Julia
Pasar la tarde con Fabricio, superó mis expectativas, me encantó estar con él en un ambiente suyo. Al llegar a casa sentí un vacío extraño al verlo partir; Brina esta hablando mucho con él
- ¿Brina y esa cara? – viene con cara de que acaba de hacer una travesura-
- Pues ... es la mía resorticos
- ¿En serio? ¿Qué le entregaste? – se me tira encima –
- Ah... un potecito de crema me dijo que le dolía la espalda – recuerdo lo que me dijo -
- Si, durmió en el sofá y no es muy cómodo
- A bueno era eso resorticos
Según ella va a dormir, me deja sola con mis cavilaciones. Di vueltas en la cama porque Fabricio me hacía falta, caramba y eso que fue un día, creo que me obsesionare con él.
Estoy tan agradecida con la familia Ferrara, de algún modo tenía que retribuir en algo lo que ellos me han brindado; con Alice fuimos a comprar cosas propias de un hogar, que yo había notado que no teníamos en casa, nos estaba yendo bien con Mulata Design así que podía hacer ese tipo de gasto, que para mí no eran propiamente un gasto.
Compramos de todo un poco y los padres de Alice no se lo esperaban, la más feliz fue Brina porque desde hace rato quería una casa de muñecas y ese día la tenía con todos los chécheres que contenía. Todo el día no vi a Fabricio y me hacía mucha falta.
Al día siguiente recibo un mensaje de Adriano, algo extraño porque nunca he tratado con él; me citó para una reunión con la señora Lía en un lugar que desconocía, lo peor es que me dice que es confidencial y que ella necesita hablar conmigo, que él personalmente pasa por mi al penal cuando termine la clase con las chicas.
La clase la sentí tortuosamente lenta, dado mi expectación, lo más extraño para mi fue que Fabricio no había dado señales de vida y a ese punto estaba sumamente preocupada, efectivamente al salir del penal hay estaba Adriano esperándome
- Hola Julia – nota mi recelo hacia él-
- Hola
- Se que es algo poco usual esto y entiendo tu prevención; pero la señora Lia necesita conversar contigo – me sonrió con más soltura-
- No te conozco mucho...
- Entiendo Julia – me abre la puerta del carro invitándome a entrar- vamos
- Ok
Llevamos un tramo bastante largo y estamos en completo silencio, es amigo muy cercano de Fabricio por ende debo compaginar un poco con él
- ¿Fabricio sabe de esta reunión?
- Umm ... sabe de la reunión mas no esta enterado que tu estarás ahí – mi corazón se acelera y volteo hacia la ventana como señal de susto-
- Ah ya – me limito a decir eso y escucho una sonrisa –
- No te preocupes Julia no es nada malo, simplemente Fabricio es algo terco
- No entiendo, pero daré por hecho que no es nada malo – tenía que darle un voto de confianza por mínimo que fuera –
Llegamos a un complejo de apartamentos algo apartado de la ciudad; la cosa era de hermetismo total, al llegar al sótano nos bajamos del auto y tomamos el ascensor hacia el ático de este; las manos me sudan y es señal de nerviosismo, Adriano me observa y simplemente me sonríe. Nunca había visto un piso mas elegante, sofisticado, se veía a simple vista que todo era nuevo, daban una vista espectacular hacia todo Milán, veo tras las ventanas a la señora Lia de pie observando la ciudad; Adriano le habla algo, se voltea y entra al apartamento
- ¿Nos dejas a solas Adriano? Te llamo cuando vuelvas con Fabricio - asiente y se va –
- ¿Cómo ha estado señora Lia? – mi nerviosismo es notable –
- Digamos que bien para no perder la costumbre; necesito atar ciertos cabos y tu me vas a ayudar en eso – su semblante es triste –
- Ah entiendo señora Lia – me señala un sofá -
- ¿Qué sabes del robo? Te lo pregunto con el fin de aclarar mi mente
- Lo que todos saben y que parece que no hay nada
- Entiendo ¿Qué tanto sabes de los planes de Fabricio? ¿lo ves viable?
- No lo se por Fabricio, mas bien escuche que Adriano le decía a él y yo me metí hasta opine; pienso que es la única forma de llegar al fondo de esto
- Adriano dio la idea de infiltrar a alguien en la escuela
- Si... yo me ofrecí a enseñarle joyería para que sea más creíble – capte su atención –
- Me imagino lo que mi hijo te dijo
- Que no tenía que involucrarme porque podría resultar peligroso, que mantuviera pues alejada
- Y ¿lo vas a hacer? – me está mirando fijamente –
- No ... es mi lucha también, a mí me intentaron destrozar la vida y estoy segura de que siguen robando – me quedo pensando en lo que hable con Karina –
- Así me gusta ... sabes algo más
- No sé si sea importante..., pero hable con Karina hace días
- ¿La chica que te inculpo?
- Si... ella me decía algo de que un tal señor la iba a sacar de ahí; y que Alonzo trabaja con él – se levanta del sofá y empieza a mirar para la ciudad-
- Le di el aval a Fabricio para que infiltrara a alguien en la escuela, Julia confió en él y ... se que vamos a atraparlos – su voz se entrecorta –
- Yo pienso lo mismo señora Lia, le pasa algo – me aventuro acercarme ya que noto que está llorando –
- Eres importante para mi hijo y por ende también lo eres para mí, sabias que mi esposo tiene otra familia, hasta hijos tiene – agacho la cabeza - nosotras como mujeres tenemos ese sexto sentido de saber cuando algo no esta funcionando bien, pero yo lo anule y deje que él hiciera de todo
- Señora Lia lo lamento mucho
- Yo también lo lamento mi niña – la única persona que me dice mi niña es Fabricio – cuando Fabricio me entregó el informe de las investigaciones no pensé y dije que me divorciaría, pero pensándolo bien no lo voy a hacer, sabes el "señor" que habla la chica esa, es el mismísimo Paolo Damiani... mi esposo
- No puede ser
- Si es él, quiero que pague y dejarlo en la calle, pero si me divorcio nada más, le estaría haciendo un favor
- Así es, no pagaría nunca – asiente –