Cuarenta y Tres

Fabricio

Tantas reuniones en su solo día, Adriano esta con mi madre con el tema del divorcio, en fin, estoy solo contra todos, proveedores, clientes, nuevas inversiones y Franco en su mundo.

Llevo dos días sin hablar con Julia; me hace una falta enorme, ni que decir su olor quedo impregnado en mi apartamento y en más en mi cama; todavía en mi mente estas las palabras de Brina "mi hermana le decía algo del amor, le pregunto que sí Julia estaba enamorada de ti y ella dijo que sí, pero tenía miedo" en mi cabeza está dando vueltas ¿porque tiene miedo? Con ese pensamiento llegó al conglomerado algo contento; pero me reciben con un montón papeles que revisar según Franco está de viaje y Adriano esta con mamá. Esa mañana me llegan dos pedidos y me arreglan el día, solo faltaba concretar una cita con Julia.

Frustrado llevo dos días con ese sentimiento, estoy tan ocupado que no se dónde está mi teléfono móvil, como enviado de quien sabe quién llego Adriano con almuerzo

- Oh me acabas de salvar la vida – me sonríe y me entrega la comida -

- Siempre lo hago Fabricio – se sienta al frente de mi -

- Me dejaron todo; ¿Qué ha pasado con mamá?

- Todos estamos ocupados, hoy a eso de las 4 de la tarde, tu mamá quiere que vayas al apartamento que tiene a las afueras de Milán

- Umm... ¿el ático? – asiente –

- Ese mismo

- Bueno ahí estaré

Se va dejándome con incertidumbre, tanto él y mamá están actuando extraño, aun así, no creo que sea nada malo, el resto de la tarde me enfrasque en el trabajo; en un momento de descanso intente llamar a Julia, pero no me contestó, recuerdo que debe estar en el penal en las clases con las chicas. A las 3.30 de la tarde salgo del conglomerado para el ático de mamá; al llegar esta Adriano sentado hablando con el vigilante a las afueras de este.

- ¿Aquí esta pasando algo raro? – se despide del vigilante y me observa –

- No hay nada raro Fabricio, tu mamá está ocupada allá arriba, me llamara para que subamos

- ¿con quien esta? – rueda los ojos –

- Ya veras y deja preguntadera – le suena el teléfono y se aleja para hablar – vamos Fabricio

- Ustedes andan como muy misteriosos – me sonríe –

Esperaba a mi papá en ese lugar, quizás tratando el tema del divorcio, pero también quiero atraparlo y se lleva a cabo la disolución del matrimonio será casi imposible, culparlo por el robo sistemático en la escuela, entre mis pensamientos llego al ático, Adriano abre la puerta en total silencio y no creo con quien esta la señora Lia, literalmente me hicieron la encerrona

- ¿Madre que pasa aquí? - pregunto y por el rostro de Julia mi voz sonó algo gélida-

- Nada hijo, algo de chicas ¿verdad Julia?

- Ah y ... - como siempre mi madre no me deja hablar -

- Déjame hablar y después podrás decir lo que quieras, acomódense

- Bueno madre – me acerco a darle un beso en la mejilla y me siento a su lado para que se tranquilice –

- No me voy a divorciar, por ahora, estoy segura de que Paolo es el causante del robo sistemático que está sufriendo la escuela; confío en ti hijo más bien confío en todos ustedes y en la persona que escojan para infiltrar, hay que parar esto ya

- Madre ... - me toma del brazo y me gusta que actúe así -

- La idea inicial fue de Adriano verdad – asiento y el agarre de Julia se vuelve un poco fuerte, pero mueve los dedos como tranquilizandome - Julia será tu apoyo, porque de los 4 que estamos aquí ella es la única que sabe joyería

- No ... puede ser peligroso madre

- Deja la terquedad aun lado, no le va a pasar nada, armaremos un pequeño taller en las bodegas que tenemos en el centro, nada más vamos a saber de esto, nosotros

- Está bien madre – la veo por si hay un atisbo de duda, pero como estamos tan cerca que articula un "por favor" y se me antoja tan sexi eso que acaba de hacer – tenemos que viajar a Londres, hable con Octavio del tema y me tiene a la persona precisa para infiltrar y es de su total confianza

- Perfecto hijo; viajaras con Julia entonces – mamá voltea a mirarla y ella se limita a asentir -hay un, pero verdad

- Octavio esta de luna de miel con su familia, cuando vuelva iremos nosotros, en eso quedamos

- ¿Mi niña no te molestaría viajar con Fabricio? – pregunta mi madre -

- No señora Lia – contesta -

- Perfecto – digo sin mayores ganas aparentes, pero por dentro me encanta el poder de decisión que tiene -

- Julia no puede viajar tiene una restricción impuesta por el juzgado – Adriano habla ahora –

- No te preocupes por eso amigo, yo lo gestiono y soluciono - contesta Adriano –

Mi madre nos saca a patadas del apartamento y yo con ganas de estar a solas con Julia, pero me tiré al agua cual adolescente hormonal, me acerco y le susurro al oído "mañana quiero que vayas a mi oficina" siento que se tensa, pero no tengo opciones. Con Adriano fuimos a comprar los 3 potes de helado, y se los enviamos con chofer ya que ellas no nos quieren por ahí.

En realidad, la cercanía que están cultivando Julia y mi madre no me molesta, me gusta, que sean cómplices, amigas y más cuando mañana lleve a cabo mi plan. No dormí muy bien, por que alguien me hacia falta.

La mañana en la oficina fue lenta monótona y yo anhelante por que llegara Julia. Ya en la tarde entra mi secretaria indicándome que una chica me busca, le digo que no quiero que me molesten, se va dejando la puerta abierta para que entre; al verla entrar mi corazón se acelera más de lo debido, pero me mantengo de semblante tranquilo

- Hola Julia como estas – me levanto de la silla y el saludo es de beso en la mejilla -

- Bien... me tienes preocupada Fabricio – le sonrió y caminó hacia la puerta y le pongo seguro -

- Tranquila, necesito que veas algo -me siento en el escritorio y volteo la pantalla del computador, le doy inicio y le subo el volumen –

- ¿Como conseguiste eso? – se tensa –