo pedirte un favor?

- Si dime

- Necesito que me ayudes con una tarea, es un dibujo para mañana; bueno en realidad son dos, pero te explico cuando venga del colegio

- Ok yo te ayudo y ¿Cómo así que son dos?

- Uno mío y de una amiguita mía ¿podrías?

- Claro que sí – me sorprende con un beso en la mejilla –

- Te quiero, me voy ya es tarde y sigue durmiendo que Alice despertara como al medio día

Y Brina tenía toda la razón, Alice despertó tardísimo, mientras tanto yo me quede con la señora Annette haciendo las labores del hogar y conversando. Mi idea es aprender a cocinar como ella, pero la dudo, en fin, cuando me quise dar cuenta ya era la hora de llegada de Brina.

Almorzamos las 4 juntas, el señor Pietro trabaja en una industria a las afueras de Milán y llega hasta la noche, así que estamos solas todo el día.

- Resorticos mi amiguita está aquí para que nos ayudes, te la presento – asiento y observó una niña de la edad de Brina, pero cabello negro y gafas-

- Hola soy Julia y ¿tu?

- Hola un gusto Valery – interviene Brina-

- Resorticos tenemos que hacer estos – me muestra unas imágenes referentes a la amistad y otra al amor –

- Esta bien chicas traigan todos los implementos para empezar

Traen todas las cosas y empezamos con los dibujos, ya han pasado dos horas entre risas y peleas de Alice y Brina, suena el teléfono, Alice se pone misteriosa y se va para la cocina, al volver esta sonriente y alabando los dibujos de las chicas. En unos 10 minutos se parquea un carro en la entrada y don Fabricio sale del mismo, verlo en el penal era una cosa y otra muy distinta verlo con los rayos del sol en su rostro

- Hola como están – Brina lo mira y le voltea los ojos, Valery esta sonriente y yo con cara de boba viéndolo llegar –

- Hola – contestamos al unísono -

- Alice tu amigo te busca – tanto él como yo fruncimos el ceño-